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El sistema Sea-Air Integrated Drone utiliza un multicóptero Prodrone para transportar y liberar un dron submarino Fifish. Crédito: Qysea |
El logro tecnológico entre KDDI y QYSEA ha dado como resultado el primer dron comercial capaz de operar sin problemas por tierra, mar y aire. El primer dron del mundo que va del mar al aire es una combinación de un dron aéreo de alta resistencia y el ROV (vehículo operado por control remoto) Fifish Pro V6 Plus de clase industrial de QYSEA. Se transporta en una jaula de liberación rápida en la parte inferior del helicóptero.
A través de las comunicaciones móviles de largo alcance, el dron se maneja a distancia para volar hasta su ruta preestablecida en el mar. Tras aterrizar en el lugar designado, el ROV FIFISH se libera y se despliega para trabajar. El piloto puede entonces operar a distancia con el ROV desde un lugar de trabajo seguro y realizar una serie de trabajos de inspección, mantenimiento y reparación bajo el agua.
Sin necesidad de abandonar su lugar de trabajo en tierra, el operador puede realizar inspecciones con información visual en tiempo real y operar a través de entornos submarinos con una variedad de herramientas de muestreo, medición y manipulación y ser capaz de transmitir en directo las operaciones para colaboraciones multipersonales.
En el ámbito de la energía eólica marina, el dron puede desplegarse para realizar complejas inspecciones y trabajos de mantenimiento en sus bastidores y cimientos para reducir en gran medida los riesgos humanos. En el mundo de la acuicultura, el dron puede volar para supervisar su ganado y sus cultivos, así como realizar trabajos de mantenimiento y reparación mediante la multitud de herramientas complementarias del ROV. Otras aplicaciones marinas incluyen operaciones de búsqueda y recuperación, inspecciones de cascos y otras infraestructuras submarinas.
Este ambicioso proyecto había sido planteado por KDDI seis años antes. Con más detalles sobre su lanzamiento a principios de 2022, el "Sea-Air Integrated Drone" liderará sin duda un camino esencial hacia el desarrollo de una economía oceánica sostenible y el objetivo global de la neutralidad del carbono.
Fuentes, créditos y referencias:
Fuente: Qysea