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Investigadores de la Universidad de Cambridge (Reino Unido), el Laboratorio
Biológico Marino (MBL) de Woods Hole (Massachusetts) y la Universidad de Caen
(Francia) realizaron pruebas de memoria con 24 sepias comunes,
Sepia officinalis. La mitad de ellas tenían entre 10 y 12 meses de edad -no exactamente
adultos- y la otra mitad entre 22 y 24 meses -equivalente a los humanos de 90
años-.
"Las sepias pueden recordar lo que han comido, dónde y cuándo, y lo utilizan
para guiar sus decisiones de alimentación en el futuro. Lo sorprendente es que
no pierden esta capacidad con la edad, a pesar de mostrar otros signos de
envejecimiento como la pérdida de la función muscular y del apetito", afirma
la primera autora, Alexandra Schnell, del Departamento de Psicología de la
Universidad de Cambridge, que realizó los experimentos en el Laboratorio
Biológico Marino en colaboración con el científico principal del MBL Roger
Hanlon.
A medida que los seres humanos envejecen, pierden gradualmente la
capacidad de recordar experiencias que ocurrieron en momentos y lugares
concretos; por ejemplo, lo que cenamos el martes pasado. Esto se denomina
memoria episódica, y se cree que su disminución se debe al deterioro de
una parte del cerebro llamada hipocampo.
Las sepias no tienen hipocampo y su estructura cerebral es muy diferente
a la nuestra. El lóbulo vertical del cerebro de la sepia está asociado al aprendizaje y
la memoria. Éste no se deteriora hasta los dos o tres últimos días de vida del
animal, lo que, según los investigadores, podría explicar por qué la memoria
episódica no se ve afectada por la edad en las sepias.
Para llevar a cabo el experimento, primero se entrenó a las sepias para que se acercaran a un lugar específico de su tanque marcado con una bandera blanca y negra. A continuación, se las entrenó para que aprendieran que dos de los alimentos que suelen consumir -la gamba, que prefieren, y el langostino- estaban disponibles en lugares específicos marcados con una bandera y después de determinados retrasos. Este entrenamiento se repitió diariamente durante cuatro semanas.
A continuación, se comprobó si las sepias recordaban qué comida estaba
disponible, dónde y cuándo. Para asegurarse de que no habían aprendido un
patrón, los dos lugares de alimentación eran únicos cada día.
Todas las sepias -independientemente de su edad- observaron qué alimento
aparecía primero en cada bandera y lo utilizaron para averiguar qué lugar
de alimentación era el mejor en cada comida posterior.
"Las sepias viejas eran tan buenas como las jóvenes en la tarea de memoria; de
hecho, muchas de las más viejas lo hicieron mejor en la fase de prueba.
Creemos que esta capacidad podría ayudar a las sepias en la naturaleza a
recordar con quién se han apareado, para no volver a la misma pareja", dijo
Schnell.
Las sepias sólo se reproducen al final de su vida. Al recordar con quién se
han apareado, dónde y cuánto tiempo hace, los investigadores creen que esto
ayuda a las sepias a propagar sus genes al aparearse con tantas parejas como
sea posible.
Las sepias tienen una vida corta -la mayoría vive hasta los dos años-, por lo
que son un buen sujeto para comprobar si la memoria disminuye con la edad.
Como es imposible comprobar si los animales recuerdan cosas conscientemente,
los autores utilizaron el término "memoria episódica" para referirse a la
capacidad de las sepias de recordar qué, dónde y cuándo sucedieron cosas
concretas.
Fuentes, créditos y referencias:
Imágenes: Cuttlefish (207959649)
https://commons.wikimedia.org/wiki/File%3ACuttlefish_%28207959649%29.jpeghttps://commons.wikimedia.org/wiki/File%3ACuttlefish_%28207959649%29.jpeg
- Alex Schnell con un tanque de sepias en el Laboratorio Biológico Marino
de Woods Hole, Massachusetts, donde se realizó este trabajo experimental.
Crédito: Grass Foundation
Referencias: Episodic-like memory is preserved with age in
cuttlefish, Proceedings of the Royal Society B,