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Una nueva investigación ha descubierto que la carga eléctrica creada por los abejorros visitantes estimula a algunas flores a liberar más de su dulce aroma. Es la primera vez que se demuestra que una planta utiliza la presencia de los polinizadores como señal para emitir más de su atractivo perfume, lo que aumenta sus posibilidades de ser visitada.
Se cree que la diminuta carga eléctrica que llevan las abejas ayuda a que el polen se pegue a ellas durante el vuelo, pero el equipo de investigadores de la Universidad de Bristol, Rothamsted Research y la Universidad de Cardiff descubrió que también puede anunciar su presencia a las flores que visitan.
Según la autora principal, la Dra. Clara Montgomery, financiada por el BBSRC, el rasgo posiblemente evolucionó en las plantas para maximizar la eficacia de las sustancias químicas atractivas que liberan.
"Las flores tienen un suministro limitado de estos aromas, así que tiene sentido que sólo los liberen cuando sus polinizadores están cerca. Esencialmente, sólo vale la pena hacer publicidad cuando se sabe que se tiene un público. Otras señales que podrían utilizar, como la luz del día o la temperatura, pueden ser poco fiables, ya que también podría hacer viento o llover, lo que reduciría la presencia de los polinizadores.
"Estos olores también son utilizados por los insectos que quieren comer o poner huevos en la planta, por lo que aumentar sus posibilidades de atraer sólo a los polinizadores es vital".
La carga eléctrica de un abejorro -alrededor de 120 picoCoulombs (pC)- es increíblemente pequeña, pero el equipo descubrió que una carga de 600 pC, o lo mismo que cinco visitas de abejas, era suficiente para inducir a una especie de petunia violeta, Petunia integrifolia, a liberar notablemente más aroma.
Utilizando arenas de forrajeo especialmente construidas, el equipo pudo medir la carga eléctrica transportada por cada abeja, así como la cantidad de la principal sustancia química atractiva, el benzaldehído, liberada por las flores en respuesta a las visitas de las abejas.
Para ayudar a distinguir entre la respuesta de una flor al estímulo mecánico del aterrizaje de una abeja y el estímulo eléctrico, también se midió la liberación de olor en un subconjunto de petunias que se tocaron con una varilla metálica conectada a tierra o con una bola de nailon cargada eléctricamente.
Las flores visitadas por abejorros en vuelo libre mostraron un aumento significativo de la producción de volátiles. En cambio, las flores tocadas con una varilla metálica conectada a tierra no mostraron tales incrementos.
Al tocarlas con la bola cargada eléctricamente, con una carga equivalente a unas cinco visitas de abejas, las emisiones de olor de las flores de petunia volvieron a aumentar significativamente, duplicando aproximadamente el volumen medio de olor.
Hace tiempo que se sabe que los polinizadores llevan cargas eléctricas positivas, pero ésta es la primera demostración de que las plantas lo utilizan en su beneficio, dice el Dr. Montgomery, que ahora está en la Universidad Harper Adams.
"Las visitas frecuentes de polinizadores cargados a una flor harían que se acumulara la carga, que podría superar un umbral para la liberación del olor. Por tanto, la carga podría ser un indicador útil de cuántos polinizadores hay en la zona, lo que permitiría a la planta evaluar el potencial de dispersión de polen en tiempo real.
"El conocimiento actual de las cargas eléctricas que transportan las distintas especies de insectos es muy escaso y la influencia de los campos eléctricos en todos los sistemas biológicos suele ser poco conocida y difícil de cuantificar".
El director del proyecto, el profesor Daniel Robert, de la Universidad de Bristol, dijo: "Este descubrimiento desvela un tipo de interacción hasta ahora desconocido entre los insectos y las plantas, un mundo de señales eléctricas escurridizas que los humanos no podemos detectar".
También destacó el valor innovador de la colaboración multidisciplinar entre los científicos de Rothamsted y la Universidad de Bristol, con la participación de ecólogos químicos, fisiólogos de plantas y ecólogos sensoriales de abejas.
"Los insectos son los polinizadores dominantes en los agroecosistemas y proporcionan servicios de polinización a muchos de nuestros cultivos. Cuanto mejor comprendamos las interacciones entre los polinizadores y las plantas, mejor podremos preservar a los insectos polinizadores y garantizar la seguridad alimentaria", añadió el Dr. József Vuts, ecólogo químico de Rothamsted y coautor.
Fuentes, créditos y referencias:
Clara Montgomery et al, Bumblebee electric charge stimulates floral volatile emissions in Petunia integrifolia but not in Antirrhinum majus, The Science of Nature (2021). DOI: 10.1007/s00114-021-01740-2
Imagen: Abejas visitando las flores de Petunia. Crédito: Clara Montgomery