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Pleurosaurio del Jurásico Tardío, hace unos 150 millones de años, del sur de Alemania, un notable rinocéfalo nadador de cuerpo largo. Crédito: Roberto Ochoa |
Según un nuevo estudio sobre los lepidosaurios (lagartos, serpientes, anfisbenas y tuátaras), publicado en la revista Palaeontology, "el ritmo lento gana la carrera".
La Lepidosauria es una subclase o superorden de reptiles que contiene los órdenes Squamata (serpientes, lagartos y anfisbénidos) y Rhynchocephalia (tuátara).
En la actualidad, hay más de 10.000 especies de lepidosaurios y gran parte de su éxito reciente es el resultado de una rápida evolución en circunstancias favorables. Pero esto no siempre fue así.
"Los lepidosaurios se originaron hace 250 millones de años, a principios de la Era Mesozoica, y se dividieron en dos grandes grupos, los escamosos, por un lado, que dan lugar a los lagartos y serpientes modernos, y los rinocéfalos, por otro, representados hoy por una sola especie, la tuátara (Sphenodon punctatus)", explica el Dr. Jorge Herrera-Flores, investigador de la Escuela de Ciencias de la Tierra de la Universidad de Bristol.
"Esperábamos encontrar una evolución lenta en los rinocéfalos y rápida en los escamosos. Pero encontramos lo contrario".
"Observamos la tasa de cambio del tamaño corporal entre estos primeros reptiles", dijo el Dr. Tom Stubbs, también de la Escuela de Ciencias de la Tierra de la Universidad de Bristol.
"Descubrimos que algunos grupos de escamosos evolucionaron rápidamente en el Mesozoico, especialmente los que tenían estilos de vida especializados, como los mosasaurios marinos. Pero los rinocéfalos tuvieron una evolución mucho más rápida y constante".
"De hecho, sus tasas medias de evolución fueron significativamente más rápidas que las de los escamosos, aproximadamente el doble de la tasa de evolución de fondo, y realmente no esperábamos esto", añadió el Dr. Armin Elsler, también de la Escuela de Ciencias de la Tierra de la Universidad de Bristol.
"En la última parte del Mesozoico se originaron todos los grupos modernos de lagartos y serpientes y empezaron a diversificarse, conviviendo con los dinosaurios, sin embargo probablemente sin comprometerse con ellos ecológicamente".
"Estos primeros lagartos se alimentaban de bichos, gusanos y plantas, no obstante eran principalmente bastante pequeños".
"Tras la extinción de los dinosaurios, hace 66 millones de años, al final del Mesozoico, los rinocéfalos y los escamosos sufrieron mucho, pero los escamosos se recuperaron", añadió el profesor Mike Benton, de la Universidad de Bristol.
"Sin embargo durante la mayor parte del Mesozoico, los rinocéfalos fueron los innovadores y los que evolucionaron rápidamente".
"Se redujeron bastante antes del final del Mesozoico, y toda la dinámica cambió después".
El nuevo estudio confirma una desafiante propuesta realizada por el famoso paleontólogo George Gaylord Simpson en su libro de 1944 'Tempo and Mode in Evolution'.
Examinó los patrones fundamentales de la evolución en el marco de la evolución darwiniana y observó que muchas especies que evolucionaban rápidamente pertenecían a grupos inestables, que se adaptaban potencialmente a entornos que cambiaban con rapidez.
"El lento y constante gana la carrera", dijo el profesor Benton.
"En la clásica fábula de Esopo, la liebre veloz pierde la carrera, mientras que la tortuga lenta cruza primero la línea de meta".
"Desde los tiempos de Charles Darwin, los biólogos han debatido si la evolución se parece más a la liebre o a la tortuga".
"¿Es que los grandes grupos de muchas especies son el resultado de una evolución rápida en poco tiempo o de una evolución lenta en mucho tiempo?"
"En algunos casos, pueden estabilizarse y sobrevivir bien, pero en muchos casos las especies se extinguen tan rápido como surgen otras nuevas, y pueden extinguirse, como la liebre de la siesta".
"Por otro lado, Simpson predijo que las especies que evolucionan lentamente también pueden tardar en extinguirse, y al final pueden tener éxito a largo plazo, como la tortuga lenta no obstante persistente de la fábula."
Fuentes, créditos y referencias:
"Slow and fast evolutionary rates in the history of lepidosaurs," JA Herrera-Flores, A Elsler, TL Stubbs, MJ Benton in Palaeontology, 2021. DOI: 10.1111/pala.12579