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Alteración del clima global y refugios climáticos regionales tras la supererupción del Toba
Una enorme erupción volcánica en Indonesia hace unos 74.000 años probablemente causó una grave alteración del clima en muchas zonas del planeta, pero las primeras poblaciones humanas estuvieron protegidas de los peores efectos, según un estudio dirigido por Rutgers.
Los resultados aparecen en la revista PNAS.
La erupción del volcán Toba fue la mayor de los últimos dos millones de años, pero sus efectos sobre el clima y la evolución humana no están claros. Resolver este debate es importante para entender los cambios ambientales durante un intervalo clave en la evolución humana.
"Hemos podido utilizar un gran número de simulaciones de modelos climáticos para resolver lo que parecía una paradoja", afirma el autor principal, Benjamin Black, profesor adjunto del Departamento de Ciencias de la Tierra y Planetarias de la Universidad de Rutgers-New Brunswick. "Sabemos que esta erupción se produjo y que los modelos climáticos anteriores han sugerido que las consecuencias climáticas podrían haber sido graves, pero los registros arqueológicos y paleoclimáticos de África no muestran una respuesta tan dramática".
Los investigadores de Rutgers examinaron depósitos de ceniza explosiva de decenas de metros de espesor a unos 35 km al norte de la caldera de Toba, en Indonesia. Crédito: Steve Self, UC Berkeley |
"Nuestros resultados sugieren que quizá no hayamos estado mirando en el lugar adecuado para ver la respuesta climática. África y la India están relativamente protegidas, mientras que América del Norte, Europa y Asia se llevan la peor parte del enfriamiento", explica Black. "Un aspecto intrigante es que los neandertales y los denisovanos vivían en Europa y Asia en esa época, por lo que nuestro trabajo sugiere que evaluar los efectos de la erupción del Toba en esas poblaciones podría merecer una investigación futura".
Los investigadores analizaron 42 simulaciones de modelos climáticos globales en los que variaron la magnitud de las emisiones de azufre, la época del año en que se produjo la erupción, el estado climático de fondo y la altitud de inyección de azufre para hacer una evaluación probabilística de la gama de alteraciones climáticas que podría haber causado la erupción del Toba. Este enfoque permitió al equipo tener en cuenta algunas de las incógnitas relacionadas con la erupción.
"Al utilizar un enfoque probabilístico, pretendemos comprender la probabilidad de que algunas regiones se vieran menos afectadas por el Toba, teniendo en cuenta la amplia gama de estimaciones de su tamaño y momento, además de nuestra falta de conocimiento del estado climático subyacente", dijo Black.
Los resultados sugieren que es probable que haya una variación regional significativa en los impactos climáticos. Las simulaciones predicen un enfriamiento en el hemisferio norte de al menos 4ºC, con un enfriamiento regional de hasta 10ºC dependiendo de los parámetros del modelo. En cambio, incluso en las condiciones de erupción más severas, el enfriamiento en el hemisferio sur -incluidas las regiones pobladas por los primeros seres humanos- probablemente no superaría los 4 °C, aunque las regiones del sur de África y la India podrían haber experimentado una disminución de las precipitaciones en el nivel más alto de emisión de azufre.
Los resultados explican las pruebas arqueológicas independientes que sugieren que la erupción del Toba tuvo efectos modestos en el desarrollo de las especies de homínidos en África. Según los autores, su enfoque de simulación por conjuntos podría utilizarse para comprender mejor otras erupciones explosivas pasadas y futuras.
"Nuestros resultados concilian la distribución simulada de los impactos climáticos de la erupción con los registros paleoclimáticos y arqueológicos", según el estudio. "Esta visión probabilística de las alteraciones climáticas de la más reciente supererupción de la Tierra subraya la desigual distribución prevista de los impactos sociales y ambientales de futuras erupciones explosivas muy grandes".
Fuentes, créditos y referencia:
Referencia: "Global climate disruption and regional climate shelters after the Toba supereruption" por Benjamin A. Black, Jean-François Lamarque, Daniel R. Marsh, Anja Schmidt y Charles G. Bardeen, 9 de julio de 2021, Proceedings of the National Academy of Sciences.
DOI: 10.1073/pnas.2013046118