Una nave espacial detecta pequeños chorros que podrían ser el origen del viento solar

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Este mosaico de imágenes muestra multitud de diminutos chorros de material que escapan de la atmósfera exterior del Sol. Las imágenes proceden de la nave espacial Solar Orbiter de la ESA y la NASA. En este mosaico aparecen como rayas oscuras sobre la superficie solar. Las imágenes son "negativas", lo que significa que, aunque los chorros aparecen oscuros, son destellos brillantes contra la superficie solar. Cada chorro dura entre 20 y 100 segundos, y expulsa partículas cargadas, conocidas como plasma, a unos 100 km/s. Estos sucesos podrían ser la fuente, largamente buscada, del "viento solar", el flujo constante de partículas cargadas que procede del sol y fluye a través del sistema solar. En este collage de imágenes, el polo sur del Sol está a la izquierda. Crédito: ESA & NASA/Solar Orbiter/EUI Team; agradecimientos: Lakshmi Pradeep Chitta, Instituto Max Planck para la Investigación del Sistema Solar, CC BY-SA 3.0 IGO
Este mosaico de imágenes muestra multitud de diminutos chorros de material que escapan de la atmósfera exterior del Sol. Las imágenes proceden de la nave espacial Solar Orbiter de la ESA y la NASA. En este mosaico aparecen como rayas oscuras sobre la superficie solar. Las imágenes son "negativas", lo que significa que, aunque los chorros aparecen oscuros, son destellos brillantes contra la superficie solar. Cada chorro dura entre 20 y 100 segundos, y expulsa partículas cargadas, conocidas como plasma, a unos 100 km/s. Estos sucesos podrían ser la fuente, largamente buscada, del "viento solar", el flujo constante de partículas cargadas que procede del sol y fluye a través del sistema solar. En este collage de imágenes, el polo sur del Sol está a la izquierda. Crédito: ESA & NASA/Solar Orbiter/EUI Team; agradecimientos: Lakshmi Pradeep Chitta, Instituto Max Planck para la Investigación del Sistema Solar, CC BY-SA 3.0 IGO

El viento solar, formado por partículas de plasma, escapa del Sol y fluye por el espacio interplanetario, chocando con todo lo que encuentra a su paso; cuando choca con el campo magnético de la Tierra, se produce un fenómeno atmosférico conocido como aurora.

A pesar de ser una característica fundamental del Sol, aún queda por descubrir cómo y dónde se produce el viento solar cerca del Sol. Solar Orbiter nos ha acercado un paso significativo gracias a su instrumentación superior.

El sensor Extreme Ultraviolet Imager (EUI) del Solar Orbiter proporcionó los datos. El 30 de marzo de 2022, EUI captó imágenes del polo sur del Sol. Estas imágenes muestran una variedad de patrones débiles y transitorios que están conectados a diminutos chorros de plasma que están siendo expulsados del Sol.

Cada chorro dura entre 20 y 100 segundos y expulsa plasma a unos 100 km/s. Estos chorros podrían ser la tan buscada fuente del viento solar.

Lakshmi Pradeep Chitta, del Instituto Max Planck de Investigación del Sistema Solar (Alemania), declaró: "Sólo hemos podido detectar estos diminutos chorros gracias a las imágenes de alta resolución y alta cadencia sin precedentes producidas por EUI. En concreto, las imágenes se tomaron en el canal ultravioleta extremo del generador de imágenes de alta resolución del EUI, que observa plasma solar de millones de grados a una longitud de onda de 17,4 nanómetros".

El hecho de que el análisis demuestre que estos patrones son provocados por el plasma expulsado del entorno solar es especialmente significativo.


Andrei Zhukov, del Real Observatorio de Bélgica, colaborador en el trabajo y que dirigió la campaña de observación del Solar Orbiter, declaró: "Uno de los resultados aquí obtenidos es que, en gran medida, este flujo no es uniforme, la ubicuidad de los chorros sugiere que el viento solar procedente de los agujeros coronales podría originarse como un flujo de salida muy intermitente."

Cada chorro lleva asociada una modesta cantidad de energía. Las llamaradas solares de clase X se sitúan en el extremo superior de los fenómenos coronales, y las llamadas nano llamaradas en el inferior. Una llamarada X contiene mil millones de veces más energía que una nano llamarada. Menos energéticos aún, los diminutos chorros hallados por Solar Orbiter manifiestan unas mil veces menos energía que una nano llamarada y dirigen la mayor parte de esa energía a la evacuación del plasma.

La inferencia de su ubicuidad en las nuevas mediciones sugiere que expulsan una parte considerable de las partículas que observamos en el viento solar. Además, los eventos más pequeños y frecuentes pueden ofrecer aún más.

David Berghmans, del Real Observatorio de Bélgica e investigador principal del instrumento EUI, declaró: "Creo que es un paso importante encontrar algo en el disco que ciertamente está contribuyendo al viento solar".

En la actualidad, el Solar Orbiter sigue dando vueltas alrededor del Sol cerca de su ecuador. Así pues, en estas observaciones, EUI está mirando a través del polo sur en un ángulo de rozamiento.

Daniel Müller, científico del proyecto Solar Orbiter de la ESA, declaró: "Es más difícil medir algunas de las propiedades de estos diminutos chorros cuando se ven de canto, pero dentro de unos años los veremos desde una perspectiva diferente a la de cualquier otro telescopio u observatorio, por lo que todo ello junto debería ayudar mucho."

Fuentes, créditos y referencias:

ESA - L. P. Chitta et al, Picoflare jets power the solar wind emerging from a coronal hole on the Sun, Science (2023). DOI: 10.1126/science.ade5801

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