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Hay ocho planetas conocidos en el sistema solar (desde que Plutón fue expulsado del club), pero desde hace un tiempo hay indicios de que podría haber uno más. Un hipotético Planeta 9 al acecho en el borde exterior de nuestro sistema solar. Hasta ahora este mundo ha eludido su descubrimiento, pero un nuevo estudio ha precisado dónde debería estar.
Las pruebas del Planeta 9 provienen de su atracción gravitatoria sobre otros cuerpos. Si el planeta existe, su gravedad afectará a las órbitas de otros planetas. Así que si algo parece estar tirando de un planeta, basta con hacer un poco de matemáticas para encontrar la fuente. Así es como se descubrió Neptuno, cuando John Couch Adams y Urbain Le Verrier notaron de forma independiente que Urano parecía estar tirando de un planeta invisible.
En el caso del Planeta 9, no tenemos ningún efecto gravitatorio sobre un planeta. Lo que sí vemos es una extraña agrupación de pequeños cuerpos helados en el sistema solar exterior conocidos como objetos del cinturón de Kuiper (KBO). Si no hubiera ningún planeta más allá del cinturón de Kuiper, cabría esperar que las órbitas de los KBO estuvieran orientadas al azar dentro del plano orbital del sistema solar. Pero, en cambio, vemos que muchas órbitas de KBO están agrupadas en la misma orientación. Es posible que esto se deba al azar, pero no es probable.
La posible órbita del Planeta Nueve. Crédito: CalTech/R. Hurt (IPAC) |
Ya en 2016, los autores analizaron la distribución estadística de los KBO y concluyeron que la agrupación estaba causada por un planeta exterior no detectado. Según sus cálculos, este mundo tiene una masa de 5 Tierras y está unas 10 veces más lejos del Sol que Neptuno. El documento incluso calculó una amplia región del cielo donde podría estar el planeta. Pero las búsquedas no dieron lugar a nada. Esto llevó a algunos a concluir que el planeta no existe. Las rarezas orbitales no prueban la existencia de un planeta. Que se lo pregunten al Planeta Vulcano. Otros llegaron a argumentar que el Planeta 9 existe, pero no podemos verlo porque es un agujero negro primordial.
Este nuevo estudio reexamina el trabajo original a la luz de algunas de las críticas que recibió. Una de las grandes críticas es que los cuerpos exteriores del sistema solar son difíciles de encontrar, por lo que los buscamos donde es conveniente. El efecto de agrupación que vemos podría deberse simplemente a datos sesgados. Teniendo en cuenta el sesgo de observación, los autores encuentran que la agrupación sigue siendo estadísticamente inusual. Solo hay un 0,4% de posibilidades de que sea una casualidad. Cuando recalcularon la órbita probable del Planeta 9, pudieron localizar mejor dónde buscar.
Un aspecto interesante del estudio es que la nueva órbita calculada sitúa al Planeta 9 más cerca del Sol de lo que se pensaba originalmente. Esto es extraño, porque si está más cerca ya deberíamos haberlo encontrado. Los autores argumentan que las observaciones realizadas hasta ahora han descartado las opciones más cercanas para el Planeta 9, lo que ayuda a reducir aún más su posible ubicación. Si el planeta existe, debería poder ser detectado por el Observatorio Vera Rubin en un futuro próximo.
Este estudio no es concluyente, y muchos astrónomos siguen sosteniendo que el Planeta 9 no existe. Pero este estudio deja claro que no tendremos que discutir sobre ello durante mucho tiempo. O bien se descubrirá pronto, o las observaciones lo descartarán como explicación del efecto de agrupación de los KBO.
Fuentes, créditos y referencias:
Michael E. Brown, Konstantin Batygin. “The orbit of Planet Nine.” arXiv preprint arXiv:2108.09868 (2021).