Un ancestro humano desconocido podría haber dejado huellas de 3,7 millones de años en África

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Un ancestro humano desconocido podría haber dejado huellas de 3,7 millones de años en África
Huella misteriosa (l) comparada con la de A. afarensis (r) en Laetoli. (McNutt et al., Nature, 2021)

Las huellas bípedas descubiertas en 1978 en el yacimiento G de Laetoli (Tanzania) y datadas hace 3,66 millones de años se consideran la prueba inequívoca más antigua de bipedismo obligatorio en el linaje humano. Otra huella descubierta en 1976 en el cercano yacimiento A de Laetoli se excavó parcialmente y se atribuyó a un homínido, pero las curiosas afinidades con los osos marginaron su importancia para la comunidad paleoantropológica. En una nueva investigación, los paleoantropólogos compararon las huellas del yacimiento A de Laetoli con las de los osos negros americanos (Ursus americanus), los chimpancés (Pan troglodytes) y los humanos (Homo sapiens), y descubrieron que se parecen más a las de los homínidos que a las de los osos.

Localización de Laetoli y redescubrimiento del yacimiento: (a) un modelo del yacimiento A de Laetoli generado mediante fotogrametría que muestra las cinco huellas de homínidos; (b) el correspondiente mapa de contorno del yacimiento generado a partir de un escaneo de superficie en 3D con barra de escala; (c) mapa de las localidades 7 y 8 de Laetoli, indicando las posiciones de las huellas bípedas A, G y S; (d, e) mapas topográficos de las dos huellas A mejor conservadas, A2 (d) y A3 (e). Crédito de la imagen: McNutt et al., doi: 10.1038/s41586-021-04187-7.
Localización de Laetoli y redescubrimiento del yacimiento: (a) un modelo del yacimiento A de Laetoli generado mediante fotogrametría que muestra las cinco huellas de homínidos; (b) el correspondiente mapa de contorno del yacimiento generado a partir de un escaneo de superficie en 3D con barra de escala; (c) mapa de las localidades 7 y 8 de Laetoli, indicando las posiciones de las huellas bípedas A, G y S; (d, e) mapas topográficos de las dos huellas A mejor conservadas, A2 (d) y A3 (e). Crédito de la imagen: McNutt et al., doi: 10.1038/s41586-021-04187-7.



"Dada la creciente evidencia de la diversidad locomotora y de especies en el registro fósil de los homínidos en los últimos 30 años, estas inusuales huellas merecían otra mirada", dijo el Dr. Ellison McNutt, investigador del Heritage College of Osteopathic Medicine de la Universidad de Ohio.

Para determinar el autor de las huellas del yacimiento A de Laetoli, el Dr. McNutt y sus colegas fueron al yacimiento, donde volvieron a excavar, limpiaron completamente, midieron, fotografiaron y escanearon en 3D las cinco huellas consecutivas.

Luego compararon las huellas con las de los osos negros, los chimpancés y los humanos.

"Cuando los osos caminan, dan pasos muy amplios, tambaleándose hacia delante y hacia atrás", explica el Dr. Jeremy DeSilva, investigador del Departamento de Antropología del Dartmouth College y del Instituto de Estudios Evolutivos de la Universidad de Witwatersrand.

"No pueden caminar con una marcha similar a la de las huellas del yacimiento A de Laetoli, ya que la musculatura de su cadera y la forma de sus rodillas no permiten ese tipo de movimiento y equilibrio".

"Los talones de los osos se estrechan y sus dedos y pies tienen forma de abanico, mientras que los pies humanos primitivos son cuadrados y tienen un dedo gordo prominente".

Sin embargo, curiosamente, las huellas del yacimiento A de Laetoli registran a un homínido cruzando una pierna sobre la otra al caminar, un modo de andar llamado paso cruzado.

"Aunque los humanos no suelen dar pasos cruzados, este movimiento puede producirse cuando uno trata de restablecer el equilibrio", dijo el Dr. McNutt.

"Las huellas del yacimiento A de Laetoli pueden ser el resultado de un homínido caminando por una zona que era una superficie desnivelada".

Basándose en las huellas recogidas de chimpancés semisalvajes en el Santuario de Chimpancés de la Isla de Ngamba, en Uganda, y de dos jóvenes en cautividad en la Universidad de Stony Brook, el equipo descubrió que los chimpancés tienen los talones relativamente estrechos en comparación con la parte delantera del pie, un rasgo común a los osos. Pero las huellas de Laetoli, incluidas las del yacimiento A de Laetoli, tienen talones anchos en relación con la parte delantera del pie.

Las huellas del yacimiento A de Laetoli también contenían las impresiones de un gran hallux (dedo gordo del pie) y un segundo dígito más pequeño. La diferencia de tamaño entre ambos dedos era similar a la de los humanos y los chimpancés, sin embargo no a la de los osos negros.

Estos detalles demuestran además que las huellas fueron hechas probablemente por un homínido que se desplazaba sobre dos piernas.

Pero al comparar las huellas del yacimiento A de Laetoli y las proporciones de los pies inferidas, la morfología y el modo de andar probable, los resultados revelan que son distintas de las del Australopithecus afarensis de los yacimientos G y S de Laetoli.

"Gracias a esta investigación, ahora tenemos pruebas concluyentes de las huellas del yacimiento A de Laetoli de que había diferentes especies de homínidos que caminaban de forma bípeda en este paisaje, pero de forma diferente con pies distintos", dijo el Dr. DeSilva.

"Tenemos estas pruebas desde la década de 1970. Sólo ha hecho falta redescubrir estas maravillosas huellas y realizar un análisis más detallado para llegar hasta aquí."

Fuentes, créditos y referencias:

McNutt, E.J., Hatala, K.G., Miller, C. et al. Footprint evidence of early hominin locomotor diversity at Laetoli, Tanzania. Nature (2021). doi.org/10.1038/s41586-021-04187-7

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