Peces adictos a la metanfetamina: las consecuencias de la contaminación del agua dulce

Vea También


Peces adictos a la metanfetamina: las consecuencias de la contaminación del agua dulce. Según estudio.

"Brown Trout" by Aaron Gustafson is licensed with CC BY-SA 2.0.

El consumo de drogas ilícitas es un problema sanitario mundial cada vez mayor que provoca una carga financiera de cientos de miles de millones de dólares sólo en Estados Unidos. Pero bajo los costes sociales de esta epidemia humana se esconde una potencial crisis ecológica. A medida que los niveles de metanfetamina aumentan en los arroyos de agua dulce, los peces se vuelven cada vez más adictos.

"Donde hay consumidores de metanfetamina, también hay contaminación por metanfetamina", afirma Pavel Horký, de la Universidad Checa de Ciencias de la Vida.

Los humanos excretan metanfetaminas en las aguas residuales, pero las plantas de tratamiento no están diseñadas para tratar estas sustancias. Por eso, cuando las aguas residuales tratadas llegan a los arroyos, también lo hacen las metanfetaminas y otras drogas.

Según Horký y sus colegas, en algunos arroyos de la República Checa se han medido concentraciones de metanfetamina de cientos de nanogramos por litro, pero el efecto de estos niveles en los animales acuáticos no está claro.

Para investigarlo, pusieron en marcha un experimento para detectar posibles efectos secundarios adversos de esta epidemia ecológica oculta. Dividieron 120 truchas marrones (Salmo trutta) criadas en criaderos en dos tanques de 350 litros. El agua de uno de los tanques contenía metanfetaminas en concentraciones similares a las medidas en arroyos silvestres, mientras que el otro se dejó sin contaminar como control.

Tras ocho semanas, los investigadores retiraron la metanfetamina del tanque experimental. Durante el siguiente periodo de "abstinencia" de 10 días, Horký examinó a los peces seleccionados al azar de ambos grupos en busca de signos de adicción y abstinencia. Para ello, construyó un tanque en el que el agua podía entrar por un lado y salir por el otro como si un arroyo atravesara el recinto. Sin embargo, uno de los lados del flujo contenía el mismo nivel de metanfetamina que el tanque experimental.

Los peces de control no mostraron ninguna preferencia por uno u otro lado de la corriente simulada, pero los peces expuestos a la metanfetamina eligieron repetidamente permanecer en el agua drogada.

Además, los peces expuestos a la metanfetamina tenían niveles elevados de metanfetamina en su tejido cerebral y también eran menos activos de lo normal, lo que podría reducir sus posibilidades de sobrevivir y reproducirse.

"Las ansias de recompensa de los peces por las drogas podrían eclipsar las recompensas naturales, como la búsqueda de alimento o el apareamiento", dice Horký. "Esta contaminación podría cambiar el funcionamiento de ecosistemas enteros".

Fuentes, créditos y referencias:

Referencia de la revista y papel del estudio: Journal of Experimental Biology, DOI: 10.1242/jeb.242145

Créditos a NewScientist

Artículo Anterior Artículo Siguiente

Anuncio publicitario

Reciba actualizaciones por Telegram