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Un grupo internacional de astrofísicos ha descubierto un nuevo método para estimar la temperatura del fondo cósmico de microondas del joven Universo sólo 880 millones de años después del Big Bang. Es la primera vez que se mide la temperatura de la radiación cósmica de fondo de microondas -una reliquia de la energía liberada por el Big Bang- en una época tan temprana del Universo. El modelo cosmológico predominante supone que el Universo se ha enfriado desde el Big Bang, y que sigue haciéndolo. El modelo también describe cómo debería proceder el proceso de enfriamiento, pero hasta ahora sólo se ha confirmado directamente para épocas cósmicas relativamente recientes. El descubrimiento no sólo marca un hito muy temprano en el desarrollo de la temperatura cósmica de fondo, sino que también podría tener implicaciones para la enigmática energía oscura. El artículo se ha publicado hoy en Nature.
Los científicos utilizaron el observatorio NOEMA (Northern Extended Millimeter Array) en los Alpes franceses, el radiotelescopio más potente del hemisferio norte, para observar HFLS3, una galaxia masiva con brotes de estrellas a una distancia correspondiente a una edad de sólo 880 millones de años después del Big Bang. Descubrieron una pantalla de gas de agua fría que proyecta una sombra sobre la radiación cósmica de fondo de microondas. La sombra aparece porque el agua más fría absorbe la radiación de microondas más cálida en su camino hacia la Tierra, y su oscuridad revela la diferencia de temperatura. Como la temperatura del agua puede determinarse a partir de otras propiedades observadas del estallido de la estrella, la diferencia indica la temperatura de la radiación relicta del Big Bang, que en ese momento era unas siete veces mayor que en el Universo actual.
"Además de la prueba del enfriamiento, este descubrimiento también nos muestra que el Universo en su infancia tenía algunas características físicas bastante específicas que ya no existen hoy en día", dijo el autor principal, el Dr. Dominik Riechers, del Instituto de Astrofísica de la Universidad de Colonia.
"Muy pronto, unos 1.500 millones de años después del Big Bang, el fondo cósmico de microondas era ya demasiado frío para que este efecto fuera observable. Por lo tanto, tenemos una ventana de observación única que se abre sólo a un Universo muy joven", continuó. En otras palabras, si hoy existiera una galaxia con propiedades idénticas a las de HFLS3, la sombra de agua no sería observable porque ya no existiría el contraste de temperaturas necesario.
"Este importante hito no sólo confirma la tendencia de enfriamiento esperada para una época mucho más temprana de lo que se ha podido medir hasta ahora, sino que también podría tener implicaciones directas para la naturaleza de la esquiva energía oscura", dijo el coautor, el Dr. Axel Weiss, del Instituto Max Planck de Radioastronomía (MPIfR) en Bonn.
Se cree que la energía oscura es la responsable de la expansión acelerada del Universo en los últimos miles de millones de años, pero sus propiedades siguen siendo poco conocidas porque no puede observarse directamente con las instalaciones e instrumentos disponibles actualmente. Sin embargo, sus propiedades influyen en la evolución de la expansión cósmica y, por tanto, en la tasa de enfriamiento del Universo a lo largo del tiempo cósmico. Según este experimento, las propiedades de la energía oscura siguen siendo -por ahora- coherentes con las de la "constante cosmológica" de Einstein. "Es decir, un Universo en expansión en el que la densidad de la energía oscura no cambia", explicó Weiss.
Tras descubrir una de estas nubes de agua fría en una galaxia con brotes de estrellas en el Universo primitivo, el equipo se propone ahora encontrar muchas más en el cielo. Su objetivo es trazar un mapa del enfriamiento del eco del Big Bang en los primeros 1.500 millones de años de historia cósmica. "Esta nueva técnica proporciona nuevos e importantes conocimientos sobre la evolución del Universo, que de otro modo serían muy difíciles de delimitar en épocas tan tempranas", afirma Riechers.
"Nuestro equipo ya está haciendo un seguimiento de esto con NOEMA estudiando los alrededores de otras galaxias", dijo el coautor y científico del proyecto NOEMA, el Dr. Roberto Neri. "Con las mejoras de precisión que se esperan de los estudios de muestras más grandes de nubes de agua, queda por ver si nuestra comprensión básica actual de la expansión del Universo se mantiene".
Fuentes, créditos y referencias:
Dominik Riechers, Microwave background temperature at a redshift of 6.34 from H2O absorption, Nature (2022). DOI: 10.1038/s41586-021-04294-5. www.nature.com/articles/s41586-021-04294-5