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La era de la exploración espacial trae consigo un nuevo riesgo: la invasión. El peligro no procede de los hombrecillos verdes que llegan en platillos volantes, sino de la contaminación microbiológica de la Tierra procedente de entornos extraterrestres y viceversa. Anthony Ricciardi, de la Universidad McGill, y sus colegas describen en BioScience los peligros que plantean estos organismos y esbozan un enfoque para hacer frente a la amenaza.
Los autores advierten que la contaminación biológica pone en peligro tanto los ecosistemas como el bienestar humano. "Debido a sus enormes costes para los sectores de recursos y la salud humana, las invasiones biológicas son un problema de bioseguridad mundial que requiere soluciones transfronterizas rigurosas", afirman Ricciardi y sus colegas. Y esa amenaza puede ser más inmediata de lo que se había previsto. A pesar de la considerable precaución microbiana de las agencias espaciales, dicen los autores, "se han aislado cepas bacterianas que muestran una resistencia extrema a la radiación ionizante, la desecación y los desinfectantes en las "salas limpias" de la NASA utilizadas para el montaje de naves espaciales".
Sin embargo, en el artículo se esboza un posible enfoque para abordar este alarmante escenario: el campo emergente de la ciencia de la invasión, en el que los profesionales estudian las causas y consecuencias de las introducciones de organismos más allá de sus áreas de distribución evolucionadas. "La investigación en la ciencia de las invasiones ha aportado nuevos conocimientos sobre la epidemiología, la evolución rápida, la relación entre la biodiversidad y la estabilidad de las comunidades, y la dinámica de las interacciones depredador-presa y parásito-huésped, entre otros muchos conceptos", afirman Ricciardi y sus colegas. Además, explican que "los protocolos de detección precoz, evaluación del peligro, respuesta rápida y procedimientos de contención que se emplean actualmente para las especies invasoras en la Tierra podrían adaptarse para hacer frente a posibles contaminantes extraterrestres".
Los autores destacan una serie de conocimientos de la ciencia de las invasiones que podrían aplicarse a las cuestiones de bioseguridad espacial, como el hecho de que los sistemas insulares, como islas, lagos y hábitats remotos, son los más vulnerables a las amenazas de invasión. Asimismo, la biología de las invasiones ha aportado conocimientos sobre la dificultad de preverlas y la importancia crucial de la detección temprana en la gestión de las amenazas microbianas. Ricciardi y sus colegas sugieren que las tecnologías portátiles de secuenciación de ADN en tiempo real, junto con las bases de datos de contaminantes conocidos del organismo, podrían permitir respuestas rápidas.
A pesar de su valor para la bioseguridad espacial, los autores afirman que los biólogos de la invasión aún no han participado en la planificación del Comité de Investigación Espacial. Esto debería cambiar pronto, argumentan, porque "una mayor colaboración entre los biólogos de la invasión y los astrobiólogos mejoraría los protocolos internacionales existentes para la bioseguridad planetaria, tanto para la Tierra como para los cuerpos extraterrestres que podrían contener vida".
Fuentes, créditos y referencias:
“Planetary Biosecurity: Applying Invasion Science to Prevent Biological Contamination from Space Travel” 17 November 2021, BioScience.
DOI: 10.1093/biosci/biab115