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Estás dando un paseo por el parque en una fría mañana de invierno, cuando te asalta la necesidad de encontrar un baño, ¡y rápido! Esto no solía ocurrir en verano.
¿Hay algo en el invierno que hace que tengamos más ganas de orinar?
Estudiamos la vejiga y el tracto urinario inferior. Aquí hay dos explicaciones principales de lo que ocurre.
1. Nuestro estilo de vida cambia
En verano, solemos estar al aire libre y ser más activos. Sudamos más (para perder calor) y es fácil deshidratarse si no bebemos suficiente agua.
Esto afecta a la cantidad de líquido libre que nuestro cuerpo está dispuesto a excretar, y nuestro volumen de orina suele reducirse por ello.
En invierno, solemos estar en el interior, cerca de fuentes de agua, por lo que es más probable que estemos hidratados, seamos menos activos y sudemos menos. Por ello, solemos tener más líquido libre para excretar a través de la orina.
2. Nuestro cuerpo quiere evitar perder demasiado calor
Si nos enfriamos muy rápidamente, el cuerpo protege nuestros órganos internos de varias maneras.
Una de ellas es la "diuresis inducida por el frío", es decir, un aumento de la excreción de orina como respuesta al frío.
En un primer momento, la sangre se desvía de la piel para evitar perder su calor en el aire exterior. Esto significa que una mayor cantidad de sangre acaba fluyendo por los órganos internos.
En particular, la sangre se dirige a los riñones en mayor volumen y a mayor presión. Esto aumenta la cantidad que los riñones tienen que filtrar. Como consecuencia, aumenta la tasa de excreción de orina.
¿Qué debo hacer?
La dieta, la edad, la presión arterial y la situación personal pueden influir en la cantidad de orina que orinamos.
Producir más orina también puede ser un signo de hipotermia. Se trata de que tu cuerpo responde al frío como un factor de estrés, así que actúa rápidamente. Busca un lugar alejado del frío y calienta lentamente tu cuerpo.
Si el aumento de la orina también va acompañado de otros síntomas, como escalofríos intensos, dificultades para respirar o confusión, busca atención médica inmediatamente.
Mantén los líquidos también en invierno
Si estás en el frío, es posible que no sientas sed. No obstante, asegúrese de beber mucho líquido durante el día. Aunque puede ser tentador evitar beber para no tener que ir corriendo al baño, esto puede conducir a la deshidratación.
Si sales a menudo al frío con ropa ligera y ves que esto aumenta tu producción de orina, puede tener repercusiones a largo plazo.
Orinar con frecuencia puede ser perjudicial para el equilibrio natural de sales de tu cuerpo (especialmente de sodio y potasio). Así que asegúrate de mantener una dieta saludable.
Parece un juego de equilibrio. La clave, sin embargo, es evitar que tu cuerpo se estrese de esta manera cuando hace frío. Para ello, asegúrate de vestirte adecuadamente y abrigarte bien.
¿Y si no notas la diferencia?
Aunque el cuerpo tiene mecanismos para hacer que orines más con el frío, no todo el mundo nota que orina más en invierno.
Si te mantienes abrigado, no hay razón para pensar que tu cuerpo suele recibir un "shock" para responder a las bajas temperaturas.
De hecho, cuando se realiza un seguimiento en estudios de investigación, es habitual que los investigadores no registren ninguna diferencia en la producción de orina entre las estaciones.
¿Y la orina?
No sólo el volumen de orina puede ser diferente en invierno. La composición también puede cambiar.
Es más probable que esto se deba al estilo de vida durante las estaciones frías que a algo interno. Tendemos a ser menos activos en invierno, aumentamos de peso y comemos más alimentos salados, en conserva y procesados.
Esto significa que puede haber un mayor riesgo de desarrollar cálculos renales durante el invierno para las personas susceptibles.
Así que, cuando el tiempo se enfríe, asegúrate de mantener un estilo de vida saludable, abrigarte bien y no olvides mantenerte hidratado, incluso cuando haga frío.
Este artículo ha sido publicado por The Conversation bajo una licencia Creative Commons. Lea el artículo original.