En la Amazonia brasileña, la sabanización y el cambio climático expondrán a 12 millones de personas a un estrés térmico letal

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En la Amazonia brasileña, la sabanización y el cambio climático expondrán a 12 millones de personas a un estrés térmico letal

La deforestación a gran escala de la selva amazónica, combinada con el cambio climático, aumentará el número de personas del norte de Brasil expuestas al calor extremo, con resultados potencialmente mortales e impactos económicos devastadores, según un estudio pionero publicado hoy por investigadores brasileños en la revista Communications Earth & Environment.

Los niveles de calor extremo, que son fisiológicamente intolerables para el cuerpo humano, afectarán profundamente a las regiones en las que residen poblaciones muy vulnerables, como los pueblos indígenas. Este es el primer estudio que cuantifica los impactos combinados de la pérdida desenfrenada de bosques -que acabaría transformando la Amazonia en una sabana- y del cambio climático sobre la salud y la productividad humanas.

Según el estudio, existe un umbral de deforestación en la Amazonia, más allá del cual la supervivencia humana está amenazada. Cruzar este umbral provoca un "efecto sanitario extremo", que en 2100 podría exponer a un riesgo extremo de estrés térmico a unos 12 millones de personas que viven en los estados norteños de Pará y Amazonas, en Brasil.

"Las condiciones de calor extremo inducidas por la deforestación pueden tener efectos adversos significativos y duraderos en la salud humana. Si la deforestación continúa al ritmo actual, los efectos para nuestra civilización serán dramáticos", dijo el coautor del informe Paulo Nobre, investigador principal del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE) de Brasil. "Además de los impactos en la salud y la supervivencia de los seres humanos, estos hallazgos tienen graves implicaciones económicas que van más allá de los daños a los cultivos". Paulo Nobre escribió el informe con Beatriz Alves de Oliveira, Marcus Bottino y Carlos Nobre.

Las altas temperaturas y la humedad debilitan la capacidad de refrigeración del cuerpo, lo que provoca un aumento de la temperatura corporal. La exposición sostenida a estas condiciones provoca deshidratación y agotamiento y, en casos más graves, tensión y colapso de las funciones vitales, lo que puede llevar a la muerte. Además, el estrés térmico afecta al estado de ánimo y a las enfermedades mentales, y reduce el rendimiento físico y psicológico.

En Brasil, este fenómeno ya es evidente. Investigaciones recientes han demostrado que los efectos combinados de la deforestación y el cambio climático se están sintiendo en la región del Amazonas, con los mayores aumentos de calor extremo registrados en grandes áreas deforestadas entre 2003 y 2018.  La industria agrícola ya está sintiendo los impactos de este calor extremo y de la escasez de lluvias.

El nuevo estudio publicado hoy es el primero que examina de cerca cómo el aumento del calor extremo afectará a las personas. Los investigadores del estudio descubrieron que la combinación de la deforestación y el calentamiento global podría aumentar los riesgos del calor para los trabajadores al aire libre, que ya están expuestos a temperaturas más altas.

Además, el estudio descubrió que las actividades humanas responsables de la pérdida de bosques a gran escala en la Amazonia, que incluyen los incendios forestales y la expansión de la agricultura y la minería, conducen a una urbanización no planificada, a la falta de infraestructuras sanitarias básicas y a un trabajo informal más frecuente, todo lo cual repercute aún más en las personas vulnerables.

El estudio muestra que los efectos se manifiestan a nivel regional, y que los impactos directos más graves probablemente tendrán lugar en el norte de Brasil. De los 5.565 municipios de Brasil, el 16% de ellos (equivalente a 30 millones de habitantes) podría verse afectado por el estrés térmico debido a la sabanización de la Amazonia. De la población impactada, el 42% reside en municipios de la región norte de Brasil, que incluye zonas de alta vulnerabilidad social.

En esta región, aproximadamente 12 millones de personas podrían estar expuestas a un riesgo extremo de estrés térmico en 2100. Los autores afirman que, con la sabanización del Amazonas y la limitada capacidad de adaptación del norte de Brasil, los residentes podrían enfrentarse a condiciones de supervivencia precarias, intensificando efectos como la migración masiva.

Además, el aumento de la exposición al estrés térmico podría reducir la productividad laboral en varias áreas de la economía, si los trabajadores están expuestos a condiciones de calor mortales.

Para 2030, un aumento previsto de 1,5 °C en las temperaturas medias mundiales podría reducir las horas de trabajo en Brasil en el equivalente a 850.000 empleos a tiempo completo, especialmente en los sectores de la agricultura y la construcción. En la agricultura, ya se ha observado un alto riesgo asociado al trabajo intenso y a la sobrecarga de calor entre los cortadores de caña de azúcar.

Los investigadores subrayan la necesidad urgente de adoptar medidas coordinadas para evitar los efectos nocivos sobre las poblaciones vulnerables. "Los efectos locales de los cambios en el uso del suelo están directamente relacionados con las políticas y estrategias de sostenibilidad forestal, pero los cambios están al alcance de la sociedad. Por ejemplo, el sector sanitario podría ser una fuente importante de soluciones políticas para mitigar el riesgo y la vulnerabilidad", argumenta Beatriz Oliveira, investigadora de la Fundación Oswaldo Cruz (Fiocruz).

Fuentes, créditos y referencias:

Beatriz Fátima Alves de Oliveira et al, Deforestation and climate change are projected to increase heat stress risk in the Brazilian Amazon, Communications Earth & Environment (2021). DOI: 10.1038/s43247-021-00275-8

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