Una misteriosa " señal extraterrestre" fue una falsa alarma: Resulta que volvimos a ser nosotros de nuevo

Vea También

 

Una misteriosa " señal extraterrestre" fue una falsa alarma: Resulta que volvimos a ser nosotros de nuevo

El pasado mes de diciembre se filtró la noticia de que el proyecto Breakthrough Listen, que forma parte de la Búsqueda de Inteligencia Extraterrestre (SETI), había captado una señal inexplicable en dirección a Próxima Centauri. Aunque todos los implicados subrayaron lo improbable que era que nuestra primera prueba de inteligencia extraterrestre procediera de la estrella más cercana a nuestro Sol, algunos se atrevieron a albergar esperanzas. Sin embargo, investigaciones posteriores han hecho que la interferencia terrestre sea una explicación casi segura.

Hay muchas razones para estudiar Próxima Centauri, además de la posibilidad de emisiones de radio tecnológicas. El radiotelescopio gigante Murriyang de Australia fue apuntado hacia la estrella principalmente para estudiar las erupciones estelares, pero en el proceso recogió una gran cantidad de otros datos. En octubre de 2020, el becario de Breakthrough Listen, Shane Smith, observó algo muy extraño en 982 MHz en las grabaciones realizadas en abril de 2019, que posteriormente recibió el nombre de BLC1. Tras descartar todas las explicaciones más comunes, Smith y sus colegas seguían buscando opciones más exóticas en diciembre, cuando se filtró la noticia.

Ahora, sin embargo, se han publicado dos artículos en Nature Astronomy que revelan la decepcionante verdad. No solo no hay pruebas de la existencia de extraterrestres en nuestro patio trasero cósmico, sino que BLC1 ni siquiera era el producto de un fenómeno astronómico natural desconocido hasta ahora, lo que habría sido un excelente premio de compensación.

Se detectaron más de 4 millones de señales de banda estrecha durante el tiempo que Murriyang estuvo apuntando a Próxima Centauri y a un punto de comparación en el cielo, informa el primer artículo. Sin embargo, la mayoría de ellas se descartaron inmediatamente, ya que se detectaron en ambas direcciones, lo que indicaba que la causa era una interferencia local. Los 5.160 supuestos "eventos" restantes se recogieron mientras se apuntaba a Próxima, pero no al punto de comparación, pero solo uno sobrevivió a las pruebas de filtrado que eliminan los casos fáciles de explicar.

"El evento no se encuentra dentro del rango de frecuencias de ninguna interferencia local de radiofrecuencia (RFI) conocida, y tiene muchas características consistentes con un transmisor putativo ubicado en otro sistema estelar", señala el documento. Esto lo convirtió en el candidato más prometedor para una señal alienígena desde la señal Wow!, de 1977, pero desde el principio, pocos pensaron que se trataba de algo real.

El segundo artículo confirma que el escepticismo era acertado. En él se describen los procesos llevados a cabo para investigar las posibles explicaciones de BCL1, incluyendo la búsqueda de señales similares en datos históricos y observaciones de seguimiento de Próxima.

Se encontraron unos 60 "parecidos" a BLC1 en otras direcciones y por otros telescopios. "Las señales están espaciadas en intervalos regulares de frecuencia en los datos, y estos intervalos parecen corresponder a múltiplos de las frecuencias utilizadas por los osciladores que se usan habitualmente en varios dispositivos electrónicos", dijo en un comunicado la Dra. Sofia Sheikh, de la UC Berkeley, autora principal del segundo trabajo.

Se cree que BLC1 tiene un origen más complejo que la mayoría de los homólogos, ya que de lo contrario la señal se habría mantenido cuando Murriyang tomó datos de su punto de referencia. Se cree que probablemente diferentes fuentes de interferencia de radiofrecuencia local se mezclaron para crear BLC1, aunque todavía no se ha resuelto exactamente cuáles fueron.

"Se trata, sin duda, de una de las señales más intrigantes que hemos visto hasta la fecha", afirma el Dr. Andrew Siemion, de Breakthrough Listen. Sin embargo, "es muy improbable que proceda realmente de un transmisor de Próxima Centauri".

Breakthrough Listen centró su atención en Próxima Centauri en primer lugar porque se sabe que alberga al menos un planeta en lo que suele considerarse la zona habitable, donde las temperaturas son adecuadas para el agua líquida. Sin embargo, en Próxima también se producen intensas erupciones y eyecciones de masa coronal que, según muchos astrónomos, despojarían a los planetas cercanos de sus atmósferas y esterilizarían cualquier tipo de vida que pudiera surgir. El proyecto fue diseñado para investigar estas erupciones con mayor detalle para explorar si hay alguna esperanza de que una atmósfera sobreviva.

Fuentes, créditos y referencias:

Shane Smith, Danny C. Price, Sofia Z. Sheikh, Daniel J. Czech, Steve Croft, David DeBoer, Vishal Gajjar, Howard Isaacson, Brian C. Lacki, Matt Lebofsky, David H. E. MacMahon, Cherry Ng, Karen I. Perez, Andrew P. V. Siemion, Claire Isabel Webb, Jamie Drew, S. Pete Worden & Andrew Zic, "A radio technosignature search towards Proxima Centauri resulting in a signal of interest", Nature.


Sofia Z. Sheikh, Shane Smith, Danny C. Price, David DeBoer, Brian C. Lacki, Daniel J. Czech, Steve Croft, Vishal Gajjar, Howard Isaacson, Matt Lebofsky, David H. E. MacMahon, Cherry Ng, Karen I. Perez, Andrew P. V. Siemion, Claire Isabel Webb, Andrew Zic, Jamie Drew & S. Pete Worden, "Analysis of the Breakthrough Listen signal of interest blc1 with a technosignature verification framework", Nature.

Imagen: El telescopio Parkes Murriyang, de 64 metros, es una de las instalaciones que participan en la búsqueda de inteligencia extraterrestre, o SETI.Crédito: CSIRO/A. Cherney

Créditos a IFLScience

Artículo Anterior Artículo Siguiente

Anuncio publicitario

Reciba actualizaciones por Telegram