Astrónomos detectan la pareja de asteroides más joven jamás descubierta en el Sistema Solar

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Astrónomos detectan la pareja de asteroides más joven jamás descubierta en el Sistema Solar
Representación artística de una pareja de asteroides, poco después de su separación. Con el paso de los milenios, estos objetos se separarán y serán más difíciles de identificar. Con 300 años de edad, la pareja de asteroides 2019 PR2 y 2019 QR6 es la más joven encontrada hasta la fecha. Crédito UC Berkeley/Instituto SETI

Un par de asteroides que orbitan alrededor del Sol se formaron hace menos de 300 años, según ha revelado un nuevo estudio.

Esto los convierte en la pareja de asteroides más joven jamás descubierta en el Sistema Solar, por un factor de 10. El descubrimiento podría decirnos más acerca de cómo se desmoronan los asteroides, al tiempo que plantea nuevas e intrigantes preguntas.

"Es muy emocionante encontrar una pareja de asteroides tan joven que se formó hace sólo unos 300 años, lo que es como esta mañana -ni siquiera ayer- en las escalas de tiempo astronómicas", afirma el astrónomo Petr Fatka, del Instituto Astronómico de la Academia Checa de Ciencias, en Chequia.

Cuando el Sistema Solar se formó a partir de un grupo denso en una nube gigante de gas y polvo, todo lo que no se incorporó a los planetas o al Sol acabó flotando simplemente como escombros: cometas, asteroides, todo ese material crujiente.

Se cree que estos cuerpos han estado a la deriva desde antes de la aparición de nuestro mundo. De hecho, los astrónomos creen que los planetas rocosos como la Tierra, Venus, Marte y Mercurio se formaron a partir de la acumulación de estos cuerpos. Esto hace que los asteroides sean objetos científicamente interesantes; no sólo contienen información sobre la composición del Sistema Solar primitivo, sino que podrían ser los bloques de construcción a partir de los cuales se formó nuestro propio mundo.

También nos interesa saber cómo cambian con el tiempo, ya que esa información puede ayudarnos a interpretar los asteroides que estudiamos. Y puede ayudar a predecir el comportamiento futuro de los asteroides, lo cual es muy importante para un mundo frágil cuya estructura entera de ecosistemas puede ser borrada por una colisión con una roca espacial.

Los dos nuevos asteroides -llamados 2019 PR2 y 2019 QR6- fueron descubiertos por separado en 2019, por equipos de científicos que utilizaron el telescopio de sondeo Pan-STARRS1 en Hawái y el Catalina Sky Survey en Arizona, respectivamente.

No pasó mucho tiempo antes de que los dos se destacaran; tenían una órbita elíptica que era inusual en comparación con otros asteroides que vuelan cerca de la Tierra en su camino alrededor del Sol.

Los asteroides binarios no son desconocidos. Pero los mecanismos de formación de asteroides binarios no se conocen bien, por lo que los científicos realizaron observaciones de seguimiento para tratar de saber más. Utilizaron varios telescopios diferentes para tomar imágenes de la pareja y estudiaron la luz solar débilmente reflejada que rebota en sus superficies.

Estas observaciones revelaron que el mayor de los dos objetos tiene aproximadamente un kilómetro de diámetro y el otro la mitad. Las observaciones del Observatorio Lowell también revelaron que las dos rocas tienen rasgos superficiales muy similares, lo que sugiere que, compositivamente, también son muy parecidas.

"Está claro que 2019 PR2 y 2019 QR6 proceden del mismo objeto progenitor y su gran similitud orbital no es casual", dijo Fatka.

Para rastrear el origen de los objetos, los investigadores combinaron las observaciones con la modelización. Éstos revelaron que la pareja se separó de un cuerpo madre mayor hace sólo 270 años.

La mayoría de las parejas de asteroides son probablemente el resultado de la fisión rotacional. Esto ocurre cuando un asteroide poco unido gira tan rápido que empieza a romperse. Los restos que se desprenden del cuerpo madre forman entonces un objeto más pequeño.

Aquí es donde empiezan las preguntas. Sin ninguna otra intervención, hay propiedades de la configuración de 2019 PR2 y 2019 QR6 que habrían tardado más de 270 años en surgir. El equipo trató de modelar el objeto de nuevo, y encontró que esta discrepancia podría resolverse si el cuerpo padre fuera un cometa, cuyo desgasificación podría empujar a los dos asteroides a su posición.

Sin embargo, esto también plantea dudas.

"En la actualidad, los cuerpos no muestran ningún signo de actividad cometaria", explicó el astrónomo Nicholas Moskovitz, del Observatorio Lowell. "Así que sigue siendo un misterio cómo estos objetos pudieron pasar de un único cuerpo madre, a objetos activos individualmente, a la pareja inactiva que vemos hoy en día en sólo 300 años".

El próximo acercamiento de 2019 PR2 y 2019 QR6 tendrá lugar en 2033. Así que tendremos que contener nuestra curiosidad y esperar que futuras observaciones nos revelen más respuestas.

Fuentes, créditos y referencias:

Petr Fatka, Nicholas A Moskovitz, Petr Pravec, Marco Micheli, Maxime Devogèle, Annika Gustafsson, Jay Kueny, Brian Skiff, Peter Kušnirák, Eric Christensen, Judit Ries, Melissa Brucker, Robert McMillan, Jeffrey Larsen, Ron Mastaler, Terry Bressi, Recent formation and likely cometary activity of near-Earth asteroid pair 2019 PR2–2019 QR6, Monthly Notices of the Royal Astronomical Society, Volume 510, Issue 4, March 2022, Pages 6033–6049, https://doi.org/10.1093/mnras/stab3719

Fuente: Observatorio de Lowell, ScienceAlert

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