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Esta impresión artística muestra el Gran Oscurecimiento de Betelgeuse, que vio a la ardiente estrella disminuir dramáticamente su brillo a finales de 2019. Crédito: ESO, ESA/Hubble, M. Kornmesser |
Un trío de investigadores de la Universidad de Tokio ha descubierto que los datos de los satélites meteorológicos pueden utilizarse para estudiar las estrellas. En su artículo publicado en la revista Nature Astronomy, Daisuke Taniguchi , Kazuya Yamazaki y Shinsuke Uno describen el estudio del oscurecimiento de Betelgeuse en 2019 mediante el análisis de los datos del satélite meteorológico Himawari-8.
En 2019, Betelgeuse, una estrella supergigante roja, disminuyó su brillo, un evento que algunos en la comunidad espacial apodaron el Gran Oscurecimiento. El oscurecimiento duró hasta principios de 2020. Científicos espaciales de todo el mundo estudiaron el inesperado fenómeno, y mientras que algunos sugirieron que era una indicación de que Betelgeuse estaba a punto de convertirse en supernova, otros no estuvieron de acuerdo, insistiendo en que parecía más probable que, aunque parte o toda la estrella podría haberse oscurecido, parecía más probable que el oscurecimiento se debiera a la interferencia de una nube de polvo.
En este nuevo intento, los investigadores se preguntaron si el satélite meteorológico japonés Himawari-8 podría aportar alguna información sobre la razón del oscurecimiento. Señalaron que registra datos infrarrojos y los envía a estaciones terrestres las 24 horas del día. También señalaron que el satélite había sido enviado tan lejos en el espacio que era capaz de capturar el tiempo de toda la superficie del planeta y también algunas de las estrellas en el fondo.
Los investigadores obtuvieron datos del satélite para los años 2017 a 2021 y los analizaron en busca de imágenes de Betelgeuse. Descubrieron que pudieron obtener datos relativos a la estrella una vez al día durante todos los años que estudiaron. Analizaron esos datos para saber más sobre el oscurecimiento que se produjo en 2019 y encontraron pruebas de que la temperatura de la estrella disminuyó aproximadamente 140 grados Celsius. También encontraron pruebas de que el polvo oscurecía la vista y sugieren que su análisis confirma lo que muchos otros habían sospechado respecto a la razón detrás del oscurecimiento.
Su trabajo demuestra que los datos de los satélites meteorológicos pueden ser un recurso valioso para los científicos espaciales. Los datos que proporcionan no sólo se recogen con más regularidad que los de los telescopios terrestres tradicionales, sino que proporcionan una visión más limpia porque los satélites giran por encima de la atmósfera terrestre.
Fuentes, créditos y referencias:
Créditos a PhysOrg