La colonización de las Azores comenzó 700 años antes de la llegada de los portugueses

Vea También

 

La colonización de las Azores comenzó 700 años antes de la llegada de los portugueses

Los primeros pobladores de las Islas Azores llegaron hace setecientos años antes de que los primeros portugueses llegaran a ellas en el siglo XV, tal y como recoge la historiografía oficial. Esta es una de las principales conclusiones de un estudio realizado por un equipo internacional y multidisciplinar en el que han participado los expertos Alberto Sáez y Olga Margalef, del Departamento de Dinámica de la Tierra y los Océanos de la Facultad de Ciencias de la Tierra de la UB —.

El estudio, publicado en la revista PNAS, reconstruye cómo, cuándo y en qué condiciones climáticas se habitaron por primera vez las Azores y el impacto que tuvieron estos primeros asentamientos humanos en los ecosistemas a partir del análisis y la datación de los sedimentos extraídos de los lagos de las islas. El equipo de investigación sugiere que estos primeros pobladores procedían del norte de Europa y que habrían aprovechado las condiciones climáticas favorables para navegar hasta estas islas volcánicas, situadas a 1.450 kilómetros de las costas europeas.

Hasta la fecha, el consenso era que las Azores no habían sido colonizadas hasta la llegada de los portugueses. Según las fuentes históricas disponibles, los portugueses llegaron a la isla de Santa María en 1427 y a las de Flores y Corvo en 1452 en busca de nuevas rutas hacia la India. El trabajo ahora publicado sitúa la llegada de los primeros colonizadores de la isla a finales de la Alta Edad Media, entre el 700 y el 850 de nuestra era.

Según Alberto Sáez, catedrático de Estratigrafía de la UB y uno de los autores del artículo, "el estudio pone de manifiesto que hay que potenciar y complementar la información histórica con la investigación interdisciplinar entre las humanidades y las ciencias naturales para encontrar y tener una imagen muy precisa de nuestra historia".

El equipo dató y analizó —mediante técnicas geológicas, químicas, físicas y biológicas— cinco núcleos de sedimentos recuperados en los lagos de las islas de Sao Miguel, Pico, Terceira, Flores y Corvo. Detectaron la presencia de esteroles, una fracción de la materia orgánica abundante en las heces de los mamíferos, y esporas de hongos coprófilos, que consideraron indicadores de la presencia humana.

"Los intestinos de los mamíferos producen esteroles y estanoles fecales en abundancia y estos se conservan bien en los sedimentos lacustres, y son un indicador único y claro de la presencia de grandes mamíferos en determinados periodos de intervalos de tiempo pasados", señalan Santiago Giralt (GEO3BCN-CSIC), Roberto Bao (Universidad de La Corunya) y Timothy Shanahang (Universidad de Texas en Austin), coautores del estudio. "Además, los compuestos producidos por las vísceras humanas (ricos en coprostanol) y los agrícolas (ricos en estigmastanol) son diferentes, lo que nos permite distinguir unos de otros".

"Debido a su situación geográfica, en el centro del océano Atlántico, las islas Azores no estaban pobladas por grandes mamíferos. Por lo tanto, la aparición de coprostanol en los sedimentos puede relacionarse con la presencia humana, y el hallazgo de estigmastranol puede atribuirse a los rumiantes, como vacas, cabras u ovejas".

La colonización de las Azores comenzó 700 años antes de la llegada de los portugueses
El lago Caldeirão dentro de la caldera colapsada de la isla de Corvo. Crédito: Santiago Giralt.

 

Análisis de polen, fósiles y partículas de carbono

El equipo ha caracterizado el impacto de las primeras poblaciones humanas en los ecosistemas de las islas con el estudio del polen, los fragmentos fósiles de plantas y las partículas de carbono presentes en los sedimentos.

"Como se muestra en este estudio, la temprana ocupación humana de las islas supuso una alteración ecológica y medioambiental. Aunque las fuentes históricas describen las Azores como profundamente boscosas y prístinas, el estudio pone de manifiesto la dificultad de basarse en los registros históricos para identificar ciertos estados de alteración del ecosistema y del paisaje", señala Pere Raposeiro, investigador de la Universidad de las Azores y primer autor del artículo.

Los autores del estudio realizaron varias simulaciones de las condiciones atmosféricas y oceánicas para determinar los vientos que predominaban en el pasado y bajo los cuales se produjo la temprana colonización del archipiélago. Según estas simulaciones, y otros estudios arqueológicos y genéticos previos, sugieren que los primeros habitantes procedían de zonas del norte y noreste de Europa. Estos pueblos encontraron durante el final de la Alta Edad Media condiciones climáticas favorables para desplazarse a las Azores, debido a la preponderancia de los vientos del noreste y al debilitamiento de los vientos del oeste.

"Debido a la rotación de la Tierra, en el océano Atlántico dominan los vientos del oeste, que son más fuertes o más débiles en función de la Oscilación del Atlántico Norte (NAO), el principal modo climático que controla la circulación atmosférica en el hemisferio norte. La NAO está modulada por el patrón del Atlántico Este (EA), que controla la intensidad de los vientos del norte", señala Sáez.

Además de contar con la participación de los expertos de la UB y de otras instituciones, el estudio cuenta con la colaboración de científicos de otras instituciones de investigación nacionales e internacionales como el Centro de Investigación en Ecología y Aplicaciones Forestales (CREAF), expertos del Real Instituto Holandés de Investigación del Mar (NIOZ, Holanda), la Universidad de Brown (Estados Unidos), el Instituto Portugués del Mar y la Atmósfera (Portugal), el Instituto Dom Luiz de la Universidad de Lisboa (Portugal), la Universidad de Ámsterdam (Holanda), la Universidad de Berna (Suiza) y la Universidad Edith Cowan (Australia). 

Fuentes, créditos y referencias:

Pedro M. Raposeiro et al, Climate change facilitated the early colonization of the Azores Archipelago during medieval times, Proceedings of the National Academy of Sciences (2021). DOI: 10.1073/pnas.2108236118

Imagen: Vista del paisaje de las islas Pico (primer plano) y Faial (fondo). Crédito: Santiago Giralt. 

Artículo Anterior Artículo Siguiente

Anuncio publicitario

Reciba actualizaciones por Telegram