Relojes atómicos separados por pocos centímetros miden ritmos de tiempo diferentes.

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Los físicos del JILA han medido la teoría de la relatividad general de Albert Einstein, o más concretamente, el efecto llamado dilatación del tiempo, a la escala más pequeña jamás vista, demostrando que dos diminutos relojes atómicos, separados por apenas un milímetro o el ancho de la punta de un lápiz afilado, funcionan a ritmos diferentes. Crédito: R. Jacobson/NIST
Los físicos del JILA han medido la teoría de la relatividad general de Albert Einstein, o más concretamente, el efecto llamado dilatación del tiempo, a la escala más pequeña jamás vista, demostrando que dos diminutos relojes atómicos, separados por apenas un milímetro o el ancho de la punta de un lápiz afilado, funcionan a ritmos diferentes. Crédito: R. Jacobson/NIST


La conexión entre la relatividad y la mecánica cuántica ha sido una caja negra para el mundo de la física durante décadas.  Esto se debe, en parte, a la dificultad de recopilar datos sobre los sistemas que interactúan entre ambas.  La relatividad es el reino de lo supermasivo, mientras que la mecánica cuántica puede describirse mejor como el reino de lo minúsculo.  Pero, de hecho, hay un ámbito particular en el que se solapan.  Uno de los resultados de la relatividad es que la gravedad puede afectar al flujo del tiempo.  Este efecto, conocido como "dilatación del tiempo", ha sido estudiado por los investigadores del Instituto Nacional de Estándares y Tecnología (NIST) de EE. UU. utilizando un reloj atómico de extraordinaria precisión.

La dilatación del tiempo en sí misma es un concepto bien establecido.  Ni siquiera es la primera vez que los ingenieros del NIST lo demuestran utilizando relojes atómicos.  Conceptualmente, la dilatación del tiempo significa que la propia gravedad ralentiza el tiempo.  Por lo tanto, un objeto que experimenta una alta gravedad experimentará menos tiempo.

Uno de los ejemplos más famosos de este concepto se plasmó probablemente en la película Interstellar. Los héroes acaban en un mundo desolado, buscando a un explorador que sólo había experimentado unas horas en la superficie del planeta mientras que en la Tierra pasaban años.  En el caso de la película, esa dilatación del tiempo se debe a la alta gravedad causada por un agujero negro cerca del planeta, pero los mismos efectos pueden verse a escala diminuta incluso aquí en la Tierra.

En el pasado, los científicos del NIST lo demostraron midiendo la dilatación del tiempo de dos relojes atómicos colocados uno encima del otro a sólo 33 cm (1 pie) de distancia.  Incluso con esa pequeña distancia, pudieron detectar cambios perceptibles en la gravedad.  Ahora, para su siguiente truco, redujeron esa distancia a sólo un milímetro.

Tener dos relojes atómicos separados tan cerca es físicamente imposible, así que el Dr. Jun Ye y su equipo idearon uno nuevo para utilizarlo específicamente en este experimento.  Normalmente, estos dispositivos utilizan la vibración de un determinado tipo de átomo para contar el tiempo.  La propia definición de un segundo se basa en las vibraciones de un átomo de cesio.



Los investigadores utilizaron una estructura conocida como "celosía óptica" que contiene unos 100.000 átomos individuales de estroncio en una estructura definida.  Y lo que es más importante, también desarrollaron un sistema de imágenes que permitía vigilar de cerca la parte superior e inferior de la red, que podría considerarse similar a una pila de tortitas, sólo que a escala atómica.  La distancia entre la parte superior e inferior de la red óptica medía sólo un milímetro, lo que la convierte en la distancia más pequeña jamás vista en este tipo de experimento.

Aun así, había una diferencia perceptible en el tiempo experimentado por la parte superior de la red frente a la inferior.  Fue sólo de 0,0000000000000000001 segundos, pero los científicos lo contaron sin duda.  Eso estaba en línea con las expectativas de lo que la relatividad general dice que habría sido.

Demostrar una teoría que ya ha sido probada docenas de veces antes no fue el único resultado del experimento, sin embargo.  La técnica utilizada por los investigadores apunta a la posible construcción de un reloj 50 veces más preciso que cualquiera de los existentes en la actualidad.  De nuevo, esto podría parecer una exageración, ya que la mayoría de los relojes atómicos son más que adecuados para medir cualquier cosa en nuestro macromundo.  Pero en el orden de la mecánica cuántica, el tiempo en sí mismo se vuelve divertido, ya que las ligeras diferencias de gravedad en distancias mínimas son un factor de confusión en nuestra comprensión de ese ámbito.  Unos relojes más precisos podrían explorar esas pequeñas distancias de una forma que nunca antes ha sido posible, y este nuevo reloj atómico basado en la "nube de átomos" puede ser una forma de hacerlo.

Todavía es necesario mejorar la precisión en un orden de magnitud antes de que se puedan realizar estos experimentos.  Pero con suerte, determinación y una financiación continuada, la mejora de los relojes atómicos podría allanar el camino para desvelar uno de los mayores misterios de la física.

Fuentes, créditos y referencias:

T. Bothwell, C.J. Kennedy, A. Aeppli, D. Kedar, J.M. Robinson, E. Oelker, A. Staron and J. Ye. Resolving the gravitational redshift in a millimetre-scale atomic sample. Nature. Published online Feb. 16, 2022. DOI: 10.1038/s41586-021-04349-7

Fuentes: NIST, Universe Today 

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