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El robot de 90 kilos está diseñado para maniobrar tanto sobre el hielo como bajo el agua. NASA/JPL-CALTECH |
El Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA está probando un robot
versátil con forma de serpiente que podría cartografiar, recorrer y explorar
de forma autónoma destinos hasta ahora inaccesibles.
Llamado EELS (Exobiology Extant Life Surveyor), el robot autónomo
autopropulsado está destinado a subir algún día a los respiraderos helados de
la luna Encélado de Saturno y sumergirse en su océano subsuperficial en busca
de señales de vida.
El EELS podría recorrer de forma segura una gran variedad de terrenos de la
Tierra, la Luna y más allá, como arena y hielo ondulados, paredes de
acantilados, cráteres demasiado escarpados para los vehículos exploradores,
tubos de lava subterráneos y espacios laberínticos dentro de los glaciares.
El equipo del proyecto comenzó a construir el primer prototipo en 2019 y ha
estado haciendo revisiones continuas. Han estado probando tornillos de
plástico blanco impresos en 3D para realizar pruebas en terrenos más sueltos
como arena y nieve blanda, así como tornillos de metal negro más afilados para
el hielo.
En su forma actual, el robot EELS 1.0 pesa unos 100 kilos y mide 4 metros de
largo. Está compuesto por 10 segmentos idénticos que giran utilizando roscas
de tornillo para propulsarse, traccionar y agarrarse. Estos segmentos
individuales pueden incluso actuar como hélices, lo que permite al robot EELS
explorar su entorno bajo el agua.
"Tiene la capacidad de ir a lugares donde otros robots no pueden ir. Aunque
algunos robots son mejores en un tipo concreto de terreno u otro, la idea del
EELS es la capacidad de hacerlo todo", afirma Matthew Robinson, director del
proyecto EELS del JPL.
El robot ha sido puesto a prueba en entornos arenosos, nevados y helados,
desde el patio de Marte del JPL hasta un "patio de juegos robótico" creado en
una estación de esquí de las montañas nevadas del sur de California, incluso
en una pista de hielo cubierta local. Debido al largo intervalo de
comunicaciones entre la Tierra y el espacio profundo, el EELS está diseñado
para detectar de forma autónoma su entorno, calcular el riesgo, viajar y
recopilar datos con instrumentos científicos aún por determinar. Cuando algo
va mal, el objetivo es que el robot se recupere por sí solo, sin ayuda humana.
El robot serpiente crea un mapa tridimensional de su entorno utilizando cuatro
pares de cámaras estereoscópicas y lidar, que es similar al radar pero emplea
pulsos cortos de láser en lugar de ondas de radio. Con los datos de esos
sensores, los algoritmos de navegación calculan el camino más seguro.
En su forma final, el robot tendrá 48 actuadores que le darán flexibilidad
para adoptar múltiples configuraciones, pero añadirán complejidad a los
equipos de hardware y software.
"Cuando vas a lugares donde no sabes lo que te vas a encontrar, quieres enviar
un robot versátil y consciente de los riesgos, preparado para la incertidumbre
y capaz de tomar decisiones por sí solo", explica Matthew Robinson.
Fuente:
NASA