Geólogos sorprendidos al encontrar restos de una antigua megaplaca tectónica desconocida

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La placa oceánica del Ponto reconstruida por Suzanna van de Lagemaat: su ubicación en el océano paleopacífico hace 120 millones de años y sus vestigios actuales. Un estudio anterior demostró que una gran zona de subducción debió de atravesar el océano paleopacífico occidental, separando las placas conocidas del Pacífico en el este de una hipotética placa Pontus en el oeste. La investigación de Van de Lagemaat ha demostrado ahora de forma independiente esta hipótesis. Fotografía: Suzanna van de Lagemaat, Universidad de Utrecht
La placa oceánica del Ponto reconstruida por Suzanna van de Lagemaat: su ubicación en el océano paleopacífico hace 120 millones de años y sus vestigios actuales. Un estudio anterior demostró que una gran zona de subducción debió de atravesar el océano paleopacífico occidental, separando las placas conocidas del Pacífico en el este de una hipotética placa Pontus en el oeste. La investigación de Van de Lagemaat ha demostrado ahora de forma independiente esta hipótesis. Fotografía: Suzanna van de Lagemaat, Universidad de Utrecht

Para comprender la historia geológica de la Tierra, es fundamental entender los movimientos de las placas tectónicas que forman la dura envoltura exterior del planeta. Sin embargo, las grandes placas oceánicas del pasado geológico han sido subducidas por el manto terrestre. Se limitaron a dejar tras de sí algunos fragmentos de roca ahora ocultos en cadenas montañosas.

La geóloga de la Universidad de Utrecht Suzanna van de Lagemaat estudió la región de placas tectónicas más complicada del planeta: la zona que rodea Filipinas. Ha reconstruido una enorme placa tectónica desconocida hasta ahora, que en su día tenía un cuarto del tamaño del Océano Pacífico.

Mediante trabajo de campo y exámenes minuciosos de las cadenas montañosas de Japón, Borneo, Filipinas, Nueva Guinea y Nueva Zelanda, Van de Lagemaat reconstruyó las placas perdidas. Se sorprendió al descubrir que las huellas marinas del norte de Borneo debían pertenecer a la placa Ponto, de la que se sospechaba desde hacía tiempo. Ahora ha recreado la placa en todo su esplendor.

Douwe van Hinsbergen, supervisor del doctorado de Van de Lagemaat, declaró: "También realizamos trabajo de campo en el norte de Borneo, donde encontramos la pieza más importante del rompecabezas. Pensábamos que se trataba de restos de una placa perdida que ya conocíamos. Pero nuestras investigaciones en el laboratorio magnético sobre esas rocas indicaron que nuestros hallazgos eran originarios de más al norte y tenían que ser restos de una placa diferente, desconocida hasta entonces."


"Pero la realización importante estaba aún por llegar. Hace 11 años, pensábamos que los restos de Ponto podrían estar en el norte de Japón, pero desde entonces habíamos refutado esa teoría."

"Sólo después de que Suzanna hubiera reconstruido sistemáticamente la mitad de los cinturones montañosos del "Anillo de Fuego" desde Japón, pasando por Nueva Guinea, hasta Nueva Zelanda, se reveló la placa Pontus propuesta, incluidas las rocas que estudiamos en Borneo."

Dado que una placa subducida deja zonas en el manto terrestre con temperaturas o composiciones anormales a medida que se "hunde" en la cubierta, las predicciones previas sobre la existencia de Ponto fueron posibles. Los sismógrafos que detectan las señales de los terremotos pueden detectar estas irregularidades. Los terremotos impulsan ondas a través del interior del planeta, y cuando esas ondas encuentran una anomalía, como un trozo de una antigua placa, la anomalía provoca una interrupción de la señal.

Los geólogos pueden relacionar estas interrupciones con la presencia de fenómenos del manto, como trozos de placas tectónicas. Los fragmentos de placa más antiguos se habían "disuelto" en la frontera entre el manto y el núcleo, lo que les permitía mirar 300 millones de años atrás. Una extensa zona de subducción debió de dividir la placa ficticia del Ponto, al oeste, de las placas conocidas del Pacífico, al este, en el paleopacífico occidental, según una investigación realizada hace 11 años. El estudio de Van de Lagemaat ha corroborado ahora esta teoría de forma independiente.

Fuentes, créditos y referencias:

Suzanna H.A. van de Lagemaat et al, Plate tectonic cross-roads: Reconstructing the Panthalassa-Neotethys Junction Region from Philippine Sea Plate and Australasian oceans and orogens, Gondwana Research (2023). DOI: 10.1016/j.gr.2023.09.013

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