Se acaba de encontrar la prueba más antigua de que los antiguos humanos cocinaban con fuego

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El cráneo de carpa presentado procede de las Colecciones de Historia Natural del Museo Steinhardt de Historia Natural de la Universidad de Tel Aviv. Crédito: Universidad de Tel Aviv
El cráneo de carpa presentado procede de las Colecciones de Historia Natural del Museo Steinhardt de Historia Natural de la Universidad de Tel Aviv. Crédito: Universidad de Tel Aviv

Arqueólogos han encontrado los restos de un pez cocido similar a la carpa, de 780.000 años de antigüedad, en el yacimiento achelense de Gesher Benot Ya'aqov, en Israel.

El pescado contiene una gran cantidad de ácidos grasos omega que, junto con otros nutrientes, son esenciales para el crecimiento saludable, el desarrollo del cerebro y la salud en general.

Se ha sugerido que el acceso de los primeros humanos a las redes alimentarias acuáticas podría haber tenido un impacto considerable y ventajoso en sus capacidades cognitivas y su fertilidad.

Aunque el pescado puede comerse crudo, el cocinado es más nutritivo, más seguro de comer, más fácil de digerir y, cuando se cocina al vapor o al horno, pero no a la parrilla, conserva su contenido en ácidos grasos.

Sin embargo, aún se desconoce cuándo se empezó a cocinar el pescado y no hay consenso sobre cuándo los homínidos desarrollaron por primera vez la capacidad de controlar el fuego y cocinar.

Hay algunas pruebas que sugieren que el Homo erectus ya practicaba un uso controlado del fuego hace aproximadamente 1,7 millones de años. Sin embargo, las pruebas relativas al uso del calor específicamente para la preparación de alimentos por parte de este ancestro humano no son concluyentes y son controvertidas.

Aunque es probable que los primeros homínidos que utilizaban el fuego ya cocinaban sus alimentos, las pruebas definitivas de esta práctica corresponden a los primeros Homo sapiens y neandertales hace 170.000 años.

El nuevo análisis de los restos de un gran pez parecido a la carpa recuperado en Gesher Benot Ya'aqov, un yacimiento anegado situado en el norte del valle del Jordán, a orillas del paleolago Hula, hace retroceder esa fecha 610.000 años.

"Este estudio demuestra la enorme importancia del pescado en la vida de los humanos prehistóricos, para su dieta y su estabilidad económica", explicaron la Dra. Irit Zohar, de la Universidad de Tel Aviv, y la Dra. Marion Prévost, de la Universidad Hebrea de Jerusalén.

"Además, al estudiar los restos de peces encontrados en Gesher Benot Ya'aqob pudimos reconstruir, por primera vez, la población de peces del antiguo lago Hula y demostrar que el lago albergaba especies de peces que se extinguieron con el tiempo".

"Estas especies incluían barbos gigantes (peces parecidos a las carpas) que alcanzaban hasta 2 m de longitud".

"La gran cantidad de restos de peces encontrados en el yacimiento demuestra su consumo frecuente por parte de los primeros humanos, que desarrollaron técnicas culinarias especiales", añadieron.

"Estos nuevos hallazgos demuestran no sólo la importancia de los hábitats de agua dulce y de los peces que contenían para el sustento del hombre prehistórico, sino que también ilustran la capacidad de los humanos prehistóricos de controlar el fuego para cocinar los alimentos, y su comprensión de los beneficios de cocinar el pescado antes de comerlo".

En su estudio, los autores se centraron en los dientes faríngeos de pescado encontrados dentro o en las proximidades de hogares fantasma, es decir, grupos de microartículos de sílex quemados, en el yacimiento de Gesher Benot Ya'aqob.

Ilustración de homínidos explotando y cocinando Luciobarbus longiceps (barbo grande, Cyprinidae) en las orillas del paleo lago Hula (ilustración de Ella Maru). Crédito: Universidad de Tel Aviv
Ilustración de homínidos explotando y cocinando Luciobarbus longiceps (barbo grande, Cyprinidae) en las orillas del paleo lago Hula (ilustración de Ella Maru). Crédito: Universidad de Tel Aviv

La mayoría de los dientes pertenecían a dos grandes especies de peces primarios de agua dulce de la familia Cyprinidae: el barbo del Jordán (Luciobarbus longiceps), una especie endémica de la cuenca del río Jordán, y el himri del Jordán (Carasobarbus canis).

Estas dos especies se consideran una sabrosa y valiosa fuente de nutrientes, proteínas y ácidos grasos insaturados. Su carne, rica en grasa, es suculenta.

"En este estudio, utilizamos métodos geoquímicos para identificar los cambios en el tamaño de los cristales del esmalte dental, como resultado de la exposición a diferentes temperaturas de cocción", dijo el Dr. Jens Najorka, investigador del Museo de Historia Natural de Londres.

"Cuando se queman con fuego, es fácil identificar el cambio drástico en el tamaño de los cristales del esmalte, pero es más difícil identificar los cambios causados por la cocción a temperaturas entre 200 y 500 grados Celsius".

"El hecho de que la cocción del pescado sea evidente a lo largo de un período tan largo e ininterrumpido de asentamiento en el yacimiento indica una tradición continua de cocción de alimentos", dijo la profesora Naama Goren-Inbar de la Universidad Hebrea de Jerusalén.

"Este es otro de una serie de descubrimientos relacionados con las altas capacidades cognitivas de los cazadores-recolectores achelenses que estuvieron activos en la antigua región del Valle de Hula".

Los científicos sugieren que la ubicación de las zonas de agua dulce determinó la ruta de la migración de los primeros humanos desde África hasta el Levante y más allá.

"La explotación de los peces en los hábitats de agua dulce fue el primer paso en la ruta de los humanos prehistóricos fuera de África", dijeron.

"Los primeros humanos empezaron a comer pescado hace unos dos millones de años, pero cocinar el pescado -como se ha descubierto en este estudio- representó una auténtica revolución en la dieta achelense y es una base importante para entender la relación entre el hombre, el medio ambiente, el clima y la migración cuando se intenta reconstruir la historia de los primeros humanos."

Fuentes, créditos y referencias:

Irit Zohar, Evidence for the cooking of fish 780,000 years ago at Gesher Benot Ya'aqov, Israel, Nature Ecology & Evolution (2022). DOI: 10.1038/s41559-022-01910-z. www.nature.com/articles/s41559-022-01910-z

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