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El ADN de burros antiguos y vivos, como estos de Portugal, ha revelado cuándo y dónde fueron domesticados los animales. Crédito: CLAUDIA COSTA, AEPGA |
Los asnos domésticos (Equus asinus) han sido importantes para el ser humano durante miles de años, siendo la principal fuente de trabajo y transporte para muchas culturas. A diferencia de los caballos, se sabía poco sobre su origen y domesticación. Un equipo de investigación dirigido por científicos de la Universidad Paul Sabatier ha secuenciado los genomas de 207 burros modernos y 31 antiguos, así como de 15 équidos salvajes, y ha encontrado pruebas de un origen en África oriental hace más de 7.000 años.
Los burros domésticos han sido importantes para el ser humano durante miles de años, ya que han sido una fuente de trabajo animal y de transporte a larga distancia para muchas culturas.
Sin embargo, a pesar de su importancia para las antiguas sociedades pastoriles de África, Europa y Asia, se sabe poco sobre su larga historia con el ser humano, especialmente en lo que respecta a su origen, domesticación y el impacto de la gestión humana en sus genomas.
Aunque estas criaturas siguen siendo esenciales para el desarrollo de las comunidades de ingresos bajos y medios, en particular las que se encuentran en entornos semiáridos y de tierras altas, siguen siendo notablemente poco estudiadas, probablemente debido a su actual infravaloración y a la pérdida de utilidad en las sociedades industrializadas modernas.
Para colmar esta laguna, la Dra. Evelyn Todd, de la Universidad Paul Sabatier, y sus colegas secuenciaron 238 genomas de burros modernos y antiguos.
Encontraron fuertes evidencias filogeográficas que apoyan un único evento de domesticación en el este de África hace más de 7.000 años (5000 AEC).
A continuación, se produjeron una serie de expansiones por toda África y hasta Eurasia, donde las subpoblaciones acabaron aislándose y diferenciándose, quizá debido a la aridificación del Sáhara.
Con el tiempo, las corrientes genéticas procedentes de Europa y Oriente Próximo volvieron a encontrar su camino en las poblaciones de burros de África occidental.
Además, los autores descubrieron un nuevo linaje genético procedente de la región de Levante que existía hace unos 2.200 años y que contribuyó a aumentar el flujo genético hacia las poblaciones de burros asiáticos.
La gestión de los burros implicaba la endogamia y la producción de linajes gigantes en una época en la que las mulas eran esenciales para la economía y el ejército romanos.
"Estos descubrimientos exigen nuevas excavaciones arqueológicas para encontrar la fuente inicial de domesticación en África, así como la secuenciación de otros genomas de burros primitivos en ambas orillas del mar Mediterráneo, para comprender mejor el papel de este animal en la historia del comercio entre Europa y el norte de África", señalaron.
Fuentes, créditos y referencias: