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Los humanos parecidos comparten genotipos similares y difieren en su metilación del ADN y en el paisaje del microbioma. Crédito de la imagen: Joshi et al., doi: 10.1016/j.celrep.2022.111257. |
Una nueva investigación dirigida por científicos del Instituto de Investigación contra la Leucemia Josep Carreras muestra que las personas con rostros extremadamente parecidos comparten genotipos comunes, pero difieren en sus paisajes de metilación del ADN y del microbioma.
"Durante décadas se ha descrito como un hecho probado la existencia de individuos que se parecen sin tener ningún vínculo familiar, pero sólo en términos anecdóticos y sin ninguna justificación científica", dijo el autor principal, el Dr. Manel Esteller, investigador del Instituto de Investigación contra la Leucemia Josep Carreras.
"El uso generalizado de Internet y de las redes sociales para compartir imágenes ha permitido identificar y estudiar a estas personas".
En su estudio, el Dr. Esteller y sus colegas se propusieron caracterizar un conjunto de humanos parecidos a nivel molecular.
Para ello, reclutaron dobles humanos a partir de la obra fotográfica de François Brunelle, un artista canadiense que lleva obteniendo imágenes de parecidos en todo el mundo desde 1999. Obtuvieron fotos de cabezas de 32 parejas de semejantes.
Determinaron una medida objetiva de semejanza para las parejas utilizando tres algoritmos de reconocimiento facial diferentes.
Además, los participantes rellenaron un exhaustivo cuestionario biométrico y de estilo de vida y proporcionaron ADN de saliva para un análisis multiómico.
"Este conjunto único de muestras nos ha permitido estudiar cómo la genómica, la epigenómica y la microbiómica pueden contribuir al parecido humano", dijo el Dr. Esteller.
En general, los resultados revelaron que estos individuos comparten genotipos similares, pero difieren en sus paisajes de metilación del ADN y del microbioma.
Los tres algoritmos agruparon a la mitad de las parejas similares.
El análisis genético reveló que 9 de estos 16 pares se agruparon juntos, basándose en 19.277 polimorfismos de un solo nucleótido comunes.
Además, los rasgos físicos, como el peso y la altura, y los rasgos de comportamiento, como el tabaquismo y la educación, estaban correlacionados en las parejas de aspecto similar.
En conjunto, los resultados sugieren que la variación genética compartida no sólo se relaciona con una apariencia física similar, sino que también puede influir en los hábitos y comportamientos comunes.
"Nuestros hallazgos proporcionan una base molecular para futuras aplicaciones en campos como la biomedicina, la evolución y la medicina forense", dijo el Dr. Esteller.
"Sería muy interesante hacer un seguimiento de la posible aplicación en medicina forense, utilizando el genoma de personas desconocidas para preparar estrategias bioinformáticas que permitan reconstruir el rostro a partir del ADN".
"Y en medicina, podríamos deducir el genoma de una persona a partir del análisis facial y, por tanto, utilizarlo como herramienta de cribado previo para detectar la presencia de mutaciones genéticas asociadas a enfermedades y aplicar estrategias preventivas en una fase temprana."
"Algunos estudios anteriores han comparado el genoma de individuos con rasgos faciales, pero en la población general", añadió.
"Nuestros hallazgos proporcionan una base molecular para futuras aplicaciones en campos como la biomedicina, la evolución y la medicina forense", dijo el Dr. Esteller.
"Sería muy interesante hacer un seguimiento de la posible aplicación en medicina forense, utilizando el genoma de personas desconocidas para preparar estrategias bioinformáticas para reconstruir el rostro a partir del ADN".
"Y en medicina, podríamos deducir el genoma de una persona a partir del análisis facial y, por tanto, utilizarlo como herramienta de cribado previo para detectar la presencia de mutaciones genéticas asociadas a enfermedades y aplicar estrategias preventivas en una fase temprana."
"Algunos estudios anteriores han comparado el genoma de individuos con rasgos faciales, pero en la población general", añadió.
"Nuestro estudio muestra marcadores genéticos que son fundamentales en el desarrollo de la forma de la nariz, el labio y la boca, además de determinantes completamente novedosos de la estructura ósea y la textura de la piel que también proporcionan rasgos característicos de nuestro rostro."
"Los marcadores ambientales, como el epigenoma y el microbioma, eran más distintos entre los parecidos y, por tanto, las diferencias de estas personas que se parecen pueden atribuirse a las sustancias químicas que regulan la misma secuencia de ADN y a la composición del microbioma".
"Como la población humana es ahora de 7.900 millones, es cada vez más probable que se produzcan estas repeticiones de parecidos", dijo.
"El análisis de una cohorte mayor proporcionará más información sobre las variantes genéticas que comparten estas parejas de individuos especiales y también podría ser útil para dilucidar la contribución de otras capas de datos biológicos en la determinación de nuestros rostros".
Fuentes, créditos y referencias:
Ricky S. Joshi et al. 2022. Look-alike humans identified by facial recognition algorithms show genetic similarities. Cell Reports 40 (8): 111257; doi: 10.1016/j.celrep.2022.111257
Crédito a SciNews