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Un macho adulto de Enyalioides feiruzae mostrando su contrastada cabeza naranja. Crédito: Pablo J. Venegas |
El río Huallaga, en los Andes del centro de Perú, se extiende a lo largo de 1.138 km, lo que lo convierte en el mayor afluente del río Marañón, la médula espinal del río Amazonas. Esta cuenca alberga una gran variedad de ecosistemas, entre ellos la ecorregión de la Yunga peruana, considerada un refugio de aves, mamíferos, reptiles y anfibios endémicos.
¿Cómo es posible, entonces, que este rincón de los Andes Tropicales siga siendo poco conocido por los biólogos hasta el día de hoy? La razón principal es bastante sencilla y radica en las guerras civiles con organizaciones terroristas y narcotraficantes que se desarrollaban en la región en la década de 1980, lo que interrumpió los estudios biológicos.
No fue hasta finales de los años 90 cuando el gobierno peruano consiguió liberar la zona, y fue entonces cuando, poco a poco, algunos biólogos empezaron a aventurarse en el valle del Huallaga. Sin embargo, la destrucción de la selva por las plantaciones de coca durante la guerra interna, que acabó con la construcción de una central hidroeléctrica, dejó el valle del Huallaga muy fragmentado, lo que hace aún más urgente la investigación de la biodiversidad en la zona.
Recientemente se ha confirmado la existencia de una nueva especie de lagarto de madera, Enyalioides feiruzae, en el bosque premontano de la cuenca del río Huallaga, y se ha descrito en la revista científica de acceso abierto Evolutionary Systematics. Los investigadores necesitaron siete años de estudios de campo para describirla formalmente. Para ello, primero tuvieron que pasar muchas noches en los bosques, con el fin de recoger a mano los lagartos que dormían en los arbustos a 20-150 cm del suelo.
Otro macho adulto de Enyalioides feiruzae mostrando el extremo de la variación intraespecífica en esta especie. Crédito: Pablo J. Venegas |
Los lagartos de madera de Feiruz -especialmente los machos- presentan una impresionante variedad de colores. Los machos pueden tener el dorso marrón turquesa, gris o marrón verdoso trazado con líneas pálidas. Las hembras, por su parte, pueden ser de color marrón verdoso o marrón harinoso, con tenues líneas marrón oscuro en el dorso, las extremidades y la cola, y manchas en los costados.
Los investigadores creen que E. feiruzae podría haberse establecido como una especie separada después de haberse separado geográficamente de un lagarto muy similar, E. rudolfarndti, posiblemente como resultado de la actividad tectónica y las oscilaciones climáticas que se produjeron desde el Oligoceno tardío hasta el Mioceno temprano.
El lagarto de madera Feiruz recibió su nombre en honor a -adivinándolo- Feiruz, "una iguana verde hembra, musa y amiga de toda la vida". La dueña de la iguana Feiruz, Catherine Thomson, apoyó los esfuerzos de los autores en la investigación taxonómica y la conservación de la naturaleza.
El hábitat de la E. feiruzae está muy fragmentado por las tierras de cultivo y los pastos para la ganadería, y por ahora solo se conoce una única población protegida en el Parque Nacional de Tingo María. Queda mucho por descubrir sobre el tamaño y la distribución de las poblaciones de E. feiruzae y su capacidad para sobrevivir y adaptarse en un paisaje fragmentado.
La nueva especie pertenece al género Enyalioides, que contiene dieciséis especies. Más de la mitad de las especies de Enyalioides conocidas se han descrito en las dos últimas décadas, en gran parte gracias a los recientes estudios realizados en lugares remotos de los Andes tropicales de Ecuador y Perú.
Fuentes, créditos y referencias:
Pablo J. Venegas et al, A new species of wood lizard (Hoplocercinae, Enyalioides) from the Río Huallaga Basin in Central Peru, Evolutionary Systematics (2021). DOI: 10.3897/evolsyst.5.69227