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Planeta enano Ceres. | © NASA / JPL-Caltech / UCLA / MPS / DLR / IDA / Justin Cowart |
Los asteroides de bajo albedo conservan un registro de los planetesimales primordiales del Sistema Solar y de las condiciones en las que la nebulosa solar estaba activa. Sin embargo, el origen y la evolución de estos asteroides necesitan ser mejor delimitados.
En un nuevo estudio, un equipo internacional de investigadores, entre los que se encuentran geocientíficos de la Universidad de Heidelberg, ha medido con éxito una clase de asteroides desconocida hasta ahora. Las mediciones en el rango infrarrojo podrían conducir a la identificación de una clase de asteroides hasta ahora desconocida.
Similares al planeta enano Ceres, son abundantes en agua y están situados en el cinturón de asteroides entre Marte y Júpiter. Las simulaciones por ordenador sugieren que poco después de su formación, complicados procesos dinámicos desplazaron estos asteroides desde los confines de nuestro Sistema Solar hasta el actual cinturón de asteroides.
El planeta enano Ceres es el mayor asteroide entre Marte y Júpiter, con un diámetro ecuatorial de unos 900 kilómetros. Esta zona también alberga muchos otros planetas diminutos.
El Prof. Dr. Mario Trieloff, del Instituto de Ciencias de la Tierra de la Universidad de Heidelberg, declaró: "Estos son los restos de los materiales de construcción a partir de los cuales se crearon los planetas de nuestro Sistema Solar hace cuatro mil quinientos millones de años. En estos pequeños cuerpos y sus fragmentos, los meteoritos, encontramos numerosas reliquias que apuntan directamente al proceso de formación de los planetas."
"El estudio actual demuestra que los pequeños cuerpos astronómicos proceden de todas las regiones del Sistema Solar primitivo. A través de pequeños cuerpos procedentes del Sistema Solar exterior, el agua podría haber llegado a la Tierra, aún en crecimiento, en forma de asteroides, ya que los componentes básicos de los planetas del Sistema Solar interior tendían a ser áridos."
Implantación de planetesimales en el cinturón de asteroides durante el crecimiento y la evolución dinámica de los planetas. Crédito: Nature Astronomy (2023). DOI: 10.1038/s41550-023-01898-x |
El Dr. Driss Takir, de las instalaciones del Telescopio Infrarrojo de la NASA en el Observatorio de Mauna Kea, en Hawai (EE.UU.), declaró: "Las mediciones astronómicas permiten identificar asteroides similares a Ceres, con un diámetro tan pequeño como 100 kilómetros, situados actualmente en una región confinada entre Marte y Júpiter, cerca de la órbita de Ceres."
"Al mismo tiempo, los espectros infrarrojos apoyan las conclusiones sobre la composición química y mineralógica de los cuerpos. Al igual que Ceres, en la superficie de los asteroides descubiertos hay minerales originados por la interacción con agua líquida."
El Dr. Wladimir Neumann, miembro del equipo del Prof. Trieloff, declaró: "Poco después de la formación de los asteroides, las temperaturas no eran lo bastante elevadas como para convertirlos en una estructura rocosa compacta; mantuvieron el carácter poroso y primitivo típico de los planetas helados exteriores situados lejos del Sol."
Según las características de los objetos y su ubicación en una zona relativamente pequeña del cinturón exterior de asteroides, estos objetos similares a Ceres podrían haberse originado en una región fría de la frontera de nuestro Sistema Solar.
Las perturbaciones gravitatorias alteraron las trayectorias de estos asteroides en las órbitas de planetas masivos como Júpiter y Saturno, lo que a veces se conoce como "inestabilidad de los planetas gigantes", y provocaron que los asteroides quedaran "implantados" en el actual cinturón de asteroides. Para ilustrarlo se utilizaron las estimaciones informáticas de los científicos sobre la evolución de las trayectorias en los inicios del Sistema Solar.
Fuentes, créditos y referencias: