Un experimento sugiere que en Marte podría haber aún rastros de vida

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La D. radiodurans (conocida cariñosamente como "Conan la Bacteria") es especialmente adecuada para sobrevivir al duro entorno de Marte. Crédito: Northwestern University
La D. radiodurans (conocida cariñosamente como "Conan la Bacteria") es especialmente adecuada para sobrevivir al duro entorno de Marte. Crédito: Northwestern University

Marte tiene un entorno duro e implacable. El planeta rojo parece inhabitable para la vida debido a las temperaturas secas y heladas, que alcanzan una media de -80 grados Fahrenheit (-63 grados Celsius) en las latitudes medias. Y lo que es peor: los protones solares y la potente radiación cósmica galáctica bombardean continuamente Marte.

En una investigación pionera, un equipo de investigación dirigido por Brian Hoffman y Ajay Sharma, de la Universidad Northwestern, descubrió que las antiguas bacterias podrían sobrevivir mucho más tiempo de lo que se pensaba cerca de la superficie de Marte. Además, los gérmenes podrían sobrevivir considerablemente más tiempo cuando están enterrados porque están protegidos de los protones solares y la radiación cósmica galáctica.

Estos hallazgos refuerzan la posibilidad de que, si alguna vez evolucionó la vida en Marte, sus restos biológicos puedan ser revelados en futuras misiones, como ExoMars (el rover Rosalind Franklin) y el Mars Life Explorer, que llevará taladros para extraer materiales a 2 metros de profundidad.

Los investigadores también demostraron que algunas cepas de bacterias podrían soportar el clima hostil de Marte, lo que plantea la posibilidad de que los futuros astronautas y viajeros espaciales introduzcan involuntariamente sus microbios en el planeta.

Michael Daly, profesor de patología de la Universidad de Servicios Uniformados de Ciencias de la Salud (USU) y miembro del Comité de las Academias Nacionales para la Protección Planetaria, que dirigió el estudio, declaró: "Nuestros organismos modelo sirven como indicadores de la contaminación hacia adelante de Marte, así como de la contaminación hacia atrás de la Tierra, y ambas cosas deben evitarse". Es importante destacar que estos hallazgos también tienen implicaciones para la biodefensa, ya que la amenaza de agentes biológicos, como el ántrax, sigue siendo una preocupación para la defensa militar y nacional".

Hoffman dijo: "Llegamos a la conclusión de que la contaminación terrestre en Marte sería esencialmente permanente, durante plazos de miles de años. Esto podría complicar los esfuerzos científicos de búsqueda de vida marciana. Asimismo, si los microbios evolucionaron en Marte, podrían ser capaces de sobrevivir hasta el día de hoy. Eso significa que devolver muestras de Marte podría contaminar la Tierra".

Para su estudio, los científicos comenzaron por determinar los límites de supervivencia de la vida microbiana a la radiación ionizante. A continuación, expusieron seis tipos diferentes de bacterias y hongos terrestres a una simulación seca y congelada de la superficie de Marte y los bombardearon con protones o rayos gamma (para imitar la radiación del espacio).

Según Hoffman, "en la atmósfera marciana no hay agua que fluya ni que sea significativa, por lo que las células y las esporas se secarían". También se sabe que la temperatura de la superficie de Marte es más o menos similar a la del hielo seco, por lo que, efectivamente, está profundamente congelada".

Al final, los científicos concluyeron que algunos microorganismos terrestres serían capaces de perdurar en Marte durante épocas geológicas de cientos de millones de años. Los científicos descubrieron que un microbio resistente, Deinococcus radiodurans, o "Conan la Bacteria", es especialmente apto para sobrevivir a las severas condiciones de Marte. Conan the Bacterium superó a las esporas de Bacillus, que pueden vivir en la Tierra durante millones de años, al sobrevivir a enormes cantidades de radiación en el entorno frígido y árido.

Los científicos expusieron las muestras a altas dosis de radiación gamma y protones, similares a las que experimentaría Marte en el subsuelo inmediato, así como a dosis mucho más bajas, similares a las que ocurrirían si un microorganismo estuviera enterrado en profundidad.

A continuación, el equipo de Hoffman en la Northwestern midió la acumulación de antioxidantes de manganeso en las células de las bacterias expuestas mediante una sofisticada técnica de espectroscopia. Hoffman descubrió una correlación entre el número de antioxidantes de manganeso que porta un microbio o sus esporas y el tamaño de la dosis de radiación que puede soportar. Por tanto, tener más antioxidantes de manganeso aumenta la resistencia a la radiación y mejora la vida útil.

En investigaciones anteriores, los científicos descubrieron que la bacteria Conan puede resistir 25.000 unidades de radiación (o "grises"), es decir, unos 1,2 millones de años justo debajo de la superficie de Marte, mientras se mantiene en líquido. Sin embargo, el último estudio descubrió que la resistente Bacteria podía resistir 140.000 grises de radiación cuando estaba seca, congelada y profundamente enterrada, condiciones que serían características de un clima marciano. La dosis letal para el ser humano es 28.000 veces mayor que ésta.

Aunque la bacteria Conan sólo podría sobrevivir durante unas horas en la superficie mientras está bañada por la luz ultravioleta, su vida útil mejora drásticamente cuando está a la sombra o se encuentra directamente bajo la superficie de Marte. Enterrada a sólo 10 centímetros por debajo de la superficie marciana, el periodo de supervivencia de la bacteria Conan aumenta a 1,5 millones de años. Y, enterrada a 10 metros de profundidad, la Bacteria de color calabaza podría sobrevivir la friolera de 280 millones de años.

Daly dijo: "Aunque D. radiodurans enterrado en la subsuperficie marciana no podría sobrevivir en estado latente durante los 2.000 a 2.500 millones de años que se calcula que ha desaparecido el agua corriente en Marte, estos entornos marcianos se alteran y funden regularmente por los impactos de meteoritos. Sugerimos que la fusión periódica podría permitir la repoblación y dispersión intermitente. Además, si alguna vez existió vida marciana, aunque ahora no haya formas de vida viables en Marte, sus macromoléculas y virus sobrevivirían mucho, mucho más tiempo. Eso refuerza la probabilidad de que, si la vida evolucionó alguna vez en Marte, esto se revele en futuras misiones".

Fuentes, creditos y referencias:

William H. Horne, Robert P. Volpe et al. Effects of Desiccation and Freezing on Microbial Ionizing Radiation Survivability: Considerations for Mars Sample Return. Astrobiology. DOI: 10.1089/ast.2022.0065

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