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El Aquilolamna milarcae -apodado tiburón águila por sus largas y curvadas aletas (como se ve en esta ilustración)- vivió hace unos 93 millones de años en un antiguo mar del actual noreste de México. |
Tiburones planctívoros tipo Manta en los océanos del Cretácico Superior
La diversidad ecomorfológica de los elasmobranquios extintos se conoce de forma incompleta. Aquí describimos a Aquilolamna milarcae, un probable y extraño tiburón planctívoro procedente de depósitos marinos abiertos del Cretácico Superior de México. Aquilolamna, asignado provisionalmente a Lamniformes, se caracteriza por sus aletas pectorales hipertrofiadas y delgadas. Este plan corporal, hasta ahora desconocido, representa una inesperada experimentación evolutiva con el vuelo submarino entre los tiburones, más de 30 millones de años antes del surgimiento de las mantas y las rayas diablo (Mobulidae), y demuestra que las aletas pectorales con forma de ala han evolucionado de forma independiente en dos clados de elasmobranquios que se alimentan por filtración y que están muy relacionados. Este grupo recién descrito de tiburones de alas largas altamente especializados (Aquilolamnidae) muestra un ecomorfotipo de tipo aquilopelágico y puede haber ocupado, en los mares del Mesozoico tardío, el nicho ecológico ocupado por los mobúlidos y otros batoideos después del límite Cretácico-Paleógeno.
Treinta millones de años antes de que las mantarrayas empezaran a planear con gracia por las aguas oceánicas, un tiburón con aletas fantásticamente alargadas ya practicaba el vuelo submarino, según informan los investigadores en la revista Science del 19 de marzo.
Un trabajador de una cantera desenterró en 2012 el fósil de este extraño tiburón, bautizado ahora como Aquilolamna milarcae, en una capa de roca del noreste de México que data de hace unos 93 millones de años. El rasgo más distintivo del tiburón son las largas aletas curvadas que salen de sus lados. Con casi 2 metros de punta a punta, la longitud de las aletas rivaliza con la envergadura de las águilas calvas. Apodado tiburón águila por los investigadores, el A. milarcae puede haber utilizado las aletas para estabilizarse o impulsarse de forma similar a la manta raya.
La cabeza ancha y redondeada del tiburón águila, sus largas mandíbulas y sus pequeños dientes sugieren que podría haberse alimentado por filtración, aspirando el plancton flotante del agua de mar. Su cuerpo en forma de torpedo y su aleta caudal alta sugieren que el tiburón era un nadador activo, aunque no especialmente rápido, dicen el paleontólogo de vertebrados Romain Vullo, de la Universidad de Rennes (Francia), y sus colegas.
A. milarcae puede haber sido miembro de un grupo muy diverso de tiburones que incluye a los megalodones extintos, así como a los modernos tiburones blancos y a los tiburones peregrinos que se alimentan por filtración (SN: 8/2/18). Aunque ese grupo dominó una vez los mares, muchos de sus miembros se extinguieron después de que un asteroide golpeara la Tierra hace unos 66 millones de años.
Fuentes, créditos y referencias:
R. Vullo et al. Manta-like planktivorous sharks in Late Cretaceous oceans. Science. Vol. 371, 19 de marzo de 2021, p. 1253. doi: 10.1126/science.abc1490.
Traido gracias a ScienceNews