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Concepción artística de la nave espacial Cassini volando entre géiseres en Encélado, una luna de Saturno. Crédito: Karl Kofoed / NASA |
Qué regalo de despedida nos hizo la misión Cassini.
A continuación se muestra una secuencia de imágenes, obtenidas de la última observación dedicada a los géiseres de Encélado por parte de la imitable nave espacial Cassini.
En agosto de 2017, Cassini observó a Encélado durante 14 horas, observando la cara nocturna de la luna. La película comienza con una vista de la parte de la superficie iluminada por la luz reflejada de Saturno y transiciones al terreno completamente sin iluminar. Hacia la mitad de la secuencia, el tiempo de exposición de las imágenes cambia para hacer más visibles las características más débiles a medida que el nivel de luz disminuye.
"Por eso las estrellas aparecen hacia el final: son los pequeños puntos que pasan", explica Paul Byrne, científico planetario y profesor asociado de la Universidad de Washington en San Luis, que nos hizo llegar esta animación a través de Twitter.
Solo 18 días después de estas observaciones de Encélado, Cassini se sumergió en Saturno. Este "auto-sacrificio" garantizó que cualquier luna potencialmente habitable de Saturno no se contaminara en el futuro si la nave espacial a la deriva y sin motor se estrellara accidentalmente en ella. Los microbios de la Tierra podrían haberse adherido a Cassini, y su fuente de energía RTG aún generaba algo de calor. Si no se destruye, podría fundir la corteza helada de una de las lunas de Saturno, posiblemente, y llegar a un océano subterráneo.
Encélado se convirtió en una de las mayores sorpresas -y alegrías- de los 13 años de la misión Cassini. Con sólo unos 500 km de diámetro, Encélado, brillante y cubierto de hielo, debería ser demasiado pequeño y estar demasiado lejos del Sol para ser activo. En cambio, esta pequeña luna con géiseres activos en su polo sur es uno de los objetos más dinámicos del sistema solar desde el punto de vista geológico.
Mientras que las imágenes de los géiseres son impresionantes, otro instrumento de Cassini, el magnetómetro, notó por primera vez algo extraño en el primer sobrevuelo de la nave espacial a la luna helada en 2005. El campo magnético parecía estar "envuelto" alrededor de Encélado, lo que inicialmente sugería la existencia de algún tipo de atmósfera. Más tarde, en una pasada posterior, las imágenes de Cassini revelaron chorros de vapor de agua y hielo que salían de la superficie de Encélado.
El descubrimiento de los géiseres adquirió mayor importancia cuando Cassini determinó posteriormente que los penachos contenían hielo de agua y sustancias orgánicas. Dado que la vida, tal y como la conocemos, depende del agua, esta pequeña pero enérgica luna se ha añadido a la corta lista de posibles lugares para la vida en nuestro sistema solar.
Cassini captó esta imagen de Encélado con los anillos de Saturno. Los penachos de vapor son claramente visibles en la región polar sur. Crédito: NASA/ JPL-CalTech |
Estudios recientes han revelado la presencia de metano en los penachos, otro indicio hacia la posible vida.
Todos echamos de menos a Cassini, pero la nave sigue dando de sí, incluso después de su desaparición, ya que los científicos siguen estudiando el tesoro de datos que recogió durante sus años en Saturno.
Proporcionado por Universe Today