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Los grandes satélites utilizados para la transmisión de televisión podrían reutilizarse rápida y fácilmente como deflectores de asteroides si una roca espacial amenazara la Tierra, según un estudio de la empresa aeroespacial europea Airbus.
El estudio, que forma parte de un concepto de misión denominado Fast Kinetic Deflection (FastKD), fue encargado por la Agencia Espacial Europea (ESA), como parte de su esfuerzo por prepararse para un escenario apocalíptico que seguramente ocurrirá algún día (aunque ese día pueda estar en un futuro muy lejano).
Los satélites de telecomunicaciones que se sitúan en la llamada órbita geoestacionaria a una altura de 22.000 millas (36.000 kilómetros) giran alrededor de la Tierra a una velocidad que coincide con la rotación del planeta, por lo que parecen estar permanentemente suspendidos sobre una determinada región. Estos satélites suelen ser muy grandes, como un pequeño autobús. Pueden pesar entre 4 y 6 toneladas, lo que les daría la fuerza suficiente para afectar a la trayectoria de una roca espacial que se acerque.
Sin embargo, como dijo a Space.com Albert Falke, que dirigió el estudio FastKD en Airbus, harían falta tal vez 10 naves espaciales de este tipo que chocaran con un asteroide de 300 metros de ancho en un corto período de tiempo para cambiar suficientemente su trayectoria y evitar el planeta.
De fácil acceso
"Estas plataformas de telecomunicaciones, además de ser grandes y pesadas, se construyen con una frecuencia bastante alta", dijo Falke. "Eso significa que podemos esperar que estén disponibles fácilmente en las instalaciones de integración [de los fabricantes de satélites]. Eso es algo que podemos dar por sentado".
En 2019, por ejemplo, los operadores de satélites comerciales de todo el mundo encargaron 15 satélites geoestacionarios, según SpaceNews.
En el escenario explorado por Airbus, si los astrónomos detectan un asteroide en curso de colisión con la Tierra, todos los fabricantes de satélites del mundo tendrán que empezar a convertir los satélites de telecomunicaciones que están construyendo actualmente en armas anti-asteroides. Todas estas misiones tendrían que lanzarse en el plazo de un mes para alcanzar el asteroide más o menos al mismo tiempo.
El efecto combinado de los satélites al chocar contra la roca terrestre podría cambiar su trayectoria en sólo uno o dos centímetros, pero sería suficiente para desviarlo de su curso y evitar un desastre si se hace con suficiente antelación al impacto previsto.
"El cuello de botella [para el éxito de tal misión] serán los cohetes", dijo Falke. "Creemos que podríamos esperar entre 10 y 15 lanzamientos disponibles en el plazo de un mes en todo el mundo".
Airbus eligió la tecnología disponible en lugar de construir una nueva nave espacial completamente desde cero por una sencilla razón: Los astrónomos sólo pueden detectar un asteroide en curso de colisión con la Tierra con poca antelación. La misión de desviación podría tardar entre seis y 18 meses en alcanzar su objetivo, lo que dejaría a los ingenieros sólo unos seis meses para preparar la nave.
"La detección de asteroides ha mejorado mucho en las últimas décadas", dijo Falke. "Hay enormes programas de observación, impulsados sobre todo por la NASA. Así que todos los asteroides grandes, de 1 km (0,6 millas) o más, deberían conocerse. Pero, por supuesto, hay algunos que no pudieron ser observados en el pasado porque sus órbitas son de seis a ocho años, y su último acercamiento puede haber sido antes de que se pusieran en marcha estos telescopios", añadió.
En teoría, es posible que un asteroide amenazante sea visto mañana, y que sólo queden meses antes de un encuentro devastador con la Tierra, añadió Falke. Algunos cuerpos más pequeños, como el asteroide de Cheliábinsk de 2013, que provocó una onda expansiva que hirió a unas 1.200 personas en Rusia, pueden llegar completamente desapercibidos.
Para poder ejecutar una misión de salvamento de la Tierra en órbita, los satélites de telecomunicaciones tendrían que estar equipados con un módulo especial que permita la comunicación en el espacio profundo, así como la navegación y el guiado necesarios para acercarse al asteroide. Estos módulos aún no se han desarrollado. Lo ideal sería construirlos y probarlos con antelación y tenerlos preparados en caso de emergencia.
"Necesitamos tener planes concretos sobre cómo hacer este módulo de desviación y ponerlo en la plataforma de telecomunicaciones", dijo Falke. "Luego tenemos que realizar una actividad de calificación y prueba muy rápida antes de poner este sistema de deflexión en la plataforma de lanzamiento".
Destrucción generalizada
La humanidad, según Falke, debería estar preparada. Si un asteroide de 300 metros de ancho, como el previsto en el estudio de Airbus, impactara en algún lugar de Europa central, causaría una destrucción generalizada en todo el continente.
"Un impacto de este tipo produciría una onda expansiva y también tormentas de fuego y terremotos", explica Falke. "Se lanzaría mucho material a la atmósfera y luego bajaría más lejos de la zona de impacto. Creo que toda Europa tendría que ser evacuada y toda la flora y la fauna quedarían destruidas en los meses y años posteriores a dicho impacto".
Falke se muestra prudente a la hora de decir si un asteroide de más de 300 m de diámetro podría desviarse con este método. Pero es una cuestión importante. Se cree que el asteroide que provocó la extinción de los dinosaurios hace unos 60 millones de años tenía al menos 9,6 km de diámetro.
"Si el asteroide se hace más grande [que 1.000 pies], se hace más difícil", dijo Falke. "Pero lo bueno es que objetos tan grandes se conocerán con mucho tiempo de antelación, por lo que tendríamos tiempo para prepararnos".
La humanidad parece estar en mejor posición que los dinosaurios. El primer experimento de desviación de asteroides del mundo tendrá lugar el año que viene, cuando se espera que una misión de la NASA llamada DART se estrelle contra un pequeño asteroide lunar Dimorphos, que orbita alrededor de un asteroide mayor, Didymos. El objetivo es cambiar la órbita de Didymos, de 520 pies de ancho (160 m), con una nave espacial de 270 libras (600 kilogramos).
Fuentes, creditos y referencias:
Los resultados del estudio se presentaron en la Conferencia de Defensa Planetaria 2021
Traido gracias a Space.com