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El Oculter: una sombra estelar en órbita para los telescopios terrestres.
Los telescopios terrestres y los observatorios en órbita han revelado miles de exoplanetas que orbitan alrededor de otras estrellas. Y aunque las técnicas utilizadas por estos instrumentos han demostrado ser increíblemente poderosas en el descubrimiento, son decididamente menos capaces en la caracterización. Esto se debe a que la mayoría de las técnicas de búsqueda de exoplanetas se basan en mediciones indirectas de la existencia de un exoplaneta: buscan caídas en el brillo de una estrella madre o ligeras oscilaciones en su posición.
Estas técnicas sólo nos proporcionan información muy limitada sobre cómo son realmente esos exoplanetas. Tenemos que hacer conjeturas sobre su composición. Pero la astronomía es como cualquier otra cosa: una imagen vale más que mil palabras. Una imagen de un exoplaneta proporciona una gran cantidad de detalles que no se pueden obtener con otras técnicas. Pero para tomar una imagen de un exoplaneta hay que enfrentarse a la abrumadora luminosidad de su estrella madre.
El método más común para hacer frente a esta interferencia es a través de un coronógrafo, que es un dispositivo dentro de un telescopio que bloquea la luz de la estrella. Si el planeta en órbita es lo suficientemente grande y brillante (normalmente en el infrarrojo debido a su propia emisión de calor), podemos obtener una imagen directa. Pero este método sólo ha proporcionado un puñado de imágenes directas.
¿Qué se necesita para obtener imágenes de planetas similares a la Tierra alrededor de estrellas similares al sol? Esta es la pregunta que se plantea en un reciente artículo publicado en la revista de preimpresión arXiv.
Para ello, se necesita un telescopio realmente gigantesco, mucho más grande que los que podemos lanzar al espacio. Y para conseguir el suficiente contraste, se necesita un coronógrafo igualmente enorme. Uno tan grande que no podría caber dentro del propio telescopio. En otras palabras, se necesitan cortinas estelares que apunten al suelo: un oculter.
La idea es poner un oculter en órbita alrededor de la Tierra. Si se ajusta su órbita con precisión, pasaría periódicamente por encima de un observatorio gigante, como el European Extremely Large Telescope. Con la alineación exacta, el oculter bloquearía la luz de una estrella objetivo, permitiendo al telescopio obtener imágenes directas de cualquier planeta en órbita.
Aunque esta configuración no proporcionaría tanto tiempo de observación continua como los dispositivos espaciales, aprovecharía la enorme capacidad de observación de los telescopios terrestres, lo que podría hacer que el cambio mereciera la pena.
Las pantallas estelares no tendrían que ser tan grandes -de 80 a 100 metros-. Aunque actualmente no tenemos nada parecido en el espacio, el desarrollo de la tecnología de las velas de luz proporcionaría la plataforma perfecta para desplegar algo así en un futuro próximo.
Fuentes, créditos y referencias:
Markus Janson et al, Occulter to earth: prospects for studying earth-like planets with the E-ELT and a space-based occulter, Experimental Astronomy (2021). DOI: 10.1007/s10686-021-09792-y
Fuente: Universe Today
Imágen: Starshade Concepto artístico 2 ¿Cómo encontrar planetas similares a la Tierra fuera de nuestro sistema solar? Una idea es enviar una estructura gigante que bloquee la luz de las estrellas para que los astrónomos puedan detectar más fácilmente los planetas en órbita. Esta representación artística muestra el concepto propuesto de parasol estelar volando en sincronía con un telescopio espacial. La gigantesca estructura en forma de girasol se utilizaría para obtener imágenes de planetas rocosos similares a la Tierra alrededor de estrellas cercanas. La sombrilla estelar propuesta podría lanzarse junto con un telescopio. Una vez en el espacio, se separaría del cohete y del telescopio, desplegaría sus pétalos y se pondría en posición para bloquear la luz de las estrellas. Crédito: NASA/JPL