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Las suposiciones tradicionales han considerado a menudo que las selvas tropicales eran una barrera para los primeros Homo sapiens. Sin embargo, cada vez hay más pruebas de que los humanos se adaptaron y vivieron en los hábitats de las selvas tropicales del sudeste asiático. Algunos investigadores también sugieren que, en el pasado, otras especies humanas, como Homo erectus y Homo floresiensis, se extinguieron porque no pudieron adaptarse a este entorno como lo hizo nuestra especie. Sin embargo, sabemos muy poco sobre la adaptación ecológica de los humanos fósiles, incluyendo lo que comían.
Ahora, un nuevo estudio dirigido por el Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva de Leipzig y la Universidad Johannes Gutenberg de Maguncia ha aplicado ahora un nuevo método para investigar la dieta de los humanos fósiles: El análisis de isótopos estables de zinc del esmalte dental. Este método resulta especialmente útil para saber si los humanos y los animales prehistóricos se alimentaban principalmente de carne o de plantas.
Los isótopos de zinc revelan qué tipo de alimentos consumían principalmente
Los investigadores analizaron las proporciones de isótopos estables de zinc de los dientes de animales y humanos de dos yacimientos de la provincia de Huà Pan (Laos): Tam Pà Ling y el cercano yacimiento de Nam Lot. "El yacimiento de Tam Pà Ling es especialmente importante para la paleoantropología y la arqueología del sudeste asiático porque alberga el registro fósil más antiguo y abundante de nuestra especie en esta región", explica Fabrice Demeter, investigador de la Universidad de Copenhague. Sin embargo, en Tam Pà Ling hay pocas evidencias arqueológicas, como herramientas de piedra, elementos del hogar, restos de plantas o marcas de corte en los huesos: Solo dientes y huesos. Esto hace que los enfoques isotópicos sean la única forma de conocer la dependencia dietética del pasado.
El análisis de isótopos de nitrógeno, en particular, puede ayudar a los científicos a saber si los humanos del pasado se alimentaban de animales o de plantas. Sin embargo, el colágeno de los huesos y dientes necesario para realizar estos análisis no se conserva fácilmente.
"Los nuevos métodos -como el análisis de isótopos de zinc en el esmalte- pueden superar ahora estas limitaciones y nos permiten investigar dientes de regiones y épocas que antes no podíamos estudiar", afirma el director del estudio, Thomas Tütken, profesor del Instituto de Geociencias de la Universidad Johannes Gutenberg. "Gracias a las proporciones de isótopos estables del zinc, ahora podemos estudiar Tam Pà Ling y saber qué tipo de alimentos consumían nuestros primeros ancestros en esta región".
Tam Pà Ling ha proporcionado numerosos fósiles humanos de los primeros tiempos modernos desde el inicio de su excavación en 2009. Crédito: Fabrice Demeter |
Dieta de los humanos fósiles del sudeste asiático
El humano fósil estudiado en esta investigación data del Pleistoceno tardío, más concretamente de hace 46.000 a 63.000 años. Junto a él, también se analizaron diversos mamíferos de ambos yacimientos, como búfalos de agua, rinocerontes, jabalíes, ciervos, osos, orangutanes, macacos y leopardos. Todos estos animales diferentes muestran diversos comportamientos alimentarios, lo que constituye un antecedente ideal para determinar qué comían exactamente los humanos de la época.
La comparación de los valores de los isótopos de zinc del Homo sapiens fósil de Tam Pà Ling con los de los animales sugiere claramente que su dieta contenía tanto plantas como animales. Esta dieta omnívora también difiere de la mayoría de los datos de isótopos de nitrógeno de los seres humanos en otras regiones del mundo para ese período de tiempo, donde se discierne casi sistemáticamente una dieta rica en carne.
"Otro tipo de análisis realizado en este estudio -el de los isótopos estables del carbono- indica que los alimentos consumidos procedían estrictamente de entornos forestales", afirma Élise Dufour, investigadora del Museo Nacional de Historia Natural de París.
Los investigadores solían asociar a nuestra especie con entornos abiertos, como sabanas o estepas frías. Sin embargo, este estudio demuestra que los primeros Homo sapiens podían adaptarse a diferentes entornos.
"Será interesante, en el futuro, comparar nuestros datos de isótopos de zinc con los de otras especies humanas prehistóricas del sudeste asiático, como Homo erectus y Homo floresiensis, y ver si podemos entender mejor por qué se extinguieron mientras nuestra especie sobrevivió", concluye el primer autor, Nicolas Bourgon, investigador del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva.
Fuentes, créditos y referencias:
Nicolas Bourgon et al, Trophic ecology of a Late Pleistocene early modern human from tropical Southeast Asia inferred from zinc isotopes, Journal of Human Evolution, DOI: 10.1016/j.jhevol.2021.103075
Imagen: Diente fósil de un ciervo sambar, del que se tomó una muestra de esmalte dental para el análisis de isótopos de zinc. Esta especie de ciervo se encuentra todavía hoy en el sudeste asiático, y en concreto en Laos. Crédito: MPI f. Antropología Evolutiva