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Una rana de cristal, vista desde su parte inferior, despierta y activa
(izquierda) o dormida (derecha). (The Atlantic; Jesse Delia / Museo
Americano de Historia Natural)
Presentes en todos los trópicos americanos, las ranas de cristal simplemente
parecen verdes cuando salen de noche.
Durante el día, estos anfibios nocturnos duermen en el envés de hojas
translúcidas. Al hacerlo, su piel y tejido muscular se vuelven transparentes
y sólo quedan visibles sus huesos, ojos y órganos internos. De este modo, se
vuelven casi invisibles para cualquier depredador que no mire de cerca la
hoja.
Aunque muchas criaturas acuáticas también utilizan la transparencia para
esconderse de los depredadores, las ranas de cristal son uno de los pocos
animales terrestres conocidos que lo hacen. Algo que frena a otras criaturas
son sus glóbulos rojos, muy visibles y opacos. Algunos peces sortean este
problema no produciendo glóbulos rojos, pero no es el caso de las ranas.
Para averiguar qué estrategia utilizan los anfibios, un equipo dirigido por
científicos del Museo Americano de Historia Natural y la Universidad de Duke
estudió ranas de cristal Hyalinobatrachium fleischmanni en cautividad,
utilizando una técnica conocida como imagen fotoacústica.
En pocas palabras, la imagen fotoacústica consiste en proyectar luz láser
inofensiva en el tejido biológico, donde es absorbida por moléculas -como
las de los glóbulos rojos- y convertida en ondas ultrasónicas. Analizando
esas ondas, los científicos pudieron cartografiar la ubicación de los
glóbulos rojos en el organismo.
Y lo que es más importante, la técnica no requirió sujetar a las ranas,
matarlas o inyectarles agentes de contraste, lo que habría provocado que
dejaran de ser transparentes.
Se descubrió que, cuando duermen, las ranas trasladan casi el 90% de sus
glóbulos rojos del torrente sanguíneo al hígado, lo que hace que su piel y
su tejido muscular sean entre dos y tres veces más translúcidos que antes.
Además, su hígado tiene una membrana externa reflectante similar a un
espejo, lo que también contribuye a reducir su visibilidad.
En la mayoría de los demás vertebrados, la agrupación de los glóbulos rojos
podría provocar la formación de coágulos potencialmente mortales en los
vasos sanguíneos. Sin embargo, esto nunca ocurre con las ranas de cristal.
Los científicos intentan ahora determinar por qué ocurre esto, con la
esperanza de que la respuesta pueda conducir a medicamentos para prevenir
los coágulos sanguíneos en las personas.
"Este es el primero de una serie de estudios que documentan la fisiología de
la transparencia de los vertebrados, y esperamos que estimule el trabajo
biomédico para traducir la fisiología extrema de estas ranas en nuevos
objetivos para la salud humana y la medicina", dijo Jesse Delia, del Museo
Americano de Historia Natural, quien dirigió el estudio junto con Carlos
Taboada, de la Universidad de Duke - ambos científicos son becarios
postdoctorales.
Fuentes, créditos y referencias: