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La asociación Club 49 surgió en Barcelona a finales de la década de 1940 y fue uno de los elementos clave de reconstrucción y promoción del panorama artístico y cultural de la ciudad, así como un claro ejemplo del circuito de la cultura catalana en el periodo de la dictadura franquista.
Club 49
En la Barcelona de posguerra, la recuperación gradual de la actividad cultural de vanguardia se focalizó en grupos que intentaban salir de la mediocridad oficial. Club 49 fue una asociación civil independiente que promovía el consumo de actividades culturales. En un entorno gris y deprimido, se transformó en el elemento clave de reconstrucción y promoción del panorama artístico de la ciudad, aprovechando los espacios de permisividad del régimen franquista e intentando establecer puentes con la vanguardia de los años 30.
Club 49 reunía la burguesía industrial, empresarial y profesional de Barcelona con artistas, arquitectos, intelectuales, músicos, escritores, fotógrafos, periodistas… Una asociación dispar y heterogénea con gente muy diversa unida por el “compromiso común de un arte nuevo”.
Esta variedad facilitó las actividades de este colectivo, ya que su principal motor fueron las profesiones de los miembros y las conexiones que tenían en el territorio. Así encontramos conferencias sobre arte del siglo XX realizadas por el historiador y crítico de arte Cirici Pellicer, ciclos sobre el mundo del jazz ideados y dirigidos por el crítico y promotor musical Alfredo Papo o aproximaciones al mundo del arte japonés gracias al escultor Eudald Serra (1911-2001).
Japón en Barcelona
En la Barcelona de la década de 1950 y 1960 se organizaron algunas exposiciones y conferencias que tuvieron al arte japonés como protagonista, un mundo y una cultura desconocidas para la mayor parte del público del momento. Todo fue posible por el impulso de Eudald Serra. La gran mayoría de las actividades promovidas por él estuvieron muy orientadas a mostrar la estética ligada al ideario del Mingei Undō.
Serra había conocido el Mingei Undō –que podría traducirse como “arte del pueblo”– en sus años de residencia en Japón (entre 1935-1947). Este movimiento surgió a inicios del siglo XX como un proceso de revitalización del arte popular japonés y como reacción al proceso de industrialización del país. Era una filosofía idealizada de la producción artesanal, una estética que ensalzaba los objetos sencillos, cotidianos y simples.
Todas las actividades realizadas iban encaminadas a difundir este tipo concreto de arte japonés. Así se vio en sus exposiciones de 1950 y 1955, en la muestra de 1953 de cerámica realizada junto a Llorens Artigas o en las visitas guiadas de 1958 y 1962 a exposiciones que mostraban los objetos japoneses comprados por el propio Serra para el Museu Etnològic de Barcelona, entre otros casos. Tampoco se puede olvidar la publicación en 1969 del fotoscop –libro de imágenes con un orden secuencial– titulado Arte del objeto japonés, con texto de la historiadora y crítica de arte Maria Lluïsa Borràs y fotografías de Iwamiya Takeji. Las imágenes fueron seleccionadas y secuenciadas visualmente por Joan Prats, director de la colección.
Club 49 también puso el foco en el arte de vanguardia relacionado con Japón. La exposición internacional Art Autre, Arte Otro (Sala Gaspar, 1957) fue un hito en el panorama cultural del momento. En ella se pudieron ver obras de artistas destacados (Pollock, Fautrier, Wols, de Kooning, Tobey, etc.) junto a artistas nacionales como Tàpies, Tharrats y componentes del grupo El Paso. Entre todos ellos destacaba la presencia de dos pintores japoneses instalados por esa época en París: Hisao Dōmoto (1928-2013) y Toshimitsu Imaï (1928-2002).
También hay que destacar que, en 1966, el Teatre de l’Aliança de Poble Nou estrenó una versión reducida de la obra de teatro Nō Semimaru, de Zeami Motokiyo (1363-1443). La obra contó con una escenografía de Tàpies, impactante por su austeridad y sencillez, que conectaba con el interés del artista catalán por el arte zen y su búsqueda de la esencia y su capacidad de evocación.
Legado histórico
Club 49 fue una asociación clave para entender el panorama cultural de la ciudad de Barcelona en las décadas de 1950 y 1960. Dinámica, prolífica e innovadora, realizó multitud de actividades en un contexto social y político absolutamente restrictivo. Fue también una ventana abierta al conocimiento para muchos barceloneses, gracias a la programación de eventos variados y heterogéneos.
Club 49 dejó constancia de sus múltiples intereses y actividades en el material efímero –invitaciones, folletos, etc.– con el que presentaban las iniciativas culturales a los socios. Este material no solo destaca por su cantidad, sino especialmente por su calidad, y permite recuperar el amplio abanico de acciones que Club 49 llevó a cabo en las décadas de 1950 y 1960. La mayoría de las invitaciones salieron de la imprenta del artista Joan Josep Tharrats (1918-2001), quien también las diseñaba y maquetaba.
Dicho material gráfico, en principio efímero, ha llegado hasta nuestros días –especialmente en archivos particulares– gracias a la relación afectiva que mucha gente estableció con ellos. Esto permite que reconstruyamos parte de la historia y, más allá de los grandes eventos, podamos mostrar la cotidianidad de la práctica cultural de aquel periodo, además de revisar una pequeña parte de la memoria cultural de la ciudad de Barcelona durante el franquismo.
Muriel Gómez Pradas resume en este artículo los resultados de la investigación llevada a cabo en el marco de los proyectos I+D “Arte y cultura de Japón en España: Difusión e influencia” (ACJEDI - PGC2018-097694-B-I00) y "El regionalismo franquista desde Cataluña: prácticas y discursos centrípetos" (PID2021-125227NB-I00).
Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.