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El Centro de Investigación Técnica VTT de Finlandia ha conseguido producir células de café en un biorreactor mediante agricultura celular. La innovación puede contribuir a que la producción de café sea más sostenible. Los primeros lotes producidos por el VTT en un laboratorio de Finlandia huelen y saben como el café convencional.
Con la creciente demanda y los numerosos retos de sostenibilidad que plantea la agricultura cafetera tradicional, hay una necesidad acuciante de encontrar formas alternativas de producir café. Debido a la gran demanda de café, se necesitan más hectáreas para producir suficientes granos de café, lo que provoca la deforestación, especialmente en zonas sensibles de la selva tropical.
El Centro de Investigación Técnica VTT de Finlandia está desarrollando la producción de café mediante células vegetales en su laboratorio de Finlandia. En el proceso, se utilizan cultivos celulares que flotan en biorreactores llenos de medio nutritivo para producir diversos productos de origen animal y vegetal.
"En el VTT, este proyecto forma parte de nuestro esfuerzo general por desarrollar la producción biotecnológica de productos cotidianos y familiares que se producen convencionalmente en la agricultura. Para ello, utilizamos muchos huéspedes diferentes, como los microbios, pero también las células vegetales", afirma el jefe del equipo de investigación, el Dr. Heiko Rischer, del VTT.
El trabajo se inició con la puesta en marcha de cultivos de células de café, estableciendo las respectivas líneas celulares en el laboratorio y transfiriéndolas a biorreactores para empezar a producir biomasa. Tras los análisis de la biomasa, se desarrolló un proceso de tostado, y el nuevo café fue finalmente evaluado por el panel sensorial capacitado del VTT.
Todo el procedimiento requirió la aportación de varias disciplinas y expertos en los campos de la biotecnología vegetal, la química y la ciencia de los alimentos.
"En términos de olor y sabor, nuestro panel sensorial capacitado y el examen analítico encontraron que el perfil de la infusión tenía similitudes con el café ordinario. Sin embargo, la elaboración del café es un arte e implica una optimización iterativa bajo la supervisión de especialistas con equipos específicos. Nuestro trabajo sienta las bases para ello", afirma Rischer.
En la actualidad, todo el material de café producido en condiciones de laboratorio representa un alimento experimental y requeriría la aprobación reglamentaria de la FDA para ser comercializado y vendido a los consumidores en Estados Unidos. En Europa, el café cultivado en laboratorio debe ser aprobado primero como nuevo alimento antes de ser comercializado.
Técnicamente, el proceso de producción se basa en tecnología existente y establecida, como el funcionamiento de biorreactores convencionales. De hecho, la idea de que las células de café podrían utilizarse para fabricar café ya fue presentada en los años 70 por P.M. Townsley.
"La experiencia de beber la primera taza fue emocionante. Calculo que sólo nos faltan cuatro años para aumentar la producción y contar con la aprobación reglamentaria". El cultivo de células vegetales requiere conocimientos específicos cuando llega el momento de ampliar y optimizar el proceso. El procesamiento posterior y la formulación del producto, junto con la aprobación reglamentaria y la introducción en el mercado, son pasos adicionales en el camino hacia un producto comercial. Dicho esto, hemos demostrado que el café cultivado en laboratorio puede ser una realidad", afirma Rischer.
El proyecto está vinculado a los objetivos estratégicos de investigación de VTT para resolver los mayores retos del mundo. La agricultura celular es una de las vías hacia una producción de alimentos más sostenible.
"El verdadero impacto de este trabajo científico se producirá a través de las empresas que estén dispuestas a replantearse la producción de ingredientes alimentarios y empiecen a impulsar aplicaciones comerciales. VTT colabora y apoya a las grandes empresas y a las pequeñas para que adopten las oportunidades en el desarrollo de sus productos. En última instancia, todos los esfuerzos deberían dar lugar a alimentos más sostenibles y saludables en beneficio del consumidor y del planeta", concluye Rischer.
Créditos a VTT