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Carnotaurus sastrei, un pariente abelisáurido de la nueva especie, y probable dinosaurio parecido. Créditos de la imagen Fred Wierum / Wikimedia. |
Bautizado como Guemesia ochoai, era una especie de abelisáurido, un clado de dinosaurios que habitaba en la actual África, Sudamérica e India, y que vivió hace unos 70 millones de años. Basándose en su edad, los investigadores creen que esta especie era un pariente cercano de los ancestros de todos los abelisáuridos.
El cráneo fósil parcialmente completo del animal fue desenterrado en Argentina y apunta a un ecosistema único que se desarrolló en la zona durante el Cretácico Superior. El descubrimiento es bastante emocionante, ya que la zona en la que se encontró ha dado muy pocos fósiles de abelisáuridos, por lo que completa una pieza importante de su rompecabezas histórico.
"Este nuevo dinosaurio es bastante inusual para su especie. Tiene varias características clave que sugieren que es una nueva especie, proporcionando nueva información importante sobre una zona del mundo de la que no sabemos mucho", dice el profesor Anjali Goswami, coautor del estudio que describe la especie y líder de investigación en el Museo de Historia Natural de Londres.
"Muestra que los dinosaurios que viven en esta región eran bastante diferentes de los de otras partes de Argentina, apoyando la idea de provincias distintas en el Cretácico de Sudamérica. También nos muestra que hay mucho más por descubrir en estas áreas que reciben menos atención que algunos de los sitios fósiles más famosos."
Cuando surgió esta especie, el antiguo supercontinente de Pangea ya había comenzado a separarse formando Gondwana y Laurasia. El primero, a su vez, se dividiría en los principales continentes del hemisferio sur actual y la India.
A pesar de que estas masas de tierra se separaban lentamente, las especies podían seguir moviéndose entre ellas, por lo que los investigadores suponen que la fauna de estas masas de tierra seguía siendo bastante similar, ya que los animales migraban entre ellas. Los abelisáuridos se encontraban entre estas especies.
Los abelisáuridos eran los principales depredadores de sus ecosistemas, llegando a depredar incluso al poderoso Titanosaurus. Uno de sus rasgos más definitorios eran las extremidades delanteras; aún más cortas que las del T. rex, éstas eran prácticamente inútiles. En otras palabras, la especie cazaba sin poder agarrar, confiando en cambio en sus poderosas mandíbulas y cuellos para capturar y someter a la presa. Y parece que tuvieron bastante éxito: se han encontrado fósiles de estos dinosaurios en rocas de África, Sudamérica, India y Europa, datados hasta la extinción de los dinosaurios hace 66 millones de años.
Como muestra este esqueleto, el Tyrannosaurus rex tenía brazos enclenques. (Crédito de la imagen: JaysonPhotography vía Getty Images) |
Aunque Argentina es conocida por los fósiles de abelisáuridos (hasta ahora se han descubierto 35 especies), la inmensa mayoría de ellos se han descubierto en la Patagonia, en el sur del país. En el noroeste del país se han encontrado muy pocos. El cráneo recién descubierto se suma a esta exclusiva lista.
El fósil, que consiste en la caja del cerebro con la parte superior y posterior del cráneo, fue desenterrado en la Formación Los Blanquitos, cerca de Amblayo, en el norte de Argentina. Las rocas en las que estaba encerrado han sido datadas entre 75 y 65 millones de años atrás. En otras palabras, este ejemplar vivió muy cerca de la extinción masiva del Cretácico, el evento que acabó con los dinosaurios.
Al igual que otros abelisáuridos, el cráneo contiene una caja cerebral "notablemente pequeña", según sus descubridores; su cráneo es alrededor de un 70% más pequeño que el de cualquiera de sus parientes. Esto podría sugerir que el animal era un joven, pero aún no se ha confirmado. Un rasgo distintivo del dinosaurio es una serie de pequeños agujeros en la parte delantera del cráneo, dispuestos en filas, conocidos como forámenes. Los investigadores creen que estos agujeros ayudaban al animal a enfriarse, al permitir que la sangre bombeada en ellos (y cubierta por la fina piel de la parte delantera de la cabeza) liberara el calor que contenía.
A diferencia de otras especies de abelisáuridos, el cráneo carece por completo de cuernos. Esto sugiere que la especie se encuentra entre las primeras que surgieron en el clado de los abelisáuridos antes de que estos dinosaurios desarrollaran cuernos.
Dado que existen suficientes pruebas para distinguirla como una nueva especie, el equipo la bautizó con el nombre del general Martín Miguel de Güemes, héroe de la Guerra de la Independencia argentina, y de Javier Ochoa, técnico del museo que descubrió el espécimen.
"Entender eventos globales enormes como una extinción masiva requiere conjuntos de datos globales, pero hay muchas partes del mundo que no han sido estudiadas en detalle, y toneladas de fósiles que quedan por descubrir", dice la profesora Anjali.
"Dejamos algunos fósiles interesantes en el suelo en nuestro último viaje, sin saber que pasarían años antes de que pudiéramos volver a nuestros sitios de campo. Ahora esperamos que no pase mucho tiempo antes de que podamos terminar de desenterrarlos y descubrir muchas más especies de esta fauna única."
Fuentes, créditos y referencias: