Las medusas del Cámbrico tenían una neuroanatomía más compleja que las especies vivas

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Las medusas del Cámbrico tenían una neuroanatomía más compleja que las especies vivas
Reconstrucción artística de Ctenorhabdotus campanelliformis (arriba) y Thalassostaphylos elegans (abajo). Crédito de la imagen: Holly Sullivan.

Los ctenóforos son un grupo de más de 200 especies vivas con un cuerpo gelatinoso transparente que se asemeja superficialmente al de una medusa.

Mientras que algunos estudios sugieren que podrían representar los primeros animales ramificados, otros sugieren una posición más tradicional como parientes cercanos de las medusas.

Las dos nuevas especies, denominadas Ctenorhabdotus campanelliformis y Thalassostaphylos elegans, constituyen una espectacular adición al escaso registro fósil del grupo.

Los ejemplares se encontraron en la formación Marjum, en la cordillera House de Utah, y representan los primeros fósiles de ctenóforos descubiertos en Estados Unidos.

El Ctenorhabdotus campanelliformis tenía un cuerpo pequeño en forma de campana con hasta 24 filas de peines y una abertura bucal ondulada.

Curiosamente, esta especie tenía dos características importantes: (1) una cápsula rígida que protegía el órgano sensorial apical, y (2) un sistema nervioso bien conservado; los nervios son largos y se conectan con un anillo alrededor de la boca.

"Se trata de un hallazgo bastante inesperado, ya que sólo una especie (Euplokamis) de jaleas peine actuales tiene nervios largos comparables", dijo el profesor Javier Ortega-Hernández, paleontólogo del Departamento de Biología Organística y Evolutiva de la Universidad de Harvard.

"La mayoría de las jaleas peine modernas tienen una red nerviosa difusa, y no nervios largos bien definidos".

Thalassostaphylos elegans tenía un aspecto más redondeado, aproximadamente 16 filas de peines y una abertura bucal ondulada.

Tenía una característica importante conocida como los "campos polares", que pueden verse como dos pequeños puntos en la parte superior del órgano apical.

"Estos campos también son importantes para percibir el entorno en las jaleas de peine vivas, y encontrar pruebas de ellos en el Cámbrico es significativo para entender su evolución", dijo el profesor Ortega-Hernández.

"Curiosamente, Thalassostaphylos elegans no tiene una cápsula rígida, lo que indica que el esqueleto encontrado en los primeros ctenóforos del Cámbrico ya se había perdido en algunos representantes a mediados del Cámbrico".

El profesor Ortega-Hernández y sus colegas concluyeron que los ctenóforos del Cámbrico tenían sistemas nerviosos más complejos que los observados en la actualidad.

También realizaron un análisis filogenético que sugiere que el sistema nervioso condensado es en realidad la condición ancestral y que sólo los ctenóforos modernos han perdido este complejo sistema nervioso y en su lugar han favorecido una red nerviosa más difusa.

"Este descubrimiento significa que ha habido una simplificación secundaria de los ctenóforos durante su evolución, perdiendo primero el esqueleto rígido y luego los nervios discretos observados en los fósiles", dijo el Dr. Luke Parry, paleontólogo del Departamento de Ciencias de la Tierra de la Universidad de Oxford.

"Se trata de conocimientos que serían imposibles de obtener estudiando únicamente las jaleas de peine vivas, por lo que el registro fósil está proporcionando una valiosa visión de la evolución de estos enigmáticos animales".

"En este contexto, Euplokamis estaría mostrando una especie de organización vestigial del sistema nervioso, que no se observa en otros ctenóforos vivos", dijo el profesor Ortega-Hernández.

"Los ctenóforos tienen una historia evolutiva más compleja que la que se puede reconstruir sólo a partir de sus representantes vivos".

"Los fósiles nos permiten entender la morfología que se desarrolló primero y cómo ha cambiado a través del tiempo".

Fuentes, créditos y referencias:

Cambrian comb jellies from Utah illuminate the early evolution of nervous and sensory systems in ctenophores. iScience, published online August 4, 2021; doi: 10.1016/j.isci.2021.102943

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