Los pictogramas son los primeros relatos escritos de los terremotos en el México prehispánico

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Los pictogramas son los primeros relatos escritos de los terremotos en el México prehispánico
Crédito: Gerardo Suárez y Virginia García-Acosta

El Códice Telleriano Remensis, creado en el siglo XVI en México, representa los terremotos en pictogramas que son la primera evidencia escrita de terremotos en América en tiempos prehispánicos, según un par de investigadores que han estudiado sistemáticamente los terremotos históricos del país.

Gerardo Suárez, de la Universidad Nacional Autónoma de México, y Virginia García-Acosta, del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social, estudiaron los pictogramas que informan de 12 terremotos en el Telleriano-Remensis, ocurridos entre 1460 y 1542.

Los pictogramas ofrecen poca información sobre la ubicación, el tamaño o los daños causados por los terremotos, señalan los autores en la revista Seismological Research Letters. Pero junto con otros relatos históricos encontrados en anales escritos después de la conquista española, amplían la historia sísmica de la región hasta el siglo XV.

"No es de extrañar que existan registros prehispánicos que describan los terremotos por dos razones", dijo Suárez. "Los terremotos son frecuentes en este país y, en segundo lugar, los terremotos tenían un profundo significado en la visión cosmológica de los habitantes originales de lo que hoy es México".

Las civilizaciones mesoamericanas veían el universo como algo cíclico, con sucesivas eras o "soles" destruidos por inundaciones, viento, fuego y otros fenómenos antes de la aparición de un nuevo sol. El actual y quinto "sol", según esta visión, será destruido por terremotos.

Suárez y García-Acosta comenzaron a estudiar los terremotos históricos en México tras el devastador terremoto de magnitud 8,0 de Ciudad de México en 1985, y acabaron publicando sus hallazgos en el libro Los sismos en la historia de México. "Sin embargo, no habíamos abordado la representación pictográfica de los terremotos", explica Suárez. "Recientemente nos hemos embarcado en un estudio más detallado de esta representación pictográfica y de otros textos escritos inmediatamente después de la conquista española".

La escritura de códices, un sistema prehispánico de símbolos y colores, era realizada por especialistas capacitados llamados tlacuilos (en el idioma náhuatl original, "los que escriben la pintura"). Aunque muchos códices fueron quemados como objetos paganos tras la conquista española, algunos sobrevivieron y el estilo pictográfico se utilizó en nuevos códices hasta el siglo XVIII.

El Códice Telleriano-Remensis está escrito en papel europeo, con explicaciones o "glosas" escritas en latín, español y a veces italiano por comentaristas posteriores junto a los símbolos.

Los terremotos, llamados tlalollin en lengua náhuatl, se representan con dos signos: ollin (movimiento) y tlalli (tierra). El ollin es un glifo formado por cuatro hélices y un ojo o círculo central. El tlalli es un glifo que consta de una o varias capas rellenas de puntos y diferentes colores.

En el Telleriano-Remensis hay otras modificaciones de los glifos sísmicos, pero sus significados no están claros para los estudiosos. "Sin embargo, el consenso es que las distintas representaciones probablemente tengan un significado", dijo Suárez. "Dibujar códices era una disciplina estricta que no estaba abierta a los caprichos artísticos de las personas entrenadas para hacerlo, los tlacuilos. Tenemos la esperanza de que en el futuro pueda aparecer algún códice o documento desconocido que nos ilumine al respecto."

Suárez y García-Acosta señalan que otros anales ofrecen información que complementa los dibujos de terremotos del códice, quizá completando más detalles sobre los impactos y lugares de terremotos específicos. Por ejemplo, un relato histórico del fraile franciscano Juan de Torquemada describe un terremoto de 1496 que sacudió tres montañas en "la provincia de Xochitepec, a lo largo de la costa" y provocó desprendimientos en una zona habitada por el pueblo Yope.

El lugar se encuentra dentro de la brecha sísmica de Guerrero, una región de relativa calma sísmica a lo largo de la zona de subducción en el sur de México. Las descripciones históricas sugieren que el terremoto de 1496 podría haber sido un terremoto muy grande de magnitud 8,0 o mayor dentro de la brecha. No se han registrado terremotos de esa magnitud en la brecha desde 1845.

La evidencia histórica "realmente no cambia nuestra visión del potencial sísmico de esa región del sur de México", explicó Suárez. "Simplemente añade pruebas adicionales de que en este segmento de la zona de subducción se han producido grandes terremotos con anterioridad, y la ausencia de estos grandes terremotos durante varios años no debe considerarse como si esta región fuera asísmica".

Los investigadores tienen previsto estudiar otros códices que no son tan conocidos como el Telleriano-Remensis, pero hasta ahora no han podido acceder a las bibliotecas que los conservan debido a las restricciones de COVID-19. 

Fuentes, créditos y referencias:

Gerardo Suárez et al, The First Written Accounts of Pre-Hispanic Earthquakes in the Americas, Seismological Research Letters (2021). DOI: 10.1785/0220210161

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