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En todo el mundo, el coste de las colisiones de aves con los aviones se ha estimado en 1.200 millones de dólares al año. Pero la información sobre los movimientos de las aves a lo largo del año puede ayudar a evitar daños en los aviones y riesgos para los pasajeros. Científicos del Laboratorio de Ornitología de Cornell y otros colaboradores han buscado patrones en los datos de colisiones de aves de tres aeropuertos del área de Nueva York. Sus conclusiones se publican hoy en el Journal of Applied Ecology.
"De todas las colisiones de aves registradas en los aeropuertos Kennedy, Newark y LaGuardia durante un periodo de seis años, el mayor número se produjo durante la migración, especialmente durante el otoño, quizá debido a la gran cantidad de aves jóvenes inexpertas nacidas a principios de año", explica la autora principal, Cecilia Nilsson. "El noventa por ciento de las colisiones afectaron a una especie migratoria. Nuestro modelo predice que el riesgo de colisiones perjudiciales durante los periodos de gran intensidad migratoria aumenta entre un 400% y un 700%". Nilsson dirigió este estudio como becario postdoctoral de Rose en el laboratorio de Cornell, y ahora está en la Universidad de Copenhague (Dinamarca).
Los autores del estudio utilizaron el radar de vigilancia meteorológica de dos estaciones cercanas para saber cuándo era más intensa la migración en los aeropuertos estudiados. Los datos del programa de observación de aves en línea eBird del Laboratorio ayudaron a definir qué especies se encontraban cerca de los aeropuertos a lo largo del año. Una tercera fuente de información provino de un valioso conjunto de datos de registros detallados de colisiones de aves que mantiene la Autoridad Portuaria de Nueva York y Nueva Jersey, que opera los tres aeropuertos. Se asignó una puntuación de riesgo a las especies que más frecuentemente causaban daños.
"Los daños causados por el impacto de un ave dependen en gran medida del peso del ave impactada y de la tendencia de esa especie a moverse en bandadas", explica Nilsson. "Cuando los pájaros de gran tamaño se mueven en bandos, el riesgo de que se produzcan golpes dañinos es el más alto".
Entre las especies con mayor riesgo se encuentran los gansos canadienses, las garzas azules, los ánades reales y los buitres, siendo el ganso canadiense la especie con mayor probabilidad de causar daños. El mayor número de choques con aves en los tres aeropuertos fue con un pájaro cantor de tamaño medio, el petirrojo americano.
Las aeronaves comerciales son más vulnerables a los choques con aves durante el despegue y el aterrizaje, ya que las aves y los aviones comparten el espacio aéreo; las aeronaves militares también corren riesgo en las altitudes más bajas, ya que vuelan bajo y rápido durante los ejercicios de entrenamiento. En las altitudes de crucero los aviones suelen estar demasiado altos para encontrarse con la mayoría de las aves en vuelo.
"Es importante tener en cuenta que el momento y la composición de las especies de los movimientos de las aves serán diferentes en cada lugar", señala Nilsson. "Pero tanto los datos de eBird como los del radar son conjuntos de datos continentales, por lo que el método utilizado en nuestro estudio puede aplicarse a otros aeropuertos para ahorrar tiempo, dinero y posiblemente vidas".
Fuentes, créditos y referencias:
Cecilia Nilsson et al, Bird strikes at commercial airports explained by citizen science and weather radar data, Journal of Applied Ecology (2021). DOI: 10.1111/1365-2664.13971