Exploración de las erupciones del Sol

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Exploración de las erupciones del Sol

En nuestro sistema solar, las erupciones solares y las eyecciones de masa coronal (CME) son las actividades eruptivas más espectaculares. Las grandes erupciones solares y las CME pueden provocar una meteorología espacial desastrosa, destruir nuestro sistema de navegación y de satélites y causar un apagón a gran escala en la Tierra.

La actividad solar a veces permanece atrapada cerca de la superficie del Sol, pero a veces se libera en enormes eyecciones de plasma caliente. ¿Qué determina que una erupción solar permanezca confinada o vaya seguida de una erupción catastrófica?

Un estudio dirigido por el Dr. Li Ting, de los Observatorios Astronómicos Nacionales de la Academia de Ciencias de China (NAOC), proporciona pistas sobre esta cuestión. Se publicó en The Astrophysical Journal Letters el 20 de agosto.

Los investigadores exploraron cómo el destino de una llamarada puede estar influenciado por la región activa (AR) donde se origina. Utilizaron observaciones del satélite del Observatorio de Dinámica Solar (SDO) durante 2010-2019 y establecieron la mayor base de datos de llamaradas hasta la fecha. La base de datos incluye 719 erupciones solares y comprende el carácter eruptivo de cada gran erupción.

Descubrieron que cuanto mayor es el flujo magnético total de la región activa que alberga la erupción, menos probable es que la erupción esté asociada a una CME. "Para una intensidad de erupción determinada, es más probable que la erupción venga acompañada de una CME eruptiva si su región activa tiene menos flujo magnético. Más flujo magnético significa que hay un mayor confinamiento de la llamarada por un campo de fondo superpuesto, lo que impide que entre en erupción", dijo el Dr. Li.

Basándose en estas observaciones solares, los investigadores también especularon sobre la tasa de asociación R de las estrellas de tipo solar tomando un flujo magnético estelar representativo de 1024 Mx. En el caso de las "superllamaradas" de clase X100 en estrellas de tipo solar, no más del 50% de las llamaradas pueden generar CME estelares. Esto puede ayudar a explicar por qué la detección de CMEs estelares es rara.

Los resultados tienen importantes implicaciones para la predicción de las CMEs que se producen en asociación con grandes llamaradas, así como para la conexión solar-estelar, donde las tasas de asociación llamarada solar-CME se utilizan para estimar las frecuencias de ocurrencia de las CME estelares.

Fuentes, créditos y referencias:

Ting Li et al, Magnetic Flux and Magnetic Nonpotentiality of Active Regions in Eruptive and Confined Solar Flares, The Astrophysical Journal Letters (2021). DOI: 10.3847/2041-8213/ac1a15

Imágen: El científico británico Richard Carrington y el australiano Richard Hodgson observaron por primera vez una erupción solar en 1859. Cada uno de ellos estaba viendo las manchas solares cuando observaron una gran llamarada.

Imagen tomada por el Observatorio de Dinámica Solar en 2015.

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