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Los investigadores consideran que la medición de las ondas gravitacionales es un avance reciente "perturbador".
Según un estudio de Russell Funk, sociólogo de la Universidad de Minnesota en Minneapolis, los datos sugieren que el nivel de "disruptividad" en la investigación científica ha descendido mucho en la década de 2000 en comparación con el último medio siglo.
Funk y sus colegas se centraron en los datos de citas extraídos de 45 millones de manuscritos y 3,9 millones de patentes que se publicaron entre 1976 y 2010. Según los autores, si un estudio era muy perturbador, era menos probable que las investigaciones posteriores citaran las referencias del estudio, ya que se limitarían a citar el estudio en sí.
Los investigadores utilizaron los datos de las citas para calcular una nueva medida de disruptividad, que denominaron "índice CD", con valores que van de -1 (el trabajo menos disruptivo) a 1 (el más disruptivo). El estudio afirma que el índice CD medio sufrió un brusco descenso de más del 90% entre 1945 y 2010, y de más del 78% entre 1980 y 2010.
El estudio tiene en cuenta las posibles diferencias en las prácticas de citación y otros factores existentes entre los distintos campos de investigación y tipos de patentes, y destaca cómo el aparente descenso del carácter disruptivo parece afectar a todo tipo de investigación y trabajo científico.
El estudio también tuvo en cuenta los verbos más utilizados en los manuscritos, descubriendo cómo las palabras que evocan la creación o el descubrimiento fundamental ("producir", "determinar", etc.) se utilizaban más en la década de 1950 que en la de 2010. En los últimos años, los investigadores preferían palabras que destacaran el progreso incremental como "mejorar" o "potenciar".
Estudios anteriores ya sugerían que la innovación científica se ha ralentizado en las últimas décadas, pero el nuevo trabajo de Funk y sus colegas sigue un enfoque basado en datos al analizar la tendencia. Yian Yin, científico social computacional de la Universidad Northwestern de Evanston (Illinois), subraya cómo lo disruptivo no es intrínsecamente bueno, y la ciencia incremental no es necesariamente mala.
Yin cita la primera observación directa de las ondas gravitacionales, un descubrimiento histórico que fue a la vez revolucionario y producto de la ciencia incremental. Idealmente, un progreso científico "sano" ofrecería una mezcla de investigación incremental y disruptiva. John Walsh, especialista en política científica y tecnológica del Instituto de Tecnología de Georgia (Atlanta), afirma que "en un mundo en el que nos preocupa la validez de los descubrimientos, sería bueno que hubiera más réplicas y reproducciones".
En cuanto a las razones que explican el descenso del índice de disrupción en la investigación científica, el estudio aún no ofrece respuestas definitivas. Entre las posibles explicaciones se incluyen un número mucho mayor de investigadores que trabajan hoy en día en comparación con la década de 1940, o equipos de investigación más grandes que son más comunes hoy en día y son más propensos a producir ciencia incremental que disruptiva.
Fuentes, créditos y referencias:
Fuentes: Nature