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Un nuevo ensayo clínico ha demostrado que una asignación diferencial de aguacates puede repercutir en el consumo calórico global autodeclarado, así como en la ingesta de nutrientes macro y micronutrientes, incluidas las grasas saturadas y el sodio, y en los grupos de alimentos, como los lácteos, los cereales refinados y las carnes rojas y procesadas.
"Basándonos en su perfil de nutrientes, los aguacates podrían ser un componente favorable de un patrón de alimentación basado en plantas, ya que la mitad de una fruta de tamaño medio proporciona hasta un 20% de la fibra diaria recomendada, un 10% de potasio, un 5% de magnesio, un 15% de folato y 7,5 g de ácidos grasos monoinsaturados", dijo la primera autora del estudio, la Dra. Lorena Pacheco, investigadora postdoctoral de la Escuela de Salud Pública T.H. Chan de Harvard y de la Escuela de Salud Pública Herbert Wertheim de la Universidad de California en San Diego.
"Sin embargo, existen lagunas en nuestro conocimiento sobre los efectos de la ingesta de aguacate en el estado nutricional".
"Debe prestarse una atención meticulosa a la impartición de educación nutricional que enfatice cómo incorporar adecuadamente los aguacates como parte de un patrón dietético saludable, es decir, para que los aguacates no se sumen excesivamente a la ingesta total de calorías y/o grasas saturadas, o influyan negativamente en el comportamiento de los bocadillos (por ejemplo, patatas fritas y guacamole), lo que también podría aumentar la ingesta de sodio."
"Por lo tanto, realizamos un ensayo clínico con el objetivo de integrar los aguacates en la dieta de las familias y medir el impacto de esta intervención en la ingesta de energía, macro y micronutrientes."
"Nuestra hipótesis era que la alta asignación de aguacates conduciría a un mejor estado nutricional a nivel familiar y a una mejora de los factores de riesgo cardiometabólico".
Para el estudio, el Dr. Pacheco y sus colegas inscribieron a 72 familias (231 individuos) compuestas por al menos tres miembros cada una mayores de 5 años, que residían en el mismo hogar, no padecían enfermedades crónicas graves, no seguían dietas específicas y se autoidentificaban como de ascendencia mexicana.
Las familias fueron distribuidas aleatoriamente en los dos grupos de asignación durante seis meses, tiempo durante el cual ambos grupos también recibieron sesiones quincenales de educación nutricional.
La justificación para centrarse en las familias de ascendencia mexicana fue doble:
(1) los hispanos/latinos de Estados Unidos tienen una mayor prevalencia de obesidad y una menor ingesta de nutrientes clave que otros grupos demográficos del país;
(2) en el caso de los inmigrantes hispanos/latinos, la calidad de la dieta empeora a medida que se van aculturando, adoptando un patrón dietético occidental más rico en carbohidratos refinados y grasas de origen animal.
Los investigadores querían evaluar si un consumo mayor, pero moderado, de un único alimento rico en nutrientes podría mejorar de forma apreciable la salud general y disminuir las disparidades relacionadas con la dieta.
Se eligió el aguacate porque es un alimento vegetal de consumo tradicional que se domesticó originalmente hace miles de años en México y partes de América Central y del Sur.
Aunque los científicos no detectaron ningún cambio en las mediciones del índice de masa corporal o el perímetro de la cintura entre los dos grupos durante el ensayo, sí observaron que consumir más aguacates parecía acelerar la saciedad, es decir, la sensación de plenitud después de comer.
También descubrieron que las familias que consumían más aguacates reducían en consecuencia su consumo de proteínas animales, concretamente de pollo, huevos y carnes procesadas, estas últimas normalmente más grasas y sodio.
Las directrices nutricionales actuales recomiendan reducir el consumo de grasas y sodio.
Pero, sorprendentemente, los grandes consumidores de aguacate también registraron una menor ingesta de calcio, hierro, sodio, vitamina D, potasio y magnesio, lo que, según los investigadores, podría estar relacionado con el hecho de comer menos.
"Nuestros resultados muestran que el grupo de intervención de educación nutricional y alto consumo de aguacate redujo significativamente la ingesta energética total de su familia, así como la de hidratos de carbono, proteínas, grasas (incluidas las saturadas), calcio, magnesio, sodio, hierro, potasio y vitamina D", dijo el Dr. Pacheco.
"En los análisis secundarios ajustados a la energía, el grupo de educación nutricional y de alta asignación de aguacate aumentó significativamente su ingesta de fibra dietética, ácidos grasos monoinsaturados, potasio, vitamina E y folato".
"El ensayo puede proporcionar una estrategia para apoyar los esfuerzos de salud pública existentes para reducir las grasas saturadas y el sodio, ambos consumidos a nivel nacional en exceso de las directrices nutricionales", concluyeron los autores.
"Además, hubo una alta adherencia a los protocolos del estudio por parte de los participantes, lo que subraya el valor de usar un solo alimento vegetal denso en nutrientes que ya es familiar y favorecido por los participantes."
"La prueba de un pie vegetal culturalmente apropiado sobre la ingesta de energía, realizada por trabajadores sanitarios comunitarios biculturales y bilingües, debería extenderse a otras poblaciones".
Fuentes, créditos y referencias:
Lorena S. Pacheco et al. 2021. Effects of Different Allotments of Avocados on the Nutritional Status of Families: A Cluster Randomized Controlled Trial. Nutrients 13 (11): 4021; doi: 10.3390/nu13114021
Créditos a SciNews