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| Investigadores de los Laboratorios Nacionales Sandia inflando un globo solar de aire caliente con una carga útil de microbarómetro infrasónico. (Crédito de la imagen: Darielle Dexheimer, Sandia National Laboratories) |
Daniel Bowman, de los Laboratorios Nacionales Sandia, y su equipo crean globos de 6 a 7 metros de ancho para alcanzar la estratosfera. A pesar de su tamaño y capacidad de recogida de datos, los globos son extremadamente sencillos.
La capa más tranquila de la atmósfera terrestre es la estratosfera. Los micrófonos de la estratosfera captan una serie de sonidos que no se oyen en ningún otro lugar y que apenas se ven alterados por aviones o turbulencias. Entre ellos se encuentran los sonidos de la naturaleza, como los truenos o las olas del mar, y los de la actividad humana, como las explosiones o las turbinas eólicas.
Daniel Bowman, del Sandia National Laboratories, presentará sus resultados en la 184ª reunión de la Acoustical Society of America, que se celebrará del 8 al 12 de mayo en el Chicago Marriott Downtown Magnificent Mile Hotel.
Los microbarómetros, creados en un principio para rastrear volcanes, son utilizados por los investigadores para recabar información y escuchar sonidos de baja frecuencia. Tras soltar los globos, utilizan el GPS para seguir su trayectoria, lo cual es esencial porque los globos pueden viajar cientos de kilómetros y posarse en lugares inaccesibles. Sin embargo, como los globos son asequibles, sencillos de construir y fáciles de lanzar, pueden soltar varios globos a la vez y recopilar más datos.
Bowman explica: "Nuestros globos son bolsas de plástico gigantes con polvo de carbón en el interior para oscurecerlos. Los construimos con plástico de pintor de ferretería, cinta adhesiva y carbón vegetal en polvo de tiendas de artículos pirotécnicos. Cuando el sol ilumina los globos oscuros, el aire del interior se calienta y flota. Esta energía solar pasiva es suficiente para llevar los globos desde la superficie hasta más de 20 km en el cielo".
"Cada globo sólo necesita materiales por valor de unos 50 dólares y puede construirse en una cancha de baloncesto".
Junto con los esperados sonidos humanos y ambientales, Bowman y su equipo detectaron algo que no pudieron identificar.
Bowman dijo: "[En la estratosfera,] hay misteriosas señales infrasónicas que se producen unas pocas veces por hora en algunos vuelos, pero su fuente es completamente desconocida."
Fuentes, créditos y referencias: