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El molde de un cráneo neandertal expuesto en el Museo Estatal de Arqueología de Chemnitz, Alemania, el 24 de enero de 2023. Crédito: Hendrik Schmidt/picture alliance vía Getty Images. |
ATF3, un gen que da lugar a una nariz más alta (de arriba abajo), puede haber sido producto de la selección natural cuando los antiguos humanos se adaptaron a climas más fríos tras abandonar África, según un nuevo estudio de asociación de rasgos faciales en más de 6.000 latinoamericanos.
"En los últimos 15 años, desde que se secuenció el genoma neandertal, hemos podido saber que nuestros antepasados aparentemente se cruzaron con neandertales, lo que nos ha dejado pequeños fragmentos de su ADN", explica el Dr. Kaustubh Adhikari, coautor del estudio e investigador del University College de Londres y la Open University.
"Aquí descubrimos que parte del ADN heredado de los neandertales influye en la forma de nuestras caras".
"Esto podría haber sido útil para nuestros antepasados, ya que se ha transmitido durante miles de generaciones".
Para el estudio, el Dr. Adhikari y sus colegas utilizaron datos de 6.486 voluntarios de toda América Latina, de ascendencia mixta europea, nativa americana y africana, que forman parte del estudio CANDELA, que reclutó en cinco países latinoamericanos: Brasil, Colombia, Chile, México y Perú.
Los investigadores compararon la información genética de los participantes con fotografías de sus rostros -específicamente observando las distancias entre puntos de sus rostros, como la punta de la nariz o el borde de los labios- para ver cómo los distintos rasgos faciales se asociaban con la presencia de diferentes marcadores genéticos.
Identificaron 33 regiones genómicas asociadas a la forma de la cara, 26 de las cuales pudieron replicar en comparaciones con datos de otras etnias utilizando participantes de Asia oriental, Europa o África.
En una región del genoma en concreto, denominada ATF3, los científicos descubrieron que muchas personas de su estudio con ascendencia nativa americana -así como otras con ascendencia de Asia oriental de otra cohorte- tenían material genético en este gen heredado de los neandertales, lo que contribuía a una mayor altura nasal.
También descubrieron que esta región del gen presentaba signos de selección natural, lo que sugería que confería una ventaja a los portadores del material genético.
Cráneos humanos modernos y neandertales arcaicos, uno al lado del otro, mostrando la diferencia en la altura nasal. Fotografía: Dr. Kaustubh Adhikari, UCL |
"Hace tiempo que se especula con que la forma de nuestras narices está determinada por la selección natural; como nuestras narices pueden ayudarnos a regular la temperatura y la humedad del aire que respiramos, es posible que narices de formas diferentes se adapten mejor a los distintos climas en los que vivían nuestros antepasados", afirma el primer autor, el Dr. Qing Li, investigador de la Universidad de Fudan.
"El gen que hemos identificado aquí puede haber sido heredado de los neandertales para ayudar a los humanos a adaptarse a climas más fríos cuando nuestros antepasados salieron de África".
"La mayoría de los estudios genéticos sobre la diversidad humana han investigado los genes de los europeos", dijo el coautor principal, el profesor Andrés Ruiz-Linares, investigador de la Universidad de Fudan, el University College de Londres y la Universidad de Aix-Marsella.
"La muestra diversa de participantes latinoamericanos de nuestro estudio amplía el alcance de los hallazgos de los estudios genéticos, ayudándonos a comprender mejor la genética de todos los humanos".
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