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Sarracenia X leucophylla. Crédito: Laurence Gaume |
Un grupo de plantas carnívoras, las llamadas plantas de jarra, incluye las conocidas Sarraceniaceae, famosas por su gama de formas y colores para ayudar a atrapar a las presas. Sin embargo, se sabe menos sobre sus olores.
Un nuevo estudio -publicado en PLoS ONE- plantea la hipótesis de que los olores de las jarras desempeñan un papel vital en la composición de las presas. Algunos estudios antiguos utilizaban la extracción de tejidos para investigar el olor de las plantas de jarra. Sin embargo, este método también recogía compuestos no volátiles y no podía ofrecer información sobre la composición del ramillete emitido.
Este estudio reciente utilizó el mismo método para comparar metabolitos entre especies de Sarraceniaceae e investigó su perfil olfativo. En Sarracenia flava y S. leucophylla se ha planteado el papel del aroma de las jarras en la atracción de insectos, y se ha hallado una correlación significativa entre las visitas de las moscas y las tasas de emisión de COV.
Los científicos lo demostraron experimentalmente mediante olfatometría en hormigas y moscas en Nepenthes rafflesiana, confirmando hipótesis anteriores.
Los científicos recogieron los olores de 39 cántaros de 16 plantas diferentes en 13 sesiones de extracción. Las jarras se seleccionaron en estadios comparables. Analizaron las muestras utilizando un cromatógrafo de gases acoplado a un espectrómetro de masas y una columna capilar Optima 5-MS.
De los 39 cántaros analizados por su olor, 22 se analizaron también por su contenido en presas y la morfología del cántaro. Los análisis de similitud de compuestos orgánicos volátiles (COV) revelaron especificidades de taxones que reflejaban las reveladas por los análisis de similitud de presas. S. X leucophylla destacó por estar más especializada en insectos voladores como abejas y polillas y por liberar más monoterpenos conocidos por atraer a los visitantes de las flores. S. X Juthatip soper atrapó tantas abejas pero menos polillas, y los sesquiterpenos contribuyeron menos a su olor.
Los científicos señalaron: "Las hormigas y los dípteros fueron las principales presas de las otras dos, con olores dominados por derivados de ácidos grasos".
Las plantas de jarra Sarracenia son originarias de EE.UU. y Canadá, pero se cultivan comercialmente en muchas partes del mundo. Crédito: Alexander_N/Shutterstock |
La Dra. Laurence Gaume, coautora del estudio, afirma: "Nuestros hallazgos son importantes porque sugieren que estas plantas carnívoras no son pasivas, sino que pueden dirigirse a sus presas."
"Ofrece vías potencialmente interesantes en el campo del control biológico, y uno puede imaginar inspirarse en las señales olfativas de estas plantas jarro para controlar plagas de plantas, por ejemplo".
"Sin embargo, seguimos siendo cautos porque nuestros resultados se basan en correlaciones. Incluso con correlaciones fuertes, son necesarias más pruebas para investigar si los diferentes tipos de insectos son realmente atraídos por olores particulares."
"El olor de las plantas de jarra Sarracenia tampoco es muy fuerte, y pasan alrededor de dos semanas antes de que el olor sea más intenso. Aunque los matices del olor pueden no ser muy claros para la nariz humana, sí lo son para las antenas de los insectos".
Según el estudio, cada jarra emitía un olor parecido al de las plantas generalistas que pueden polinizar una gran variedad de especies. Los científicos observaron que las jarras presentaban ligeras variaciones en los COV que producían, aunque esto les permitía extender ampliamente su red en busca de posibles presas.
Las jarras atraen a abejas y mariposas porque están enriquecidas en limoneno, que da a los cítricos su aroma característico. Procede de un grupo de compuestos que contienen aproximadamente dos tercios del aroma de las plantas con flores y que atraen a estos polinizadores.
Mientras tanto, S. purpurea poseía un olor rico en compuestos de ácidos grasos conocidos por atraer a avispas parasitoides e insectos depredadores. Estos animales constituían una parte considerable de la nutrición de la planta, lo que indica que el aroma puede estar dirigido explícitamente a ellos.
Según los científicos, el olor de una jarra y sus dimensiones pueden servir para predecir las presas que atrae una planta alrededor del 98% de las veces. Nuevas investigaciones podrían ayudar a explicar cómo las plantas carnívoras polinizadas por insectos pueden atraer a algunas especies para polinizarlas y a otras para alimentarse.
Fuentes, créditos y referencias: