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Comprender y comunicar el impacto ambiental de los productos alimentarios es fundamental para posibilitar la transición hacia sistemas alimentarios ambientalmente sostenibles. Aunque los análisis anteriores comparaban los impactos de productos alimentarios como la fruta, el trigo y la carne de vacuno, la mayoría de los productos contienen numerosos ingredientes.
Sin embargo, como la cantidad de cada ingrediente en un producto suele ser conocida sólo por el fabricante, ha sido un reto evaluar su impacto ambiental.
Un nuevo estudio ha calculado el impacto ambiental de 57.000 productos alimentarios en el Reino Unido e Irlanda. Científicos de la Universidad de Oxford utilizaron un método transparente y reproducible para acceder al impacto ecológico de los productos con múltiples ingredientes. Es un primer paso para que los consumidores, los minoristas y los responsables políticos puedan tomar decisiones informadas sobre el impacto medioambiental de los productos alimenticios y las bebidas.
El autor principal, el Dr. Michael Clark, afirma: "Al estimar el impacto medioambiental de los productos alimenticios y bebidas de forma estandarizada, hemos dado un primer paso importante para proporcionar información que podría permitir una toma de decisiones informada. Todavía tenemos que encontrar la mejor manera de comunicar esta información para cambiar el comportamiento hacia resultados más sostenibles, pero la evaluación del impacto de los productos es un importante paso adelante."
Más de la mitad de los consumidores británicos quieren adoptar opciones alimentarias más responsables desde el punto de vista medioambiental, según un informe de la Agencia de Normas Alimentarias*, y las empresas alimentarias están estableciendo simultáneamente objetivos agresivos de emisiones netas de efecto invernadero. Sin embargo, hay una escasez de datos exhaustivos sobre el impacto medioambiental de los alimentos y las bebidas, lo que permitiría a los clientes y a las empresas tomar decisiones más sostenibles.
Para el estudio, los científicos utilizaron la información disponible públicamente para obtener estimaciones del impacto ambiental de 57.000 productos alimentarios. Examinaron las emisiones de gases de efecto invernadero, el uso de la tierra, el estrés hídrico y la posibilidad de eutrofización, que se produce cuando las masas de agua se enriquecen con nutrientes, lo que a menudo da lugar a floraciones de algas destructivas y acaba provocando la muerte de otros seres vivos. El equipo integró estas cuatro puntuaciones en una única puntuación compuesta proyectada del efecto medioambiental por cada 100g de producto por razones de análisis, visualización y comunicación.
El profesor Peter Scarborough, catedrático de Salud de la Población de Oxford, afirma: "Este trabajo es muy emocionante. Por primera vez, disponemos de un método transparente y comparable para evaluar la huella ambiental de los alimentos procesados con múltiples ingredientes. Estos alimentos constituyen la mayor parte de las compras que hacemos en el supermercado, pero hasta ahora no había forma de comparar directamente su impacto en el medio ambiente."
"Este trabajo podría servir de apoyo a herramientas que ayuden a los consumidores a tomar decisiones de compra de alimentos más sostenibles desde el punto de vista medioambiental. Y lo que es más importante, podría impulsar a los minoristas y a los fabricantes de alimentos a reducir el impacto medioambiental del suministro de alimentos, facilitando así que todos tengamos dietas más saludables y sostenibles."
Los científicos cuantificaron las diferencias de impacto ambiental entre los productos con múltiples ingredientes. Comprobaron que los elaborados con frutas, verduras, azúcar y harina, como las sopas, las ensaladas, el pan y muchos cereales de desayuno, tienen una puntuación baja, mientras que los elaborados con carne, pescado y queso se sitúan en el extremo superior de la escala. La cecina, el biltong y otros productos cárnicos deshidratados, que suelen tener más de 100 g de carne fresca por cada 100 g de producto final, suelen tener el mayor impacto ambiental.
Los científicos descubrieron una importante heterogeneidad dentro de determinadas categorías de alimentos, como la carne y los sustitutos de la carne, la lasaña, las galletas y las salsas al pesto. El impacto ambiental de los artículos de menor impacto de varios tipos de alimentos era con frecuencia de la mitad a la décima parte del de los de mayor impacto. Si se comparte con los clientes y los minoristas, esta información podría animar a los consumidores a elegir alimentos sostenibles sin tener que hacer cambios dietéticos significativos, como cambiar la carne de vacuno por las alubias.
Los productos más sostenibles tendían a ser más nutritivos, incluida la carne y los sustitutos de la carne, cuando se comparaba la puntuación del efecto medioambiental con su contenido nutricional determinado por la técnica Nutri-score. Hay algunas excepciones a esta tendencia, como las bebidas azucaradas, que no sólo son inferiores desde el punto de vista nutricional, sino que también tienen una influencia mínima en el medio ambiente.
Jennie Macdiarmid, catedrática de Nutrición y Salud Sostenibles del Instituto Rowett de la Universidad de Aberdeen, afirma: "Un aspecto importante del estudio ha sido vincular el impacto medioambiental de los alimentos compuestos con la calidad nutricional, mostrando algunas de las sinergias y compensaciones entre los distintos parámetros. Gracias a este nuevo método, los fabricantes pueden reducir el impacto medioambiental al tiempo que garantizan una alta calidad nutricional de los productos."
La cantidad de cada ingrediente de un producto alimenticio o de una bebida con múltiples ingredientes suele ser conocida sólo por el fabricante. Aun así, en el Reino Unido están obligados por ley a proporcionar los valores porcentuales de ciertos ingredientes, y éstos aparecen en el envase por orden de tamaño.
Utilizando los porcentajes conocidos y el orden de los ingredientes, los científicos dedujeron los valores desconocidos, cruzando referencias de productos y componentes utilizando un gran conjunto de datos de productos. Los ingredientes individuales se asignaron a bases de datos medioambientales, y los porcentajes de todos los ingredientes dentro de cada producto se utilizaron para estimar el impacto de cada producto completo.
Los científicos también utilizaron foodDB, una plataforma de investigación de Big Data de Oxford, que recoge y procesa diariamente datos sobre todos los productos alimenticios y bebidas disponibles en 12 supermercados online del Reino Unido e Irlanda, y una revisión exhaustiva de 570 estudios sobre el impacto medioambiental de la producción de alimentos, que incluye datos de 38.000 explotaciones agrícolas de 119 países.
El Dr. Richie Harrington, director de foodDB, afirma: "Nuestro método llena un vacío de información sobre el impacto medioambiental de los alimentos con múltiples ingredientes. Los algoritmos que hemos desarrollado pueden estimar la contribución porcentual de cada ingrediente dentro de un producto y cotejar esos ingredientes con las bases de datos de impacto ambiental existentes. Aplicando esta metodología para generar puntuaciones de impacto para un gran número de productos, ilustramos cómo se puede utilizar para obtener información cuantificable sobre la sostenibilidad de esos productos y su relación con su calidad nutricional."
Fuentes, créditos y referencias:
Fuente: Universidad de Oxford