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La activa participación del presidente del Gobierno de España Pedro Sánchez en la campaña de las elecciones autonómicas y locales del 28 de mayo parecía refrendar la voluntad de la derecha de convertir estos comicios en un primer acto de las elecciones generales, previstas para diciembre.
Los resultados de este 28M han supuesto un crecimiento importante del PP y de VOX (y, a pesar de la desaparición de CS, del bloque de la derecha), al tiempo que un castigo al PSOE y a la izquierda. A raíz de los resultados, Sánchez ha anunciado la decisión de convocar elecciones anticipadas, que tendrán lugar el 23 de julio, es decir, casi cinco meses antes de lo esperado.
Resulta tentador interpretar esta convocatoria de elecciones anticipadas como una claudicación del Gobierno ante los malos resultados, y así ha sido presentada en algunos rotativos. Sin embargo, sería atrevido concluir que la anticipación de las elecciones supone algo así como una rendición por parte de Sánchez; especialmente, viniendo de alguien, como él, que tan exitosamente se ha batido en circunstancias adversas.
A mi juicio, la convocatoria anticipada puede entenderse como una decisión estratégica orientada a conseguir varios objetivos.
1. El momento escogido refuerza la idea de dos modelos
La fecha escogida significa que las elecciones generales van a coincidir en el tiempo con los pactos que, previsiblemente, tendrá que establecer el PP con Vox en seis comunidades autónomas en las que los populares no tienen mayoría absoluta, pero la suma con los de Santiago Abascal sí que le permitiría hacerse con el gobierno: Aragón, Baleares, Cantabria, Extremadura, Murcia y Comunidad Valenciana (de hecho, el PP solo ha obtenido mayorías absolutas en dos Comunidades Autónomas: La Rioja y Madrid).
Algo similar sucedería en los municipios en los que el PP es la segunda fuerza, pero podría sumar una mayoría con Vox: por ejemplo, Sevilla, Valencia o Huelva. Es decir, la convocatoria de elecciones podría servirle al PSOE para centrar la atención en dos modelos: el PSOE y sus aliados o el PP y la derecha radical: “Comprométete y vota; si no, tendrás a Vox en todos los gobiernos”.
Cuestión distinta es si el miedo a Vox, que tan bien funcionó en 2019, sigue movilizando al electorado potencial del gobierno.
2. Sánchez impone la agenda
La convocatoria inmediata de elecciones tendrá, previsiblemente, un segundo efecto en términos del debate político. Probablemente, cambiará el marco de la discusión: ya no se hablará demasiado del 28M, sino que se pasará rápidamente a hablar del 23J. En este sentido, el PSOE puede conseguir amortiguar el efecto “bandwagon” que pretendía aprovechar el PP, es decir, el efecto de “apuntarse al carro ganador”, que los politólogos han documentado como uno de los más comunes en procesos electorales de todo tipo.
3. Busca ilusionar de nuevo a su electorado
La convocatoria de elecciones puede transmitir la idea de que el PSOE no se acomoda, y que, tras un revés electoral como el del 28M, tiene la valentía de dar la palabra a los ciudadanos y someter su continuidad en el gobierno de la nación al veredicto de las urnas, en lugar de quedarse hasta diciembre, esto es, en lugar de tratar de aferrarse al poder todo el tiempo que pueda. En este sentido, las elecciones anticipadas podrían estar tratando de recuperar el Sánchez de 2019, el que busca ilusionar y llevar la iniciativa.
4. Obliga a pactar a las izquierdas del PSOE
Esta convocatoria imprevista de elecciones supone una sorpresa importante tanto para el PP como para los socios a la izquierda del PSOE. Es posible que, dada la poca estructura de Sumar y los pésimos resultados de Podemos el 28M, la anticipación de los comicios le permita al PSOE fagocitar una parte importante del voto que podría recaer de otra manera en Sumar-Podemos.
E, incluso si no lo hace, es probable que les obligue a pactar, con lo que evitaría las prolongadas pugnas entre Podemos y Sumar que, aparentemente, están mermando el conjunto de votos y escaños agregados de la izquierda en su conjunto.
En definitiva, hay razones de peso para sospechar que la llamada a las urnas responde al intento de Sánchez de, una vez más, salir victorioso cuando pocos se lo esperan.
Dentro de menos de dos meses sabremos si la estrategia ha sido exitosa.
Andrés Santana does not work for, consult, own shares in or receive funding from any company or organization that would benefit from this article, and has disclosed no relevant affiliations beyond their academic appointment.
Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.