Este fósil con ojos de insecto parecía tener una visión de 360 grados

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Vista lateral de la Palaeotanyrhina exophthalma, que quedó atrapada en la resina de los árboles hace aproximadamente 100 millones de años. Crédito: George Poinar Jr., Universidad Estatal de Oregón
Vista lateral de la Palaeotanyrhina exophthalma, que quedó atrapada en la resina de los árboles hace aproximadamente 100 millones de años. Crédito: George Poinar Jr., Universidad Estatal de Oregón

Un verdadero bicho fosilizado conservado en ámbar birmano data de hace aproximadamente 100 millones de años (mediados del período Cretácico), según el profesor de la Universidad Estatal de Oregón George Poinar, Jr. y sus colegas.

La Palaeotanyrhina exophthalma vivió en los bosques de mediados del Cretácico de lo que hoy es Myanmar (antes conocida como Birmania).

El espécimen de ámbar procede de la mina Noije Bum 2001 Summit Site, excavada en el valle de Hukawng y situada al suroeste de Maingkhwan, en el estado de Kachin (Myanmar).

La Palaeotanyrhina exophthalma era un miembro del orden Hemiptera, es decir, los "verdaderos insectos".

"Más de 80.000 especies, entre las que se encuentran cigarras, pulgones, saltamontes, chinches y chinches de escudo, componen este orden", explica el profesor Poinar.

"El tamaño de las chinches verdaderas varía mucho, desde 1 mm hasta 15 cm, pero todas tienen una disposición similar de piezas bucales chupadoras".

La Palaeotanyrhina exophthalma medía sólo 7 mm de longitud, tenía ojos saltones, una boca alargada y patas que rezumaban resina.

Crédito de la imagen: George Poinar Jr. et al., doi: 10.18476/pale.v15.a5.
Crédito de la imagen: George Poinar Jr. et al., doi: 10.18476/pale.v15.a5.

"Se trata de un pequeño depredador que utilizaba sus ojos saltones para localizar a sus presas", explicó el profesor Poinar.

"Sus ojos proporcionaban una visión clara y de 360 grados de su hábitat, por lo que podía ver presas que podían aparecer desde cualquier lado".

"La otra característica extraña de este fósil es una vaina extendida en el segmento final de la pata del tarso delantero".

"Esa vaina estaba llena de una sustancia resinosa. La sustancia pegajosa era producida por glándulas dérmicas y ayudaba al insecto a agarrar una presa potencial".

Palaeotanyrhina exophthalma comparte algunos rasgos con los miembros de la superfamilia Reduvoidea, que incluye a la chinche asesina y a la chinche besucona, pero su largo labio (boca inferior), la forma de su cabeza y las venas de sus alas delanteras la descalifican para colocarla en cualquier familia Reduvoidea moderna.

Según los autores, la nueva especie es tan diferente que debía incluirse en su propia familia, ya extinguida: Palaeotanyrhinidae.

"Para determinar su ubicación, se realizó un análisis filogenético que concluyó que este nuevo bicho verdadero aberrante debía asignarse a Reduvioidea, y dado que sus caracteres son únicos en cuanto a la superfamilia, debía erigirse una nueva familia, Palaeotanyrhinidae, para acomodarla", dijeron.

"La observación de rastros que se sospecha que son una sustancia adhesiva, combinada con la presencia de fósulas esponjosas, sugiere que Palaeotanyrhina exophthalma era un depredador que se alimentaba de artrópodos más pequeños".

Fuentes, créditos y referencias:

George Poinar Jr. et al. 2022. Palaeotanyrhina exophthalma gen. et sp. nov. (Palaeotanyrhinidae fam. nov.) (Reduvioidea: Hemiptera) in mid-Cretaceous Burmese amber. Palaeodiversity 15 (1): 73-82; doi: 10.18476/pale.v15.a5

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