Nikola: Un niño androide que puede transmitir seis emociones básicas

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Algunas de las unidades de acción facial (UA) de Nikola. Fila 1: (1) Elevador de cejas interior, (2) Elevador de cejas exterior, (4) Bajador de cejas, (5) Elevador de párpado superior, (6) Elevador de mejillas, (7) Tensor de párpados. Fila 2: (10) elevador del labio superior, (12) extractor de la comisura del labio, (14) dimpler, (15) depresor de la comisura del labio, (16) depresor del labio inferior, (18) fruncidor del labio. Fila 3: (20) estirador de labios, (22) embudo de labios, (25) parte de labios, (26) caída de mandíbula, (43) ojos cerrados. Para el AU 25, se muestra el AU 25 + 26. Crédito: RIKEN
Algunas de las unidades de acción facial (UA) de Nikola. Fila 1: (1) Elevador de cejas interior, (2) Elevador de cejas exterior, (4) Bajador de cejas, (5) Elevador de párpado superior, (6) Elevador de mejillas, (7) Tensor de párpados. Fila 2: (10) elevador del labio superior, (12) extractor de la comisura del labio, (14) dimpler, (15) depresor de la comisura del labio, (16) depresor del labio inferior, (18) fruncidor del labio. Fila 3: (20) estirador de labios, (22) embudo de labios, (25) parte de labios, (26) caída de mandíbula, (43) ojos cerrados. Para el AU 25, se muestra el AU 25 + 26. Crédito: RIKEN

Los robots androides capaces de interactuar emocionalmente con los humanos tienen un considerable potencial de aplicación en la investigación. Aunque varios estudios han desarrollado androides que pueden mostrar expresiones faciales emocionales similares a las de los humanos, pocos han validado empíricamente las expresiones faciales de los androides.

Los investigadores del Proyecto Robot Guardián de RIKEN, en Japón, han creado un niño androide llamado Nikola capaz de mostrar con éxito seis emociones básicas -felicidad, tristeza, miedo, ira, sorpresa y asco- generadas por el movimiento de los "músculos" de su cara. La cabeza del androide tiene el aspecto de un niño sin pelo.

Dentro de la cara de Nikola hay 29 actuadores neumáticos que controlan los movimientos de los músculos artificiales. Además, se utilizan seis actuadores para controlar los movimientos de la cabeza y los ojos, lo que lo hace aún más parecido a la realidad. Estos actuadores neumáticos se controlan mediante presión de aire, lo que hace que los movimientos sean silenciosos y suaves.

El equipo colocó los actuadores basándose en el Sistema de Codificación de Acciones Faciales (FACS), que se ha utilizado ampliamente para estudiar las expresiones faciales. Investigaciones anteriores han identificado numerosas acciones faciales -como "levantar las mejillas" y "fruncir los labios"- que comprenden emociones típicas como la felicidad o el asco, y los investigadores incorporaron estas unidades de acción en el diseño de Nikola.



Para comprobar si la gente podía reconocer correctamente las expresiones faciales del robot, los investigadores hicieron que un grupo de personas observara a Nikola e identificara las emociones que mostraba. Comprobaron que los participantes eran capaces de reconocer estas seis emociones, aunque con distinta precisión. Algunas emociones eran más fáciles de entender que otras. Esto se debe a que la piel de silicona de Nikola es menos elástica que la piel humana real y no puede formar arrugas muy bien. Así, emociones como el asco fueron más difíciles de identificar porque no se pudo incluir la unidad de acción de arrugarse la nariz.

"A corto plazo, los androides como Nikola pueden ser importantes herramientas de investigación para la psicología social o incluso la neurociencia social", afirma el investigador principal, Wataru Sato, del Proyecto Robot Guardián de RIKEN. "En comparación con los confederados humanos, los androides son buenos para controlar los comportamientos y pueden facilitar la investigación empírica rigurosa de las interacciones sociales humanas".

Aunque Nikola aún carece de cuerpo, el objetivo final del Proyecto Robot Guardián es construir un androide que pueda asistir a las personas, sobre todo a aquellas con necesidades físicas que puedan vivir solas. "Los androides que pueden comunicarse emocionalmente con nosotros serán útiles en una amplia gama de situaciones de la vida real, como el cuidado de personas mayores, y pueden promover el bienestar humano", dice Sato.

Fuentes, créditos y referencias:

Wataru Sato et al, An Android for Emotional Interaction: Spatiotemporal Validation of Its Facial Expressions, Frontiers in Psychology (2022). DOI: 10.3389/fpsyg.2021.800657

Fuente: Universidad de Riken 

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