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Una ilustración del embrión del oviraptorosaurio, con una orientación muy parecida a la de las aves. Crédito: Lida Xing |
Desde hace tiempo se sabe que las aves modernas son descendientes directas de los dinosaurios. Ahora, un nuevo análisis de un embrión de dinosaurio fosilizado ha puesto de manifiesto esa relación prehistórica de forma especialmente nítida.
En el año 2000, el Sr. Liang Liu, director de la empresa china de minería y venta de piedras Yingliang Group, adquirió un supuesto fósil de huevo de dinosaurio. En la década de 2010, cuando se estaba construyendo el Museo de Historia Natural de la Piedra de la empresa, el fósil fue redescubierto. Entonces se reveló el asombroso embrión fósil completo que había en su interior.
Conocido como "Bebé Yinglang", el embrión de entre 72 y 66 millones de años fue encontrado en rocas que datan del período Cretácico Superior, en la región de Ganzhou, al sur de China. Por su cráneo profundo y desdentado, se determinó que se trataba de un oviraptorosaurio, que probablemente era una familia de dinosaurios emplumados omnívoros.
El fósil actual, del que se dice que es uno de los embriones de dinosaurio más completos jamás encontrados. Crédito: Xing et al., 2021 |
El huevo en sí mide aproximadamente 17 cm de largo, mientras que el cuerpo enroscado del embrión se estima que mide 27 cm de largo si se tira de él en línea recta... y la forma en que se enrosca es el tema de la nueva investigación.
En un estudio internacional dirigido por la Universidad británica de Birmingham y la Universidad China de Geociencias, se descubrió que la postura del embrión es muy similar al comportamiento de "remetimiento" activado por el sistema nervioso central de los embriones de aves modernas.
Más concretamente, el oviraptorosaurio tenía la cabeza metida hacia abajo, las patas plegadas a ambos lados del cuerpo y la espalda arqueada para seguir la curva del extremo romo del huevo. Esta orientación nunca se había observado en un embrión de dinosaurio no aviar. En las aves, sin embargo, se ha comprobado que esa postura comúnmente adoptada aumenta en gran medida las posibilidades de éxito de la eclosión; una eclosión infructuosa suele provocar la muerte.
Hasta ahora se creía que el remetimiento era exclusivo de las aves. Este nuevo descubrimiento, sin embargo, sugiere que puede haberse originado en el grupo de dinosaurios terópodos, del que formaban parte los oviraptorosaurios.
"Este pequeño dinosaurio prenatal se parece a una cría de pájaro enroscada en su huevo, lo que constituye una prueba más de que muchos rasgos característicos de las aves actuales evolucionaron primero en sus antepasados dinosaurios", afirma el profesor Steve Brusatte, de la Universidad de Edimburgo.
Un artículo sobre la investigación -en la que también participaron científicos del Museo de Historia Natural de Yingliang Stone, la Academia China de Ciencias y la Universidad canadiense de Calgary- se publicó recientemente en la revista iScience.
Fuentes, créditos y referencias: