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La Vía Láctea es una galaxia muy fría. Produce dócilmente estrellas a un ritmo de una masa solar al año, y su agujero negro supermasivo no tiene ningún estallido importante, pero no siempre ha sido así. Durante sus años de formación, hace entre 13.000 y 8.000 millones de años, nuestra galaxia era un lugar caótico y emocionante.
Maosheng Xiang y Hans-Walter Rix, del Instituto Max Planck de Astronomía, detallaron los años de adolescencia de la Vía Láctea, su colisión con otras galaxias, su producción de estrellas y la creación de elementos pesados que, con el tiempo, formarán planetas y, finalmente, a nosotros.
El equipo utilizó los datos del telescopio Gaia de la Agencia Espacial Europea, que calculó la posición y el movimiento de 1.500 millones de estrellas, además del Telescopio Espectroscópico de Fibra Multiobjeto de la Gran Área Celeste de China, que ha medido la composición química de 9 millones de estrellas.
En conjunto, el equipo extrajo la ubicación y el movimiento de 250.000 estrellas subgigantes, cuya edad puede determinarse con gran precisión. Un fantástico índice de lo que ocurrió, cuándo y dónde, en la historia de la Vía Láctea.
Las estrellas más antiguas encontradas se formaron unos 800 millones de años después del Big Bang. La Vía Láctea nació de la colisión de pequeñas protogalaxias ricas en gas, que se fusionaron para formar una forma aplanada, de 100.000 años luz de diámetro y 6.000 años luz de espesor. Esto se llama el disco grueso. El Sol se encuentra en el disco delgado, que está dentro del disco grueso y evolucionó mucho más tarde.
Vista de borde de la Vía Láctea |
Según las observaciones de este estudio, publicado en Nature, el disco grueso tuvo un pico muy específico de formación estelar hace aproximadamente 11.000 millones de años. Este acontecimiento parece estar relacionado con la fusión entre la Vía Láctea y la Salchicha de Encélado de Gaia, una galaxia satélite de la Vía Láctea.
La perturbación gravitacional causada por la colisión a gran velocidad empujó las nubes de gas, facilitando la creación de nuevas estrellas. Incluso después de que pasara la fase de fusión, el grueso disco sigue siendo rico en gas y formando nuevas estrellas.
El aumento de la formación de estrellas condujo a la creación de elementos más pesados, y a la posterior dispersión a medida que las estrellas mueren. Estos tienden a "contaminar" las estrellas más nuevas y se acumulan en las regiones centrales de la galaxia. Las observaciones muestran, en cambio, que las estrellas del disco grueso tienen aproximadamente la misma composición, lo que sugiere que el gas estaba bien mezclado.
Hace unos 8.000 millones de años, el gas se contrajo a lo que hoy llamamos el disco delgado. Allí sigue habiendo formación estelar, pero es más moderada, señal de que la galaxia entró en una era de desarrollo más tranquila y madura.
Fuentes, créditos y referencias:
Xiang, M., Rix, HW. A time-resolved picture of our Milky Way’s early formation history. Nature 603, 599–603 (2022). doi.org/10.1038/s41586-022-04496-5
Fuentes: ESA, IFLScience